La ruta de los Warriors de Golden State en su quinta Final consecutiva de la NBA se ha desviado a un nuevo destino, que requiere pasaporte.
Los Raptors de Toronto, que llegaron a la NBA hace 24 años como la franquicia de básquetbol con logotipo de dinosaurio en un país que ama el hockey sobre hielo, finalmente alcanzaron la serie por el título y albergarán este jueves el primer partido.
Es la primera vez que la Final de la NBA será jugada fuera de Estados Unidos, un cambio refrescante luego de un récord de cuatro temporadas consecutivas con el mismo duelo _Warriors-Cavaliers.
Stephen Curry vivió en Toronto cuando su padre Dell jugó para los Raptors al final de su carrera, pero por lo demás la visita a Canadá es una sensación nueva para estos Warriors, uno de los equipos con más experiencia en la Final en la historia de la NBA.
Se unieron a los Celtics de Boston de 1957-66 como los únicos equipos en alcanzar la Final de la NBA en cinco temporadas consecutivas, e intentan convertirse en el primer equipo en ganar tres títulos en fila desde los Lakers de Los Ángeles de 2000-2002.
Además de enfrentar a un rival diferente por primera vez durante su etapa de dominio, los Warriors no tendrán el lujo de iniciar la serie en casa, como había ocurrido en las ocasiones anteriores. Tampoco contarán con Kevin Durant por al menos un encuentro más, aunque nada de eso desconcentra a un equipo que ha jugado 22 partidos de Final en los últimos cuatro años.
Los Raptors son nuevos en esta instancia, pero no sus jugadores. Kawhi Leonard fue el Jugador Más Valioso de la Final de la NBA en 2014, cuando él y Danny Green ganaron el título con San Antonio. Serge Ibaka llegó a la Final con Oklahoma City en 2012, e incluso jugadores como Kyle Lowry y Marc Gasol han jugado finales de Juegos Olímpicos.
“Simplemente es el mismo juego del básquetbol”, consideró Leonard. “Es un duelo cinco contra cinco. Siguen siendo dos canastos. Así que simplemente sales y juegas duro y vives con los resultados”.
TORONTO / AP