El expresidente Jair Bolsonaro se convirtió este jueves en el tercer ex jefe de Estado de Brasil condenado por la Justicia, al ser sentenciado a 27 años y tres meses de cárcel por golpismo.
El líder de la ultraderecha, quien gobernó Brasil entre 2019 y 2022, tendrá que cumplir condena por haber conspirado contra el orden democrático tras su derrota en las elecciones de 2022 frente al actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.
Aunque tenía previsto dictar las penas en una sesión reservada para este viernes, la Primera Sala decidió pasar inmediatamente a la fase de sentencia una vez que concluyó la audiencia en la que, por cuatro votos a uno, declaró la culpabilidad de Bolsonaro y otros siete reos, entre ellos exministros y antiguos jefes militares.
En el caso de Bolsonaro, el juez relator consideró el agravante de que la acusación lo ha considerado «líder» de una «organización criminal» que conspiró para intentar impedir que el actual mandatario le sucediera en el poder tras ganar las elecciones de octubre de 2022.
A Bolsonaro y los otros siete reos se les declaró culpables de delitos contra la democracia, como intento de abolición del Estado democrático de derecho, golpe de Estado, organización criminal, deterioro del patrimonio protegido y daño calificado.
Según la acusación formulada por la Fiscalía General y aceptada por cuatro de los cinco jueces, la conspiración comenzó en junio de 2021, poco más de un año antes de las elecciones y cuando Lula comenzaba a despuntar en las encuestas.
La trama se desarrolló en diversas fases y comenzó con una dura campaña de descrédito contra las instituciones y el sistema electoral del país dirigida por el propio Bolsonaro, de acuerdo a la acusación.
Estos son los otros dos presidentes brasileños que fueron condenados:
Fue condenado en dos procesos por corrupción asociados a sendas constructoras implicadas en la operación Lava Jato, el primero en 2017 y el segundo en 2019.
Fue condenado inicialmente a penas de siete y doce años de cárcel, aunque en instancias superiores esos tiempos se revisaron varias veces. Finalmente, el Tribunal Supremo anuló ambos procesos en 2021 por fallos procesales.
Lula pasó 580 días de reclusión en el calabozo de la Policía Federal en Curitiba. Fue puesto en libertad en noviembre de 2019 porque el Tribunal Supremo le permitió apelar en libertad.
Fue condenado en 2023 por el Tribunal Supremo a ocho años y diez meses de prisión por corrupción y lavado de dinero por su complicidad en el desvío de recursos de la distribuidora de combustibles estatal BR.
Debido a su edad (76 años) y sus problemas de salud, la corte le concedió el benefició del arresto domiciliario, que cumple desde el pasado abril en su mansión en la ciudad de Maceió.
Brasilia / EFE