Un barco de rescate de migrantes de una organización no gubernamental española recibió autorización el sábado para desembarcar a 363 pasajeros después de permanecer días en el Mar Mediterráneo.
La organización de rescate marítimo Open Arms informó que su embarcación del mismo nombre rescató a los migrantes en cinco operaciones separadas en aguas internacionales.
Las personas fueron recogidas de botes en mal estado lanzados por traficantes de migrantes en Libia en los últimos días, de acuerdo con el grupo.
“Es urgente tener un puerto donde desembarcar a las 363 personas que conviven hacinadas en nuestra cubierta. Por humanidad, por seguridad: puerto seguro, YA”, tuiteó la organización.
Permiso otorgado
El jefe de misión Gerard Canals había dicho el sábado por la mañana que la tripulación de rescate esperaba que Italia asignara un puerto seguro luego que les fuera negado el permiso de atracar en la isla de Malta.
Canals manifestó su preocupación de que la provisión de alimentos y agua del barco se agote.
Open Arms tuiteó el sábado por la noche que las autoridades italianas les dieron “puerto seguro” en Pozzallo, Sicilia.
“A pesar de todas las dificultades, el esfuerzo vale la pena. 365 vidas a salvo en esta misión. 363 pisarán mañana tierra firme y segura por primera vez en mucho tiempo”, indicó por Twitter.
En los últimos meses, Italia ha permitido que tales embarcaciones de socorrismo y salvamento marítimo desembarquen migrantes en sus puertos bajo la condición de que otros países de la Unión Europea (UE) reciban a algunas de esas personas en busca de asilo.
Varios países de la UE lo han hecho, cumpliendo con las promesas de compartir la carga de recepción de migrantes que fueron hechas en una conferencia en Malta hace un par de meses.
Política anterior
Durante el anterior gobierno italiano de coalición, que incluía al partido Liga antiinmigrantes, el entonces ministro del Interior, Matteo Salvini, impidió repetidamente el acceso a sus puertos para este tipo de barcos privados de rescate.
En algunos casos, los rescatistas y sus pasajeros quedaron en el limbo por días o se vieron obligados a navegar incluso hasta España para desembarcar.
Roma / AP
