La que fue, sin exagerar, la ceremonia de exaltación más esperada del Salón de la Fama de las Grandes Ligas, finalmente se completó el miércoles, con un inmortal del baloncesto entre sus invitados: Michael Jordan.
El escenario, el amplio jardín del Clark Sports Center, a una milla del sagrado Salón en Cooperstown, N.Y., era familiar. La época del año, un día de mitad de semana en septiembre, no tanto. Pero luego de una larga espera, ocasionada por la pandemia, la exaltación de Derek Jeter, Larry Walker, Ted Simmons y el fallecido Marvin Miller pudo realizarse.
Directivos del Salón de la Fama, residentes de Cooperstown y, por supuesto, fanáticos de Yankees, habían pasado años apuntando a la segura elección de Jeter en el grupo del 2020 como un catalizador que llevaría un número récord de visitantes a la ceremonia de exaltación.
Walker, por su parte, pasó el máximo de 10 años en la boleta de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos (BBWAA) antes de finalmente recibir el llamado al Salón, mientras que Simmons fue seleccionado por Comité de la Era Moderna del Béisbol 31 años después de su retiro.
El COVID-19 obligó a ajustar todo lo anterior y hacer la espera un poco más larga. Cuando llegó el momento del evento, el estrado lucía tristemente distinto: 10 miembros del Salón de la Fama fallecieron desde la última reunión en Cooperstown en julio del 2019.
Pero el brillante sol fue un bálsamo, y la gran cantidad de visitantes fueron la inequívoca de señal del regreso a lo que hace de este evento una parte integral del calendario de la temporada de Grandes Ligas.
Ante su familia, miles de sus seguidores y uno de los ganadores más célebres del deporte profesional, Michael Jordan, Derek Jeter habló el miércoles en su discurso de exaltación al Salón de la Fama sobre la mentalidad que lo ayudó a ganar cinco Series Mundiales con Yankees y jugar 20 años en Grandes Ligas con los Bombarderos del Bronx.
Específicamente, el extorpedero mencionó a George Steinbrenner, el propietario de Yankees desde 1973 hasta su muerte en el 2010. Steinbrenner era famoso por exigirle mucho a su equipo, fuera la gerencia, las operaciones generales del club o los mismos jugadores. Algunos decían que era exagerado lo que pedía Steinbrenner. Y de hecho, el “Jefe” una vez criticó a Jeter al principio de la década de los 2000 por sus “andanzas” nocturnas.
Pero al fin y al cabo, fue una sociedad que produjo muchos recuerdos positivos en el Universo Yankee.
“Poder jugar partes de 23 temporadas con una sola organización, la única organización para la que quise jugar, fue gracias al Jefe y gracias a su familia”, dijo Jeter, quien fue firmado por Yankees en 1992 y se retiró tras la temporada del 2014. “Todo el mundo habla de lo difícil que es jugar en Nueva York y especialmente con Yankees. Y el Jefe te retaba y a veces, te hacía pasar vergüenza a nivel público. Pero lo hacía para sacarte lo mejor".
“Él quería saber si yo tenía lo que se necesitaba para jugar y al final ser líder de Yankees. Pude tener éxito, porque tuvimos una mentalidad compartida: Lo único que importaba era ganar”.
Los Yankees de Steinbrenner nunca ganaron más que cuando Jeter estuvo en sus filas. Clasificaron para los playoffs en 16 de las primeras 17 campañas completas del paracorto, trecho en que participaron en siete Series Mundiales y ganaron cinco.
Claro, tampoco fue Jeter solo. En ese tenor, el “Capitán” reconoció a algunos de sus compañeros de equipo más queridos, calificándolos como “hermanos”: Gerald Williams, el puertorriqueño Jorge Posada, el panameño Mariano Rivera, el boricua Bernabé “Bernie” Williams, Andy Pettitte, Constantino “Tino” Martínez, CC Sabathia y el japonés Hideki Matsui.
“Ustedes en particular fueron especiales para mí, porque nunca tuve que preocuparme acerca de cuál era su prioridad número 1”, dijo Jeter. “Eso era ganar”.
Puerto La Cruz / José Barberi