El huracán Dorian plantea una amenaza cada vez mayor a Florida este jueves, pues empujó sobre aguas abiertas después de hacer un daño limitado en Puerto Rico y las Islas Vírgenes.
El Centro Nacional de Huracanes de EE. UU. dijo que se esperaba que Dorian se convirtiera en un huracán de categoría 3 potencialmente devastador antes de llegar a la parte continental de ese país.
"Parece que el huracán Dorian azotará Florida el domingo por la noche", tuiteó el presidente Donald Trump. "Esté preparado y siga las instrucciones estatales y federales, ¡será un huracán muy grande, quizás uno de los más grandes!"
Dorian sopló a través de las Islas Vírgenes como un huracán de categoría 1 el miércoles, y se hizo sentir cerca de Puerto Rico con fuertes vientos y lluvias.
La tormenta causó un apagón en todo el territorio de St. Thomas y St. John en las Islas Vírgenes de EE. UU., dijo el portavoz del gobierno Richard Motta. La tormenta también derribó árboles y al menos un poste eléctrico en St. Thomas, expresó.
No hubo informes de daños graves en las Islas Vírgenes Británicas, donde el gobernador Augustus Jaspert dijo que los equipos ya estaban limpiando carreteras e inspeccionando infraestructura a última hora de la tarde del miércoles.
La madrugada del jueves, Dorian estaba centrada a unas 150 millas (240 kilómetros) al noroeste de San Juan, Puerto Rico. El Centro Nacional de Huracanes de EE. UU. dijo que sus vientos superiores soplaban a 85 mph (140 kph) a medida que la tormenta avanzaba hacia el noroeste a 13 mph (20 kph).
El Centro de Huracanes proyectó que la tormenta podría tener vientos de 125 mph (200 kph) para cuando llegue a tierra firme. También estaban en peligro las Bahamas, con el pronóstico de Dorian corriendo justo al norte de las islas Gran Ábaco y Gran Bahama.
Precauciones
En Florida, el gobernador Ron DeSantis declaró el estado de emergencia para los condados que podrían estar en el camino de la tormenta, e instó a las personas a tener a mano una semana de suministros.
Los gobiernos del condado a lo largo de la costa este central del estado distribuyeron sacos de arena y muchos residentes se apresuraron a los minoristas de los almacenes para cargar agua, alimentos enlatados y suministros de emergencia.
Puerto Rico parecía estar libre de fuertes vientos y lluvias, un gran alivio en una isla donde las lonas azules aún cubren unas 30,000 casas casi dos años después del huracán María. Los 3,2 millones de habitantes de la isla también dependen de una red eléctrica inestable que sigue siendo propensa a interrupciones desde que fue destruida por María, una tormenta de categoría 4.
Puerto Rico / AP
