La serie del fin de semana entre Gladiadores de Anzoátegui y Marinos de Oriente en el gimnasio Luis Ramos del eje Barcelona-Puerto La Cruz generó grandes expectativas entre la fanaticada del baloncesto y los equipos no defraudaron.
Ambos conjuntos midieron fuerzas en par de enfrentamientos de alto calibre que tuvo a los aficionados en rol protagónico y que dejó una victoria por bando para darle tintes poéticos al careo.
Fueron dos noches llenas de emociones que quedarán para la historia de la Superliga Profesional de Baloncesto (SPB), donde también se sentía esa disputa más allá del tabloncillo entre los actuales dueños del ahora llamado "Coliseo" y los que vivieron años dorados en la también conocida "Caldera del Diablo".
Dos historias distintas
La serie en el Luis Ramos tuvo dos historias distintas, aunque en ambas se percibía la tensión y el respaldo del público a los suyos. El sábado Marinos tuvo un arranque titubeante, pero una vez que encaminó el triunfo en el segundo cuarto no hubo vuelta atrás.
El Acorazado Oriental llegó a estar hasta 20 puntos por encima del rival, que en los minutos finales pudo descontar para terminar el duelo 70-56. Fue una de las pocas veces en el pasado reciente de La Armadura que cerró un desafío por debajo de las 60 unidades.
Ya el domingo el desenlace fue totalmente opuesto. Además de imponerse el conjunto anzoatiguense, fue un partido que tuvo remontadas, canastas heroicas, expulsiones e incluso un episodio no tan agradable con el piloto naval Carlos Lemus, que sufrió una aparatosa caída y una lesión de la que se esperan detalles.
El equipo dirigido por Ronald Guillén llegó a estar ganando por 20 unidades en el tercer parcial, pero la visita de a poco fue descontando y entró al último período abajo por 10. También fue determinante la expulsión de Michael Carrera y Jesús López por La Armadura, al igual que Tony Farmer por el visitante.
Los navales no soltaron el pie del acelerador y lograron igualar las acciones e incluso irse arriba, pero los de casa respondieron igualando la pizarra para forzar el tiempo extra.
En los primeros cinco minutos Marinos tuvo la oportunidad de sentenciar la barrida, pero se desperdiciaron posesiones claves y Durrell Summers se encargó de anotar un triple "in extremis" para forzar la segunda prórroga, donde el Acorazado Oriental nuevamente tuvo en sus manos el partido pero lo dejó escapar.
Luego en los últimos cinco minutos, con Gladiadores jugando sin banca (Matthew Butler, Jhoyfer Díaz, Gregory Vargas y Charles García salieron por límite de faltas), los navales no pudieron aprovechar esa ventaja. El actual bicampeón de la SPB también mostró de qué está hecho y con la fuerza de jóvenes como Carlos Fulda y Raymond Rada, además del mismo Summers, consiguieron la épica victoria.
Para los libros
El importado Durrell Summers tuvo un desempeño que quedará para los libros de la SPB en apenas su segundo compromiso de la campaña (se incorporó el sábado a Gladiadores).
Jugó en total 51 minutos y aportó 39 puntos, siendo vital en los momentos de apremio, para cerrar una de esas noches que le harán tener el cariño de la afición, misma a la que alabó Vargas cuando habló con los medios de comunicación en una rueda de prensa postpartido, en la que aseguró que el público armó un espectáculo en las tribunas.
De igual manera el estadístico Pedro Marrero indicó que el del domingo fue apenas el séptimo encuentro en la historia del baloncesto venezolano que se va a tres tiempos extras para poder definir al vencedor.
Ambos conjuntos todavía tienen otra serie de dos juegos pendientes, pero será en el Rutaca Sport Arena de Maturín el próximo 7 y 8 de abril.
Puerto La Cruz/ Javier A. Guaipo
