Combatientes del grupo Estado Islámico evitan que más de 1.000 civiles abandonen una pequeña área que aún controla el grupo extremista en una localidad del este de Siria, informó un portavoz de las fuerzas sirias respaldadas por Estados Unidos.
“Lamentablemente el Daesh ha cerrado todos los caminos”, dijo Mustafá Bali, portavoz de las Fuerzas Democráticas Sirias, refiriéndose al Estado Islámico por su acrónimo en árabe.
Altos mandos de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus iniciales en inglés) han dicho que los extremistas se ocultan entre civiles en un campamento y utilizan una red de cuevas y túneles. El Estado Islámico, que en un momento controló buena parte de Siria e Irak, se aferra a un área de menos de un kilómetro cuadrado en la localidad de Baghouz, en el este de Siria.
Entre los extremistas podría haber comandante de alto nivel y podrían tener rehenes.
Continúan los ataques aéreos ocasiones de la coalición y los enfrentamientos dentro de Baghouz. Hubo disparos de artillería con el objetivo de despejar de minas las rutas de avance para los combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias, que aseguraron que el fin del autoproclamado califato de ISIS se acerca.
“Muy pronto le daremos buenas noticias al mundo entero”, dijo Ciya Furat, comandante de las SDF en una conferencia de prensa en la Base Petrolera al-Omar, ubicada a varios kilómetros de Baghouz en la provincia de Deir el-Zour.
La captura del último bastión del Estado Islámico en Siria o Irak marcaría el fin de una devastadora campaña mundial de cuatro años por poner fin al autoproclamado califato del grupo extremista. En el punto más alto de la organización en 2014, los extremistas controlaban casi la tercera parte de ambas naciones.
Sin embargo, varios expertos y funcionarios de defensa estadounidense advierten que el grupo aún representa una gran amenaza y podría reagruparse en cuestión de seis meses si no se mantiene la presión.
Siria / AP