Las alergias son reacciones del sistema inmunitario de cada organismo ante la exposición o consumo de ciertas sustancias clasificadas como antígenos. Como lo señala información de Medline Plus, las personas que sufren de estas afecciones son, generalmente, sensibles a más de una cosa.
Cuando estas respuestas o alteraciones se generan es porque el sistema de defensa del organismo se activa sobre la base de una “falsa alarma”, en la cual intervienen la genética y factores externos o ambientales.
Aquiles Martínez, especialista en Inmunología Clínica, precisó entre las alergias más comunes: la rinitis alérgica, asma alérgica, urticaria, dermatitis atópica y dermatitis alérgica de contacto.
“Apenas haya sintomatología que nos haga sospechar que existe una enfermedad alérgica como, por ejemplo, síntomas nasales recurrentes, estornudos, obstrucción, moco transparente, picazón, tos seca, dificultad para respirar, ronchas en la piel, comezón (…), debemos buscar atención médica, preferiblemente de un especialista en alergias", explicó Martínez.
El médico, quien ejerce sus funciones en Puerto La Cruz, destacó que se debe evitar la automedicación y estar atentos, pues el paciente alérgico generalmente tiene historial familiar, es decir que uno de los padres padece de asma o urticaria.
“Es importante el diagnóstico y manejo oportuno para evitar riesgos y complicaciones, que se afecte la calidad de vida y que estas enfermedades tengan un impacto negativo a nivel social y económico”, añadió.
El doctor Martínez manifestó que para el tratamiento de las alergias se utilizan varios tipos de fármacos, a su vez divididos en tres grandes grupos.
Los antihistamínicos forman parte del primero de ellos e incluyen componentes como loratadina, cetirizina y fexofenadina. Cuando el uso de éstos se prolonga, el paciente puede desarrollar taquicardia, arritmias cardiacas, hipertensión, dolores de cabeza, nerviosismo, insomnio, temblores y hasta depresión.
También están los esteroides, cuya implementación adecuada da lugar a importantes mejorías y al resguardo de la vida de los pacientes. Sin embargo, su indiscriminado uso puede desencadenar cataratas, hipertensión, insuficiencia suprarrenal, osteoporosis, aumento de peso, hiperglicemia, síndrome de Cushing y adelgazamiento de la piel.
Otros fármacos para tratar a los alérgicos son los antileucotrienos, pero mal suministrados pueden provocar efectos adversos como dolores de cabeza, insomnio, somnolencia, temblor, mareos, náuseas, vómitos y alteraciones hematológicas.
“Deje que su médico alergólogo se encargue de manejar el tratamiento. El uso irresponsable e inadecuado de estos medicamentos puede ser riesgoso para el paciente. Hay que evitar la automedicación”, recalcó.
Cuando una persona tiene antecedentes o alto riesgo de desarrollar enfermedades alérgicas, debe tener cuidado de evitar ciertas cosas. Por ejemplo, si un niño es hijo de padres asmáticos, hay que resguardarlo de la exposición a alérgenos presentes en el ambiente, como el polvo casero, ácaros y cucarachas.
El especialista, oriundo de Porlamar, sugiere evitar los contaminantes ambientales, que incluyen el humo de tabaco. Para pacientes sensibles hay que adoptar medidas de control ambiental y minimizar el contacto con el polen, las mascotas, hongos y olores fuertes.
También deben evitarse alimentos detectados a través de pruebas de alergia e incentivar la educación del paciente, a fin de reducir los riesgos de presentar exacerbaciones, de mejorar la calidad de vida y reducir hasta el gasto en medicamentos.
“A pesar de asumir todo esto, no es posible prevenir totalmente la aparición de las enfermedades alérgicas, pero, por lo menos, se intenta reducir o retrasar su aparición”, dijo.
El doctor, egresado del Instituto de Inmunología de la Universidad Central de Venezuela (UCV), se refirió ala lactancia materna exclusiva, por seis meses, como un aspecto capaz de frenar las posibilidades de que se desarrollen alergias en los niños.
“La lactancia materna exclusiva o la lactancia materna en combinación con leche de fórmula para infantes, parcial o extensamente hidrolizada, también reduce el riesgo de que se produzca una dermatitis atópica”, detalló.
Agregó que la alimentación complementaria del bebé debe iniciarse entre el cuarto y sexto mes de edad. Igualmente, es innecesario que las madres lleven una buena dieta durante el embarazo, con miras a prolongar la lactancia como el mejor método de prevención y de resguardo ante alergias derivadas de la proteína de la leche de vaca.
Por cierto que el Día Mundial de las Alergias se conmemora cada 8 de julio, una fecha que es aprovechada para sembrar conciencia en la ciudadanía sobre la importancia de prevenir este tipo de patologías y preservar la salud.
Puerto La Cruz / Oriana García