Alivio emocional. Esa es la sensación que tienen algunos españoles tras la declaración del final de la erupción volcánica que inició en una de las Islas Canarias y terminó oficialmente este sábado.
La designación tiene lugar en el contexto de 10 días sin flujos de lava, emisiones significativas de dióxido de azufre o actividad sísmica.
Sin embargo, la emergencia no termina en La Palma, la isla más noroeste del archipiélago del Océano Atlántico. Los daños en la zona fueron generalizados, según el director del comité de emergencia volcánica de Canarias.
"No es alegría ni satisfacción, ¿cómo podemos definir lo que sentimos? Es un alivio emocional y esperanza. Porque ahora podemos aplicarnos y concentrarnos completamente en el trabajo de reconstrucción",
expresó el director de Pevolca, Julio Pérez.
De acuerdo a informes de AP, la roca fundida que fluye hacia el mar destruyó unos 3 mil edificios, acabó con plantaciones y arruinó carreteras. No hubo muertos o heridos directamente vinculados con la erupción.
Puerto La Cruz / Redacción web