Un grupo de madres de pacientes recluidos en el piso de oncología del hospital pediátrico Rafael Tobías Guevara, en Barcelona, manifestaron este lunes que se debaten entre los altos costos de estudios y medicamentos para tratar de cumplir con los tratamientos.
"Aquí (hospital) nos han brindado el apoyo en cuanto a jeringas, soluciones, macrogoteros y todas esas cosas que utilizamos a diario, pero existe la parte de estudios especiales, como la resonancia magnética, tomografía y el gammagrama óseo que son muy costosos y también algunas medicinas para las quimio, por lo que necesitamos algún tipo de ayuda", expresó Vanessa Guaimacuto, quien tiene una niña de un año hospitalizada.
Mencionó que actualmente está gestionando adquirir cuatro medicamentos que oscilan, cada uno entre $17 y $200. Sin embargo, aseguró que conoce el caso de un niño que requiere nueve ampollas de inmunoglobulina humana y cada una, supuestamente, cuesta $200.
Mientras que otros familiares, como Irma Rodríguez, deben enfrentarse también a la escasez de algunos fármacos que, al parecer, no se consiguen en la Farmacia de Alto Costo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, ni en la parte privada, como es el caso de la Citarabina
En similar situación se encuentra Estefany Rodríguez quien necesita cumplirle el tratamiento a su hija, una adolescente de 12 años.
"Una de las pastillas para las quimio se consigue en Badan (privado), en $150, para 15 días, pero hay otra que no se consigue por ningún lado. Hace dos semanas había en la Farmacia de Alto Costo del hospital de Guaraguao, pero no me quisieron hacer el préstamo porque había pocas unidades, tenía que hacer el cambio de Las Garzas para allá, pese a que yo siempre he hecho préstamos", mencionó.
Ante esto, Estefany comentó que averiguó por Colombia y Chile y le sale en $150 sin meter el envío, por lo que con la ayuda de todos sus familiares trata de traer el medicamento para cumplir con el tratamiento.
Adicional a eso, los familiares señalaron que deben gastar, por lo menos, $25 semanales en la realización de exámenes sanguíneos como parte del control.
Barcelona / Elisa Gómez
