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El Tiempo Informando al Pueblo Oriental

Especialistas advierten que a pesar de aumento en las ventas de crudo Pdvsa está lejos “arreglarse”

abril 17, 2022
Falta de diluentes para la producción de crudos, ausencia de taladros activos y grave deterioro de la infraestructura, además de la falta de recursos impide elevar la producción en corto plazo: Foto: Archivo

“Es impresionante cómo se está recuperando, arreglando Venezuela”, aseguró presidente Nicolás Maduro el pasado miércoles 13, durante un acto realizado en Caracas para conmemorar los sucesos de abril de 2002.

Al igual que el primer mandatario, son muchos los que han señalado como síntomas del “renacer” del país no sólo el regreso de las colas a la ciudad capital, la disponibilidad de productos importados, o la llegada de artistas internacionales para conciertos dolarizados, sino también, la recuperación de las ventas de petróleo en el último año.

De hecho , según ha señalado la firma consultora Ecoanalítica, en los últimos 18 meses, la producción de crudo en el país se ha incrementado de forma lenta pero sostenida, remontando 104% desde su punto más bajo en julio del 2020.

Sin embargo, lo cierto es que todas estas señales de “mejoría” apenas alcanzan a arañar la superficie lo que ocurre en el fondo de la economía nacional.

Diversos analistas y expertos en el tema petrolero aseguran que el repunte de ingresos por la venta de hidrocarburos responde a causas específicas, que no dejan entrever una verdadera recuperación de la industria energética nacional.

De hecho, Venezuela estaría por llegar al máximo de su capacidad de producción, con cifras que resultan imposibles de superar, si antes no se da un verdadero cambio estructural en el sector.

Con todo, el Ejecutivo nacional se ha planteado para finales de 2022 la meta de 2 millones de barriles por día, algo que a pesar de las expectativas de mejora de la economía, parece inalcanzable. 

Diluyente iraní y repunte de producción

Según el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, la crisis en la producción petrolera nacional ha tenido varias fases. La primera caída importante durante la década pasada se dio entre 2014 y agosto de 2017, cuando, en el marco de una baja de los precios del crudo -y en un contexto nacional de corrupción y malo manejos-, se redujo la producción en -27,4%.

Luego, las sanciones financieras aplicadas por EE.UU. desde 2017 generaron otra caída de -29,1% en dos años y medio, “espantando”, además, a las empresas  mixtas  con capital extranjero en Venezuela, las cuales llegaron a aportar 60% de la producción.

“Para julio de 2019, tras años de corrupción y mal manejo que carcomieron a la industria petrolera y colapsaron el sector eléctrico, más el peso de nuevas sanciones más agudas, la producción llegó a un promedio mensual de 392 mil barriles diarios de petróleo (bpd): la cifra más baja desde 1934”, apuntó Oliveros a través de su cuenta en Twitter.

Según el último reporte mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), durante marzo de 2022 la producción promedio venezolana alcanzó los 728 mil barriles diarios, una caída de 7,7% (61 mil bdp) con respecto a febrero. Esta cifra es apenas una fracción de los más de 2 millones 500 mil barriles que producía Venezuela en enero del 2016.

El repunte del último año y medio se debe principalmente a dos factores: en primer lugar, los especialistas apuntan que Venezuela logró asegurar desde Irán el suministro regular de condensado o hidrocarburos livianos. El condensado resulta fundamental ya que funciona como diluyente y mejora el crudo extrapesado de la Faja del Orinoco, lo que lo hace apto para su exportación.  

“Ahora Venezuela obtiene con mayor regularidad (a falta de sus proveedores americanos) diluyentes provenientes de Irán. El diluyente es crucial para comercializar el crudo venezolano, que es ultra pesado (a diferencia del árabe o hasta el ruso)”, explica Oliveros.

Cuando el presidente Donald Trump apretó las tuercas a las sanciones contra el país, se frenó la importación de hidrocarburos diluyentes. Según un reciente reporte publicado por el medio especializado Oil Price, esta situación obligó en principio a Pdvsa “a mezclar el grado liviano de Santa Bárbara de producción nacional con crudo extrapesado, lo que redujo el volumen de grados de petróleo más livianos disponibles para refinar internamente en gasolina y diésel que se necesitaban con urgencia, lo que empeoró la escasez de combustible en Venezuela”.

Según el mismo medio, ahora que Pdvsa “se ha beneficiado al asegurar una fuente confiable de condensado, es muy poco probable que haya más aumentos sustanciales en la producción de petróleo”. 

Ventas trianguladas

El segundo factor que incidió en el alza reciente de la venta de crudo, es la ejecución de un complejo sistema de comercialización elaborado, según Oliveros, para evadir sanciones “con triangulaciones, descuentos y envíos a destinos opacos”. 

Jesús Palacios Chacín, economista senior de Ecoanalítica y académico de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), explica que este sistema de venta de hidrocarburos se realiza a través de intermediarios, y tiene como principal receptor a China. “Venezuela exporta su crudo a países como Malasia u Omán, que lo venden a China: de hecho, las importaciones chinas desde esos países han aumentado sin que estos aumenten su producción”. 

Según datos de la plataforma de noticias Bloomberg, las importaciones de crudo venezolano e iraní en China aumentaron 53% en 2021. “También existen registros de envíos hacia países del sur de Europa como España, Grecia e Italia, pero es un porcentaje menor y difícil de seguir con las herramientas de mirror data de Trademap: por lo que podría haber una variedad de actores involucrados”, agrega Palacios Chacín. 

Por otro lado, para lograr estas exportaciones, Pdvsa también ha recurrido a un descuento adicional de sus ventas (en promedio de 40,2% en 2021) al que regularmente presenta el crudo Merey -el extrapesado de la Faja mezclado con petróleo liviano.

“Estos descuentos han implicado pérdidas anuales de $4 mil millones, además de los costos que se generan al evadir riesgos reputacionales: los tanqueros que se dirigen a Venezuela, por ejemplo, apagan su identificación automática y transfieren sus cargamentos a otros tanqueros en ultramar”, acota Palacios Chacín.

Estos factores han permitido elevar el flujo de caja de divisas del Gobierno. Según estimaciones de Ecoanalítica los ingresos petroleros del país pasarán de $5 mil 714 millones en 2020 a $16 mil 200 millones en 2022, esto es, un alza de 183 %.  

“Este incremento de los ingresos de Pdvsa está sucediendo en un ambiente de mayor opacidad: en gran parte porque los proyectos mixtos de Pdvsa con empresas extranjeras, que llegaron a aportar 70% de los ingresos durante la caída de la producción, se han desvanecido”, agrega Oliveros.

Inversión para elevar la operatividad

La realidad, según los especialistas, es que el aumento de producción e ingresos provenientes del petróleo no ha tenido que ver con una mejora de las menguadas condiciones de la infraestructura y operatividad de la industria.

“¿Venezuela salió del foso? No, porque la industria petrolera venezolana está viviendo una fragilidad y vulnerabilidad sin precedentes en el país”, puntualiza Palacios Chacín.

Según el reporte publicado por Oil Price, la infraestructura energética de Venezuela, como oleoductos, tanques de almacenamiento y refinerías, “está tan deteriorada por la falta de mantenimiento crítico que muchas instalaciones solo funcionan de manera intermitente. En muchos casos, la pésima condición de la infraestructura de Pdvsa significa que la mayoría de las instalaciones operativas arrojan petróleo y gases nocivos al medio ambiente”.

Las instalaciones permanecen operando de manera ineficiente o en algunos casos, están fuera de servicio, lo que constituye el principal freno para aumentar la producción.

Asimismo, de acuerdo con cifras de la Opep y de la firma Baker Hughes, el número de taladros activos en el país ha ido disminuyendo progresivamente en la última década. El país contaba con 83 equipos de extracción en octubre de 2013. Para 2016, se reportaban 58 taladros activos, que pasaron a ser entre 49 y 39 un año después y a 32 en 2018. Baker Hughes reveló que en mayo de 2020 el país sólo tenía dos plataformas de perforación operativas. No obstante, según el más reciente informe mensual de la Opep, durante marzo el número de taladros de perforación en el país arrojó un total de 26 equipos operativos.

En el contexto de precaria situación de la empresa estatal – a la que se le añade la falta de profesionales especializados-, la verdadera reactivación y adecuación de la industria petrolera requeriría cerca de 10 años y una ingente inversión de recursos.

De hecho, la sola eliminación de las sanciones impuestas desde 2017 por la Casa Blanca no será suficiente para impulsar los cambios urgentes. Según el experto petrolero, José Toro Hardy, la reactivación económica real, dependerá de cuán capaz sea el país de atraer inversiones “y eso a su vez dependerá de cuán capaces seamos de restablecer la seguridad jurídica y la racionalidad económica. A mayor volumen de inversiones menor será el tiempo de recuperación”.

Algunos estudios dentro de la propia industria señalan que se necesitarían cerca de $ 60 mil millones para recuperar el holding estatal, mientras, Francisco J. Monaldi, economista y profesor del Baker Institute en Estados Unidos, considera que se requeriría de una inversión de hasta $12 mil millones anuales -alrededor de 110 mil millones de dólares, durante una década-, para devolver la producción a algo parecido a los volúmenes anteriores al gobierno de Hugo Chávez.

De cualquier modo, la frase “Venezuela se arregló”, aún sin sanciones, no se aplicaría, según los especialistas, a la industria petrolera nacional, al menos no en el corto y mediano plazo.

Primer trimestre y fuentes secundarias
Aunque según las fuentes primarias referidas por la Opep, la producción promedio de crudo se ubicó en 756 mil barriles diarios entre enero y marzo de 2022 -41,8% más con respecto al primer trimestre de 2021- , las fuentes secundarias señalan que la producción venezolana durante los primeros tres meses de 2022 se ubicó en 682 mil barriles por día.

Caracas / Rodolfo Baptista

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