Sacar mejor provecho a la tecnología disponible para niños y adolescentes es lo que propone Rafael Cardozo, director de la Unidad Educativa Dr. José Manuel Núñez Ponte, ubicada en Anaco, cuando se refiere a los cambios que, a su juicio, pueden introducirse para fortalecer el sistema educativo en el país.
Cardozo, con una trayectoria de más de tres décadas ejerciendo la docencia en varias instituciones educativas, destaca que "hay un mal uso de ese recurso tecnológico que no teníamos hace 10 o 15 años: el teléfono celular".
Agrega que el teléfono móvil es una herramienta que le da a los estudiantes la posibilidad de tener en sus manos una biblioteca virtual, pero no hay un manejo adecuado. "Cada vez los muchachos leen menos. No hay interés por parte de ellos para usar el teléfono como herramienta de lectura y de investigación. Y considero que habría que hacer programas especiales con el uso de la tecnología. Los estudiantes no leen, pero son muy hábiles para manejar las redes sociales y nos han rebasado en ese tema. Partiendo de allí, creo que habría que hacer una reprogramación que incluya el uso de la tecnología para fomentar la lectura y la investigación", indica.
La profesora Belkis Sánchez, coordinadora de Bienestar Estudiantil en esa misma institución, agrega que hay que reorientar y redirigir la modernidad y las ventajas que ofrece la tecnología hacia dónde más se necesita. "La mayoría de los muchachos no tienen el hábito de la lectura. Y yo diría que hay que seguir el ejemplo de algunos países como Suecia que han eliminado el uso de los teléfonos celulares para que los estudiantes retomen la lectura, porque de allí parte todo. Si no sabes leer, tampoco sabes escribir", explicó.
En opinión de la psicóloga Sharon Britton, que también presta servicio en la Unidad Educativa Núñez Ponte, es prioritario introducir cambios en lo que respecta al apoyo y la integración de los padres en el trabajo conjunto con los docentes en la formación de sus hijos, -"como se hacía antes"-, enfatiza.
Britton explica que en su labor como psicóloga ha notado un cambio en cuanto a la manera en que se involucran los padres en el proceso de formación. "Anteriormente la escuela y el hogar eran dos sistemas que trabajaban en conjunto a favor de la formación de los estudiantes; ambos tenían el mismo reconocimiento o grado de importancia. En mi experiencia, los padres se han desligado mucho de sus hijos en el tema de la crianza y también de la escuela, por lo que han llegado a pasar por alto situaciones emocionales de sus hijos que inciden a nivel personal y académico", detalla.
Para ilustrar más claramente cómo los padres se han desligado de los hijos, la joven profesional de la psicología lo ilustra de manera sencilla: la tecnología nos ha ha alejado los unos de los otros y ese, agrega, es un claro ejemplo de cómo padres e hijos se han distanciado en lugar de fortalecer su vínculo. "Las necesidades emocionales de los chamos ahora son cubiertas por un teléfono. Y el no tener contacto con mamá y papá trae consecuencias en su vida emocional y en su rendimiento cognitivo", asevera.
Para quienes tienen la tarea de formar y educar a los niños y adolescentes de la Escuela Técnica Santa Teresa de Jesús Fe y Alegría en Anaco, cuya matrícula asciende a 1.140 estudiantes, también es un tema prioritario atender las necesidades del estudiantado en el área emocional y señalan que sería ideal contar con un profesional en el área de psicología.
"Sería un excelente apoyo porque si bien contamos con una orientadora y dos psicopedagogas, tener un psicólogo podría ayudarnos a reforzar la atención en el área emocional que es muy importante en estos momentos", destacó la directora de la institución, Ana Jiménez.
Jiménez y la docente Lissette Sivila coinciden en que hay casos difíciles de manejar, pues los chicos muestran comportamientos que indican que algo les está afectando en casa, pero hay límites al momento de indagar sobre el entorno familiar. "Puede haber niños o adolescentes que provienen de hogares disfuncionales y no podemos cruzar la línea para no intimidarlos al momento de intentar ayudarlos. Por eso es clave el apoyo de un especialista y lamentablemente no contamos con uno en esta institución", explica Jiménez.
Sivila precisa que son los docentes los que observan las conductas y comportamientos que indican que algo no marcha bien, pero hay que ser muy cuidadosos al tratar de saber "qué es lo que hay detrás de la puerta de ese hogar" y que el estudiante está manifestando al interactuar con los demás. "Normalmente se cita al representante para abordar la situación con un adulto, pero contar con un equipo de especialistas que tengan la formación y las herramientas para tratar esos casos sería lo ideal", dice.
Desde la perspectiva y experiencia de Alexandra Marcano, madre de tres hijos, uno de ellos en etapa adolescente, es importante que el sistema educativo pueda crear un programa de motivación al logro y autoestima dirigido a los docentes.
"Considero que ellos deben fortalecer su motivación al logro y eso va a influir de manera positiva en la formación de esta y de nuevas generaciones. Nadie es mejor docente, mejor investigador, mejor ingeniero, por citar ejemplos, de lo que es como persona. Todo viene de lo interno y por eso es importante que cuenten con las herramientas de autoestima y motivación", expresa.
Marcano también sugiere que se fomente en los estudiantes el aprendizaje a través de proyectos. "Hacer una investigación que requiera del trabajo en el que ellos lleven el proceso desde el inicio, cómo por ejemplo, una investigación sobre plantas medicinales, que en el caso de uno de mis hijos, lo marcó y lo llevó a indagar tanto en libros como consultando a sus abuelos y a sus padres, los anima a aprender y a hacer las cosas de manera diferente ", relata.
Ana Pérez, madre de dos adolescentes, pide que en la educación básica se aborde de manera más abierta el tema del embarazo precoz y el consumo de drogas. "Creo que es necesario para evitar que los muchachos tomen decisiones equivocadas".
"También creo que deben enseñarles actividades extracurriculares en los colegios tanto públicos como privados. Puede ser deportes, danza , voleibol, básquet, fútbol, gimnasia, cualquier cosa en la que puedan mantener la mente ocupada y no estar ociosos", señala.
Danela Luces / Anaco
