Aunque el sentido común indica que la elección de gobernantes en democracia requiere del pensamiento y el discernimiento crítico de los votantes, esto en realidad no ocurre así la mayoría de las veces. La emocionalidad que despierte un determinado candidato en la población o su “carisma” terminan siendo determinantes para la escogencia de quienes asumirán responsabilidades públicas.
Pero también, en otros casos, la apatía de los potenciales electores -o el rechazo a determinados actores políticos-, deja las decisiones importantes para el país en manos de una minoría.
Para académicos y expertos, la participación activa y la formación del pensamiento ciudadano -incluso para la defensa de Derechos Humanos-, es un tema que debe ser inculcado desde temprana edad en las aulas. Pero aún más.
Según el director de la escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), Carlos Calatrava, la formación del pensamiento crítico para la democracia y la defensa de los DD.HH., requiere no sólo de la acción de la escuela y de la capacidad de los educadores, sino también del trabajo de padres, medios de comunicación y hasta de las redes sociales.
Calatrava advierte que uno de los obstáculos para la creación del pensamiento ciudadano, nace del irrespeto de la sociedad a la labor del educador. Es la ausencia de “voluntad ciudadana en el respeto y respaldo al educador” lo que puede llevar a que cualquier acción que estimule el pensamiento crítico para la defensa de valores democráticos, termine por ser infructuoso.
- ¿La elección de candidatos en comicios presidenciales, de gobernadores o de alcaldes puede llegar a estar determinado por el pensamiento crítico de una mayoría de ciudadanos, o siempre será una escogencia condicionada a la “emocionalidad” del votante o al “carisma” del aspirante?
- La elección de cualquier gobernante en procesos electorales que cumplan condiciones competitivas mínimas y en libertad, no sólo depende del pensamiento crítico de los ciudadanos. Es un factor central, pero no es el único.
Pierre Rosanvallon en su libro La Contrademocracia, invita a mantener la condición de ciudadano elector, pero también a que asumamos la condición de ciudadano censor, ciudadano contralor y ciudadano juez. Esto no sólo se logra con el trabajo de la escuela, sino con el importante modelaje de pares y familias, la voluntad de la sociedad como conjunto en esta tarea y la indudable colaboración de todos los medios de comunicación. Con esta base, la emocionalidad siempre presente en un proceso electoral tendrá su justo lugar, al igual que el carisma -o su ausencia- de los candidatos. Entiendo que en Venezuela estamos avanzando en ese sentido, pero hay mucho trecho que debe andarse.
- ¿Es posible fomentar el pensamiento crítico en escuelas y universidades para fortalecer la democracia y la defensa de Derechos Humanos?
- El desarrollo del pensamiento crítico es un proceso que no ocurre de un día para otro. Implica una secuencia de acciones y estrategias de enseñanza, de aprendizaje y de evaluación que van ajustadas a las diferentes etapas del ciclo vital. Al ser de complejidad creciente, requieren no sólo de la acción de la escuela y de la capacidad profesional de los educadores en el aula de clase, sino también del trabajo de padres, medios de comunicación y hasta de las redes sociales a fin que el trabajo de la escuela no quede en el aire. El desarrollo del pensamiento crítico no requiere de una asignatura o de una cátedra dedicada sólo a ello, más bien con la existencia de los actuales planes de estudio es posible hacerlo. Asignaturas del área de ciencias exacta y naturales, así como las más vinculadas con el desarrollo de la competencia comunicacional y la resolución de problemas, claramente colaboran para que el pensamiento crítico se consolide. En este sentido, el punto que pudiera dar lugar a una oportunidad de mejora, tiene que ver, precisamente, con las estrategias de enseñanza y los medios instruccionales que emplean los educadores en todas sus sesiones de clases.
Mientras se sigan repitiendo estrategias tradicionalistas y procesos de evaluación centrados en repetir contenidos en una prueba de conocimiento, poco se contribuye al desarrollo del pensamiento crítico y la defensa de los Derechos Humanos.
- ¿En Venezuela qué frena o impide la formación del pensamiento crítico para la democracia en escuelas y universidades?
-La falta de respeto al educador como profesional por parte de toda la sociedad, que se expresa en la casi ausencia de apoyo de la familia al trabajo que se realiza en las escuelas. En el caso de los niveles obligatorios del sistema educativo, las debilidades que se sienten en la dolorosa ausencia de voluntad ciudadana en el respeto y respaldo de la educación y al educador, conduce a que cualquier acción ejecutada en el aula en ese sentido no quede sembrada en tierra fértil. En el caso de la Educación Universitaria, no sé si denominarlo como debilidad, pero la generalidad indica la falta de concreción del eje horizontal de los planes de estudio, justamente el que está más directamente asociado con la investigación y producción de conocimiento.
- ¿Conoce alguna iniciativa exitosa para formación del pensamiento crítico que se esté aplicando actualmente en centros de enseñanza?
- Más que mencionar alguna iniciativa puntual, me atrevería a decir que se está colaborando en la construcción del pensamiento crítico en cualquier aula del país, de cualquiera de los niveles y modalidades del sistema educativo, donde se apliquen estrategias de enseñanza y de aprendizaje que promuevan la resolución de problemas, toma de decisiones, comunicación efectiva y la empatía.
Al mismo tiempo, el cumplimiento de cualquier estrategia de evaluación de los aprendizajes que vaya más allá de repetir contenidos dados en clase en pruebas escritas, ya está colaborando en la construcción del pensamiento crítico. El llamado es a sostener y profundizar toda acción que trascienda el tradicionalismo en la práctica pedagógica.
- ¿En algún momento de los últimos 60 años se registró alguna iniciativa educativa que pudiera considerarse exitosa o efectiva desde el Estado, en la formación del pensamiento crítico o que buscara fomentar valores democráticos?
- Sí, durante el gobierno del presidente Raúl Leoni (1964-1969), cuando José Manuel Siso Martínez fue ministro de Educación todo el período presidencial, se incorporaron contenidos asociados al pensamiento crítico en las áreas de Matemáticas y Ciencias. Recordemos que esas dos áreas del conocimiento son las que colaboran mucho más en el paso del pensamiento especulativo al pensamiento hipotético, y de ahí al pensamiento crítico y científico. Este es un proceso que es evolutivo, va atando con el ciclo vital y lo que realmente podemos evidenciar en cada etapa de nuestro desarrollo.
Una segunda experiencia fue el trabajo conjunto entre el Ministerio de Educación y el Ministerio para el Desarrollo de la Inteligencia, en el gobierno de Luis Herrera Campins (1979-1984), para establecer formalmente estrategias y programas más profundos sobre lo que consultas en el contexto de la creación de la Escuela Básica Experimental.
DE PERFIL
Carlos Calatrava es docente y director de la Escuela de Educación de la Ucab. Magister en Ciencia Política de la Universidad Simón Bolívar (USB). Especialista en Responsabilidad Social Empresarial, Unimet y Licenciado en Educación mención Ciencias Pedagógicas, en la Ucab. También es asesor en Tecnología Educativa, Gestión y Planificación Educativa.
Una tercera, fue el cambio curricular de la primera y segunda etapa de la anterior Educación Básica en el segundo gobierno de Rafael Caldera, cuyo diseño curricular sigue vigente desde 199, con la inclusión de los Ejes Transversales, los Proyectos Pedagógicos de Aula y el desarrollo de las Unidades Integradoras.
A todo esto, hay que añadir que desde 1955 tuvimos la cátedra Formación Moral, Social y Cívica en Educación Media, que vino a ser sustituida por Educación Familiar y Ciudadana en 1983, con la intención de fortalecer la formación en valores compartidos asociados a la democracia.
Universidades del país y Organizaciones No Gubernamentales (ONG) han desarrollado en los últimos años propuestas para mejorar el sistema de enseñanza. La Ucab, a través de la Dirección de Extensión Social, lleva a cabo un programa de educación y valores ciudadanos en comunidades de Antímano, La Vega y Caricuao. También se abrió un Programa de Estudios Avanzados en Educación de Valores Ciudadanos, y el pasado 17 de enero la Escuela de Educación de la Ucab presentó una Propuesta al País para mejorar el sistema de enseñanza.
-¿Este tipo de iniciativas puede ser el punto de partida para abonar propuestas de mejoras en el pensamiento crítico -más allá de las aulas- que permita a futuro la elección de gobernantes en democracia?
-Tal como se señala, hay iniciativas que avanzan en el camino que corresponde. El elemento de fortaleza que las cruza es el trabajo con la generación adulta, sean padres o educadores, justamente con la intención de generar procesos de modelaje en las generaciones más jóvenes que apunten hacia la convivencia democrática. Ahora bien, vale recordar que el desarrollo del pensamiento crítico no queda limitado a la elección racional, quizás lo más informada posible, sobre las propuestas de gobierno de candidatos o partidos políticos. Justamente, el pensamiento crítico es de vivencia, de aplicación en todos los ámbitos de la vida y en todas las dimensiones de la persona. El pensamiento crítico permite, por ejemplo, valorar y confrontar actos de acoso laboral y acoso sexual cuando somos adultos, la generación de posiciones individuales sobre el acoso escolar como resultado del discernimiento. Es decir, no sólo es elegir ciudadanamente en procesos electorales legítimos y en condiciones a los mejores que puedan asumir la acción de gobierno, es consolidar mentes y personas críticas que puedan construir sus propias posiciones, tomar sus propias decisiones y actuar a partir de sus propias valoraciones sobre sí mismos y el entorno en cual se encuentran.
Caracas / Redacción El Tiempo