Habitantes de la comunidad de Querecual I, ubicada en la zona rural del municipio Simón Bolívar, piden a los entes competentes que se aboquen a solucionar las diferentes carencias que padecen en materia de servicios públicos e infraestructura.
En primer lugar, los vecinos enumeraron el sistema eléctrico, ya que con frecuencia se caen las deterioradas guayas y se registran cortocircuitos. Relataron que en el último incidente, hace aproximadamente tres meses, se quemaron todas las lámparas de los postes, dejando las calles a oscuras hasta la actualidad.
"Esas guayas tienen más de 90 años y a cada rato se caen. Hace poco casi se quemó una casa. Nos tienen abandonados en todos los sentidos y eso que saben lo que padecemos, pues a lo largo de los años les hemos planteado estos problemas, de manera formal, a las autoridades ", expresó el vecino José Gregorio Castañeda.
Castañeda también mencionó que el agua por tubería también es un gran problema, puesto que la reciben directamente del río porque no tienen una planta para su tratamiento.
"La mayoría consume el agua así o le colocan cloro de manera artesanal. También hay quienes pagan para recargar el tambor con líquido potable, cuando los cisterneros aparecen por acá. Pero en ese río se mete el ganado y hasta los bañan con garrapaticida", mencionó Castañeda.
La comunidad también solicita el desmalezamiento de las orillas del río, recuperar el sistema de riego que tenían los productores de los parcelamientos hace unos años y la dotación de maquinaria para poder trabajar mejor las tierras, pues los moradores aseguran que 80% de la comunidad vive de la agricultura.
De igual manera, solicitaron mayor atención para el ambulatorio, el cual requiere dotación de medicamentos, insumos y aire acondicionado para brindar una mejor asistencia a la población.
En el área de infraestructura, la lugareña Elizabeth Tocuyo también pidió la reparación del techo de la biblioteca pública que tiene más de cinco años en malas condiciones y por lo cual se han perdido algunos libros.
Similar situación se presenta, desde hace ocho años, en el Infocentro de la comunidad ya que debido a la falta de mantenimiento se dañó la mayoría de los equipos de computación.
"También necesitamos atención para la escuela que alberga a los niños, desde educación inicial hasta 5to año. Casi todos los salones tienen déficit de pupitres y deben estar sacando mobiliario de un salón para otro, o también se sientan morochos o en el piso. Los maestros tampoco cuentan con escritorios y el comedor no tiene el equipamiento completo de ollas y freezer para brindar una buena atención", mencionó Tocuyo.
En el comedor del Simoncito también se presentan limitaciones para la preparación de los alimentos, a tal punto que Tocuyo aseguró que las madres procesadoras tienen que trabajar en sus casas, para que los menores de ocho meses a tres años puedan recibir su comida.
En la comunidad también aprovecharon de solicitar atención para la iglesia católica que, desde hace 10 años, funciona en malas condiciones debido a falta de ayuda gubernamental.
Para el estadio deportivo requieren iluminación y la reparación de la tribuna y la cerca; así como la culminación de una cancha.
Por otro lado, Castañeda manifestó la inquietud que existe de tener un cementerio en la comunidad, para lo cual disponen de un terreno, con lo que se evitarían el tener que ir a Bergantín o Curataquiche a dar sepultura a sus familiares.
"A nosotros nos queda muy lejos y es difícil movilizarse en carro por los problemas en la vialidad y la gasolina. Además, a los habitantes de Curataquiche no les gusta que uno vaya a enterrar para allá", dijo Castañeda.
Al parecer, la comunidad ha realizado la petición ante los organismos competentes pero, supuestamente, no ha existido una respuesta positiva para otorgar los permisos requeridos.
Por último, los vecinos se quejaron porque el pasaje en transporte público hacia Barcelona cuesta Bs 90, lo cual los perjudica, más que todo, a los estudiantes universitarios, a quienes supuestamente les sale más económico quedarse en casa de familiares o amigos. Piden que se habilite una ruta estudiantil o un transporte que les cobre más económico.
Barcelona / Elisa Gómez