Quejas. Ese fue el ambiente que se vivió la mañana de este lunes debido a la entrada en vigencia de la nueva tarifa establecida para el sistema de Bus de Tránsito Rápido (BTR) Cacique Cayaurima, la cual pasó de Bs 40 a Bs 240.
Con este incremento de 500%, que a su vez eleva en 80% el costo establecido en los particulares (Bs 300), los usuarios sacaron a relucir reclamos por la disminución de la calidad de este servicio que ya lleva más de tres años funcionando en la zona metropolitana del estado Anzoátegui.
Unidades sucias, algunas con vidrios rotos y sin aire acondicionado, fueron parte de las quejas que enumeró la secretaria Lisbeth Goitia, mientras esperaba en la estación de transferencia de Molorca.
"Los choferes no avisaron con anticipación para nosotros tomar las previsiones. Supuestamente empezaron a informar fue ayer domingo, pero ese día no debió ser tomado como referencia, porque la mayoría de las personas utiliza el BTR de lunes a viernes. Cada vez el servicio es más pésimo", expresó.
Déficit
Desde la semana pasada, los usuarios han venido denunciando también el déficit de unidades operativas en el sistema, lo cual se ve reflejado en las largas esperas en las paradas. La línea 3, que cubre la ruta hacia El Viñedo, en Barcelona, al parecer, ha sido una de las más perjudicadas. Así lo aseguró el obrero Héctor González.
“Tardamos casi tres horas de espera en las mañanas. Cuando ya el reloj indica que llegaremos tarde, es cuando empiezan a aparecer los autobuses, después de las 8:30 am. De verdad que no sé si es escasez o mala coordinación que tienen los trabajadores”.
Otro ciudadano, Carlos Marín, atribuyó las horas de retraso al tiempo que pierden los operadores cobrando el pasaje en efectivo, pues desde hace más de ocho meses no funciona el sistema de cobro electrónico por medio de la tarjeta.
“Pareciera que tuviesen un negocio con el efectivo, porque cuando uno pagaba con la tarjeta no les importaba dejar a las personas en las paradas, ahora que es con efectivo las quieren montar por todas las puertas y si no les cancelan se molestan”, manifestó.
Barcelona / Elisa Gómez