Naomi, oriunda de Güiria, municipio Valdez, del estado Sucre, como cualquier joven de 18 años, tenía aspiraciones de una vida mejor, por eso comenzó a plantear a sus padres la posibilidad de emigrar a Trinidad. La “amiga de una amiga”, la captó para “trabajar” en un centro comercial en Puerto España, en una “tienda de ropa” y se fue escondida y contra la opinión familiar.
Pero como si se tratara de un emblemático episodio de la Ley y el Orden, cuando llegó a ese país la realidad no podía ser más lejana de lo que le ofrecieron.
La joven, en tiempo record, se vio inmersa en una red de trata de personas, que la explotaron sexualmente. Allí le dijeron que para poder devolverla a su tierra tenía que pagar una deuda de 20 mil titis, moneda nacional trinitaria.
Su historia en ese país se complicó cuando las autoridades la apresaron por prostitución y en un golpe de suerte, la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) la trasladó a la casa de acogida de Caritas en Güiria, donde recibió asistencia médica y psicológica, para ayudarla a reinsertarse en su entorno.
La historia de Naomi es solo una de tantas que a diario son atendida por las organizaciones que luchan contra la trata de personas en el país, y que genera no pocas víctimas, sobre todo entre jóvenes y mujeres, principales blancos de estos delincuentes y que fue expuesto este lunes en el Ateneo de Carúpano, en un evento informativo, que contó con la participación de 300 jóvenes provenientes de las distintas parroquias de la Diócesis de Bermúdez.
El evento, organizado por Caritas Carúpano, la Red Clamor Venezuela, Fe y Alegría, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Consejo Danés para los Refugiados, la Pastoral Juvenil y el Centro Juvenil Talitakum, inició en el Ateneo de Carúpano con una jornada de exposiciones y siguió con una marcha por las calles de la ciudad, que culminó en la iglesia Santa Catalina.
El padre Jesús Villarroel, director de Caritas Carúpano y coordinador nacional de la Red Clamor Venezuela, durante la actividad, dijo que la idea es prevenir, por lo cual el evento de este lunes fue una jornada preparatoria para la conmemoración del Día contra la trata de personas, que se instituyó todos los 30 de julio en el mundo.
El padre advirtió que estamos en una zona muy sensible a este tipo de manifestaciones, por ser la frontera marítima con Trinidad y Tobago, donde las organizaciones que trabajan en el área, detectaron en lo que va de año a 36 jóvenes que fueron víctimas de este tipo de prácticas y que fueron acogidas en la casa de paso de Caritas en Güiria.
Villarroel explicó que la trata de personas incluye el tema de la explotación sexual, pero también la explotación laboral, el tráfico de órganos y otras situaciones de vulnerabilidad que sufren los migrantes.
Sobre el trabajo que se realiza en la casa de acogida del Güiria, el presbítero dijo que cumplen con los cuatro verbos en los cuales insiste el Papa Francisco: acoger, proteger, promover e integrar. Las jóvenes llegan a la casa como consecuencia de repatriaciones o deportaciones y reciben atención médica, psicológica, legal y espiritual que las ayuda a volver a sus entornos.
“Desde Carúpano queremos exhortar a que nos convirtamos en apóstoles de la prevención. El Papa Francisco ha dicho que este flagelo es por el egoísmo individualista del hombre y que la solución es la conversión del corazón, que podamos respetar la dignidad del cuerpo como templo del Espíritu Santo”.
De las 36 jóvenes detectadas como víctimas de trata de personas, 22 de ellas, todas muy jóvenes, llegaron a Güiria, deportadas por ejercer la prostitución en ese país. En este grupo había una jovencita que estaba embarazada y que debió recibir asistencia urgente ante el shock que sufrió al conocer su situación.
Otro relato estremecedor fue el de una muchacha de Guayacán de las Flores en Carúpano, captada para trabajar en Trinidad y trasladada a Puerto Ordaz y de allí a Delta Amacuro, donde embarcaría a Puerto España. Durante su estadía en Tucupita, al parecer se enteró por una conversación telefónica que iba a ser empleada como prostituta y alertó a su familia mediante el Facebook.
Una semana después, la joven fue localizada ahogada en un río de la localidad, sin que se conozca con quién estaba y cuáles fueron sus últimos movimientos.
La coordinadora de protección del Consejo Danés para los Refugiados, Carmen Sánchez, explicó que el ente comenzó a trabajar hace dos meses con Caritas en sus programas de prevención y protección, para mitigar los riesgos de los flujos migratorios. “Todo el estado Sucre está muy expuesto a este problema”.
De allí que se considere la prevención y la información como las principales armas para combatir esta práctica violatoria de los más elementales derechos humanos.
Sucre / Cecilia Lárez