Más de un mes llevan habitantes de La Encantada, en Nueva Barcelona, sin recibir agua por tubería, aun cuando la Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe) ha informado en sus redes sociales estar suministrándola hacia la zona.
Quienes viven en las calles 5, 6, 7, 8, 9 y 11, así como en las carreras 34, 35 y 35 bis del referido sector, manifestaron que "ni de madrugada ni con bombas" logran tener el vital líquido, por lo que se han visto obligados a recurrir a otras alternativas para adquirirlo.
Una de ellas es el uso de los camiones cisternas, pero el costo de los mismos significa un golpe a su economía. Las lluvias también han servido como recurso para, por ejemplo, bajar las pocetas, limpiar los enseres de cocina y bañarse.
La moradora Rosa Salazar sospecha que la llave que permite la entrada del agua a la zona está cerrada, por lo que sería necesario una revisión por parte del personal de Hidrocaribe.
Aunque recientemente estuvo una cuadrilla de la hidrológica en la zona, le señalaron a Salazar que estaban haciendo un trabajo para un conjunto residencial en particular y que de ser necesaria la atención para la comunidad completa, debían introducir una carta en sus oficinas.
Residentes de La Encantada se mostraron molestos ante la situación, pues el edificio en cuestión forma parte del sector, por lo que consideran que no debería haber individualismos, cuando los afectados son muchos.
Dairis de Chacín, otra de las afectadas, comentó que lleva 30 días resolviendo con cisternas y que gracias a que en su casa sólo viven dos personas, el recurso hídrico les rinde por varios días.
Sin embargo, señaló que hay familias más numerosas que deben pagar constantemente para llenar sus tanques, por lo que deben desembolsillar entre 5 y 10 dólares mínimo, en cada ocasión.
Vecinos se mostraron "urgidos" de que se restablezca el servicio del agua, ya que necesitan solventar sus necesidades domésticas, tales como: cocinar, lavar ropa y limpiar las casas.
Además, ante la pandemia de covid-19, necesita mantener una constante higienización de manos y espacios, así como atender a niños, ancianos y enfermos, algo que se imposibilita con los grifos secos.
Barcelona / Andrea Aroca