Las calles de Achípano, sector perteneciente al municipio Mariño de Nueva Esparta, representan una exigente prueba de manejo para los dueños de unidades de transporte público, porque tienen demasiados huecos. Hay tantos cráteres que muchos se abstienen de pasar por la zona para evitar accidentes.
Y es que en la comunidad, una de las más emblemáticas de la isla de Margarita, existen varios boquetes en la carretera que transforman al acto de conducir en una odisea no sólo para cualquier persona.
"Los choferes de autobuses tienen como tres semanas que no vienen porque las calles están rotas. Todos se quejan porque se les dañan las partes de carros porque la vía está en pésimo estado", relató Marisela Hernández, residente de la zona.
Dificultades
La mujer, de 75 años, comentó que pese a que acudieron a la alcaldía de Mariño a pedir soluciones a su problema, los trabajadores del ente todavía no se presentaron en Achípano. Considera que la apatía de los funcionarios públicos la perjudica, al igual que al resto de la población de su barrio.
"A uno le hace falta su transporte. En mi caso, soy una persona mayor y ya no puedo caminar largas distancias para hacer mis diligencias. Realmente necesitamos respuestas", comentó la dama con un marcado acento andino.
Lluvias y consecuencias
Hernández aseveró que en época de precipitaciones las arterias viales se llenan de agua y los vecinos se ven obligados a permanecer en sus hogares, porque no hay forma de salir de las casas.
"Cuando llegan las lluvias, estas calles se parecen a un río. Son caudales de agua los que corren y nadie puede pasar. Es bastante difícil vivir así", agregó Hernández con voz entrecortada.
Porlamar / Joseph Ñambre