Desde el minuto uno que el venezolano decide emigrar comienza una travesía que se extiende por meses hasta llegar al país de destino. En ese instante se transforma en un número más, que engorda la preocupante cifra de connacionales que buscan refugio en otras naciones, principalmente las de Latinoamérica.
Recientemente, la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) contabilizó más de 4,6 millones de ciudadanos fuera de Venezuela. Las estimaciones de este organismo para 2020 superarían los seis millones.
Con cada oleada migratoria las naciones receptoras establecen barreras para frenar el flujo incontrolable de personas, todo con la intención de lograr lo que los líderes mundiales llaman “una migración ordenada”.
Hasta la fecha, al menos 12 países en América exigen algún tipo de visado. Esto entorpece los procedimientos de los futuros inmigrantes, que además deben realizar legalizaciones, apostillas de documentos, tramitaciones de cédulas y pasaportes.
Indudablemente el venezolano que quiera emigrar debe tener su cédula, pasaporte y acta de nacimiento para viajar. En los últimos seis años los procesos para adquirir estos papeles se han dificultado.
Muchos ciudadanos no pueden emigrar por la imposibilidad de obtener la prórroga por dos años que el chavismo decretó en 2017. No obstante, con la llegada del presidente encargado, Juan Guaidó, muchos Estados, a partir de junio, permitieron el uso de los pasaportes vencidos.
Búsqueda de documentos
Para obtener los documentos de identificación se debe recurrir al Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime). Una vez acceda al portal web http://www.saime.gob.ve/ se creará una cuenta y podrá hacer sus trámites.
A primera vista, el sistema parece fácil de utilizar, pero la realidad es que la plataforma presenta múltiples fallas, obligando a los usuarios a acceder en distintos horarios durante períodos de hasta un mes.
La cedulación no tiene ningún tipo de costo, solo presentar el documento de identificación vencido en caso de poseerlo. Si se trata de un menor de edad deberá tener más de 9 años y consignar el acta de nacimiento.
En el caso de la renovación de pasaporte, la historia es más oscura. Liz Mercado es prueba de ello. En diciembre de 2018, luego de permanecer más de un año en Ecuador, fue víctima de un robo en el que perdió su pasaporte. Enseguida, buscó la manera de renovarlo, pero no tuvo suerte. En cambio, consultó con colegas abogados hasta que llegó a alguien que le dijo que por $ 2.500 podría tenerlo al pisar suelo venezolano.
Producto de las limitaciones monetarias, regresó al país a finales de 2018, de la misma manera que llegó a la nación receptora, en bus. En la frontera fue recibida por su padre y de ahí viajó hasta Valencia, donde vivía. Un mes después comenzó su odisea por conseguir la identificación internacional, por lo que acudió a un nuevo gestor que cobraba menos, $ 1.600, pero seguía siendo demasiado dinero, así que se negó y decidió hacerlo de la forma tradicional.
Mercado ingresó en el sitio web del Saime, solicitó la cita y pagó el procedimiento que tenía un costo de 86 mil bolívares soberanos, una suma grande en aquel momento.
Las solicitudes habían sido aprobadas y tenía cita para marzo en Caracas, pero la fecha coincidió con el primer gran apagón del año, por lo que perdió la oportunidad y el dinero. Mercado señaló que algo ocurrió en el sistema que sus datos desaparecieron. Esto se repitió una segunda vez, para ese entonces ya había pagado 160 mil bolívares, por el cambio de la unidad tributaria actualmente fijado en Bs 50. En el tercer intento volvió a pagar y tampoco lo logró, porque según le habían comentado, al cancelar con una tarjeta ajena debieron darle un comprobante del Banco de Venezuela y esta no lo tenía, además de exigirle que el plástico fuese suyo.
A la cuarta logró su pasaporte. Le quedaban dos documentos por tramitar, antecedentes penales y carta de soltería. Ahora no viajaría a Ecuador, sino a España, donde la esperaba su novio, quien se encargó de pagarle el pasaje, fechado para el 11 de noviembre.
Como sabía que solicitar estos documentos, apostillarlos y legalizarlos tomaría tiempo pagó 300 dólares a otro gestor que hizo todo en cuestión de semanas, a sabiendas de que las próximas citas eran para febrero. Luego de eso pudo viajar.
Papeleo dolarizado
Solicitar los servicios de un gestor es costoso, pero suele ser una garantía de éxito. Joaquín Flores es abogado y se dedica a agilizar los procesos.
La corrupción es la principal herramienta para obtener cada papel en tiempo récord. “Estos son procedimientos que se hacen por debajo de la mesa. Por la mayoría de los papeles no se debería pagar nada, pero si no lo haces puedes pasar hasta un año en la espera”.
Su trabajo es hacer los trámites con la mayor prontitud posible, negociando con funcionarios, quienes piden $140 por varios documentos y $120 por sólo uno. Con este negocio Joaquín gana entre 30 y 20 dólares, pero no es un monto fácil de pagar para el venezolano promedio.
“Los precios varían según el documento. Yo no me encargo de sacar pasaportes, pero tengo un amigo que te consigue la cita por $ 70”.
Mensualmente, Joaquín capta entre 10 y 12 clientes que piden antecedentes penales, cartas de soltería, legalización y apostilla de documentos universitarios y de escuela básica, sin descartar las partidas de nacimiento.
Cuando necesite realizar este proceso deberá regístrarse en http://legalizacionve.mppre.gob.ve y solicitar sus citas para apostillar y legalizar. El día del encuentro coincidirá con el terminal de su cédula de la siguiente manera: Lunes: 0-1, martes: 2-3, miércoles: 4-5, jueves: 6-7, viernes: 8-9, sábado 0-1-2-3-4, domingo 5-6-7-8-9
Seguidamente deberá completar los datos que la página le coloque, tanto suyos como de sus hijos en caso de tenerlos. De no poder asistir a la cita, un representante legal podrá cubrirlo. Posteriormente podrá indicar los documentos a procesar. Si puede ser apostillado de manera electrónica, el sistema se encargará de avisarle mediante un correo.
Si necesita una carta de soltería, Flores cobra $ 15, pero en el caso de una legalización y apostilla la suma se dispara a $ 300.
Alto costo
La hiperfinflación y la dolarización se han vuelto más evidentes con los trámites migratorios, luego que el pasado 19 de noviembre el Saime aplicara un aumento por encima de 3.500%, una cantidad difícil de asumir para la mayoría de la población.
El costo del pasaporte pasó de 160 mil bolívares a 5 millones 890 mil 270 bolívares, prporcional a 19,63 salarios mínimos y una vez dolarizada, equivaldría a más de 147 dólares.
En el caso de la prórroga, el precio es inferior, pero esto no se traduce en una real economía, puesto que pasó de los 80 mil bolívares a 2 millones 945 mil 486 bolívares. Por ello el venezolano deberá tener al menos 73 dólares en el bolsillo, para hacerse del documento.
Tomando en cuenta que el Gobierno anunció recientemente que los trámites podrían ser cancelados en petros, la primera operación equivaldría a 3,40 petros, mientras que la prórroga 1,70 petros, esto según la petrocalculadora disponible en el sitio oficial de la criptomoneda.
Emigrantes con cola y patas
Un par de maletas a veces no son suficientes para emigrar. Algunos venezolanos se ven forzados a dejar a sus familiares y mascotas atrás, pero para Nina Bortolussi, de 22 años, despedirse de su perra de seis años no era una opción.
Desde 2017 planeaba irse a España con una de sus dos hermanas, pero los dos años restantes de carrera de Comunicación la limitaron.
La muerte repentina de su madre apresuró todo, pero resistió y a finales de 2018 comenzó a trabajar de freelance para ahorrar y tramitar sus papeles.
No fue fácil. Conseguir la prórroga del pasaporte, tanto venezolano como italiano requirió de muchos dólares.
“Con mi gestor tuve problemas. Me prometió tener todo en 21 días y terminó haciéndolo en tres meses por supuestas”. A Nina le tocaba graduarse en mayo de 2019 y luego de ese momento no habría ataduras. Desde la muerte de su madre vivía sola en una enorme casa al norte de Valencia.
Su única compañera era Sammy, una perra callejera de pelaje negro que rescató y con la que decidió salir de Venezuela.
En febrero viajó a Caracas para realizar los trámites correspondientes.
Según el abogado Fernando León, para la salida de mascotas se necesita el certificado de salud, que se obtiene en ocho días y dura 30 días.
Para eso debía acudir al Instituto de Salud Animal Integral (Insai).
Ahí tenía que mostrar el certificado nacional antirrabia, con más de un mes de emisión. Este no podrá exceder del año, anexar la tarjeta de vacunación y constancia de proceso de desparasitación. Todos los papeles debían estar vigentes.
Si va a Europa es obligatorio la aplicación del microship, proceso que hará exclusivamente un veterinario registrado en el Insai.
El costo es de 5 unidades tributarias. A Bortolussi todo esto le salió en 300 dólares, sin contar el costo del kennel (jaula transportadora de animales) que ronda los 400 dólares.
Sin embargo, faltando unas dos semanas para su graduación tuvo un accidente de tránsito y perdió a su perra, que escapó del vehículo luego que el carro chocara contra una gandola a las 7:00 de la noche, en una autopista sin iluminación.
En el proceso fue extorsionada por la Guardia Nacional Bolivariana y ante el acoso se fue del país dos semanas después, sin saber el paradero de Sammy.
Al tiempo emigró a Holanda, donde luego de seis meses recibió una llamada alentadora, Sammy había aparecido.
Ahora, Nina y sus hermanas están decididas a llevarse a Sammy, quien forma parte de la familia, pero a España, pues Ámsterdam no es una opción por las dificultades económicas que vive Bortolussi.
Caracas / Armando Díaz
