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El dólar pierde poder de compra en la Venezuela hiperinflacionaria

noviembre 14, 2019
Dólar no sube a la misma velocidad de los precios de los productos / Foto: Cortesía

Con ocho dólares un venezolano podía comprar a inicios de septiembre, cuando el dólar rondaba los Bs 25 mil, cinco productos básicos de la canasta alimentaria familiar: un kilo de carne de res, uno harina de maíz precocida, uno de pasta y otro de tomate, así como un cartón de huevos. Dos meses después, a finales de octubre y con un tipo de cambio paralelo en Bs 21 mil, ese consumidor necesita mínimo 12 dólares para adquirir los mismos cinco productos.   

En Venezuela, país que cumple en este mes de noviembre dos años en hiperinflación, las personas tienen que cambiar más divisas para poder pagar los mismos productos conforme pasan los meses, afirma el economista Víctor Álvarez, Premio Nacional de Ciencias.   

“Hay meses en los que todas las mercancías registran aumentos significativos en sus precios, mientras que el precio del dólar no sube a la misma velocidad. Cuando esto sucede, las familias, las empresas y las instituciones se ven obligadas a cambiar más dólares para pagar los bienes y servicios que se cotizan en bolívares, y esto crea la impresión de una inflación en dólares”.   

Entre septiembre y octubre, el tipo de cambio no oficial, la referencia para los comerciantes y consumidores, bajó 16% al pasar de Bs 25 mil a Bs 21 mil. Entretanto, el precio del cartón de 30 huevos se incrementó en ese mismo período 33,3% al subir de Bs 60 mil a Bs 80 mil. Entre ambos meses el kilo de pasta larga aumentó 94,8%, la harina de maíz precocida 22,2%, el kilo de tomate 14,2% y la carne de res 8,3%.   

La pérdida del poder de compra de la moneda estadounidense en Venezuela se ve claramente si se compara la cantidad de dinero que se necesitaba en septiembre de 2018 para comer y cuánto se requirió un año después.

En septiembre de 2018 se necesitaron al menos 247 dólares a un tipo de cambio paralelo promedio de Bs 92,64 por dólar para cubrir el costo de la canasta alimentaria familiar calculada por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), la cual se ubicó en 22 mil 927,81 bolívares.   

Un año después, en septiembre de 2019, ese monto subió a 337,99 dólares a una tasa cambiaria de Bs 20 mil por dólar. El Cendas informó que en ese mes la cesta se situó en 6 millones 759 mil 831,93 bolívares, lo que representa una variación interanual de 29.383,1%, mientras que el incremento del dólar no oficial en ese mismo período fue inferior: 21.488%. Una familia de cinco miembros necesitó 169 salarios mínimos de Bs 40 mil sólo para poder cubrir sus necesidades mínimas de alimentación, lo cual significa que el hogar requirió Bs 225 mil 327 diarios –más de cinco salarios mínimos cada día u 11,26 dólares– para adquirir la canasta alimentaria.   

 Una errática política   

Oscar Meza, director del Cendas, aseguró que actualmente una familia necesita un poco más de 300 dólares para pagar la canasta alimentaria y 600 dólares para la canasta básica.   

 “No obstante, el ingreso familiar, en el mejor de los casos, es de 20 dólares. En el mejor de los casos. Esto ha llevado a empresas y centros de trabajo del sector privado e incluso del sector público a prescindir de los anuncios presidenciales y a pagar remuneraciones y bonos adicionales, para mantener y retener el personal indispensable, que aún permanece en el país”.   

Álvarez subraya que “el demencial desquicie” de todos los precios en bolívares y el rezago en la evolución del precio del dólar en bolívares, se traduce en una pérdida del poder adquisitivo del dólar.   

 “De hecho, en la economía dolarizada los precios también suben y en lo que va de 2019, el dólar ha perdido más de 50% de su poder de compra”.   

En el informe “Continúa el descenso del poder de compra del paralelo”, realizado por Econométrica, la firma señala que la pérdida acumulada del poder de compra de la divisa negra en 2018 fue de 84%, mientras que en 2019 el índice registró su mayor caída en términos interanuales y alcanzó de nuevo un mínimo histórico, siendo la de junio la más grave (-92%).   

Econométrica indica que para el segundo trimestre de este año era necesario usar en promedio 6,8 dólares para adquirir lo que un dólar compraba un año atrás.   

Explica que el encarecimiento de los productos nacionales en moneda extranjera se debe a que la inflación se ha incrementado en mayor medida que el tipo de cambio paralelo, provocando así una apreciación del tipo de cambio real.   

“Este efecto en la economía es el que se denomina erróneamente como inflación en dólares. Este comportamiento se observa con la ampliación de la brecha entre ambas variables en dicho período”.

“Dado que la depreciación presentada por el tipo de cambio paralelo fue mayor que el aumento de la inflación para el tercer trimestre, el ratio se ubicó, en promedio, en 6,5%. Cabe destacar que aunque el ratio descendió, es necesario mucho más que un descenso para aseverar que el poder de compra del dólar registra una mejoría. En 2019 tanto la inflación como el tipo de cambio alternativo se han desacelerado en términos interanuales, pero no ha sido impedimento para que la vida en dólares se haya encarecido”.   

Álvarez explica que el rezago del precio del dólar en comparación con los demás es la consecuencia inevitable “de la errática política fiscal y monetaria del Gobierno”.   

“Con una mano sube el encaje legal que deja sin liquidez a la banca para otorgar préstamos y eso frena la demanda de dólares, pero con la otra mano inunda temporalmente el mercado de bolívares al vender divisas al BCV y utilizarlas para pagar deudas a proveedores y contratistas. Estos de inmediato corren a protegerse comprando dólares y esto presiona el alza del dólar paralelo”.   

En su apreciación, cuando las aguas vuelven a su cauce y los proveedores y contratistas han protegido sus pagos en bolívares convirtiéndolos en dólares, entonces baja la presión de demanda en el mercado cambiario y cae el precio de la divisa, que había subido como espuma.   

Esto es exactamente la causa de los repentinos repuntes del precio de la moneda estadounidense en los últimos meses. Según el economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, la razón por la cual se incrementó la tasa cambiaria entre el 21 y el 28 de octubre es la misma que impulsó el precio del dólar en agosto pasado.   

 “El Ejecutivo inyectó órdenes de pago por casi 800 millardos de bolívares en apenas dos días y el tipo de cambio reacciona con fuerza. Lo que pase con el paralelo de aquí en adelante está atado a la ejecución fiscal”.   

En el mes ocho, la tasa cambiaria dio un salto abrupto: aumentó 108% por el incremento de la demanda luego que los proveedores con los que Pdvsa y entes del Estado saldaron deudas utilizaran los bolívares para comprar dólares. El repunte del tipo de cambio disparó los precios de bienes y servicios y duplicó la inflación calculada por la Asamblea Nacional (AN). Además, la política de contracción del crédito que aplica el Banco Central de Venezuela (BCV) a través del encaje bancario marginal no permite que la tasa cambiaria vaya a la par de la inflación.  

Prevén que el precio del dólar se elevará cuando el Gobierno comience a pagar aguinaldos, y a cancelar deudas con proveedores y contratistas / Foto: Archivo

Proyecciones  

Álvarez sostiene que la política monetaria restrictiva degenera en incentivo perverso para la especulación cambiaria, pues estimula la compra de dólares cuyo precio está atajado en comparación con los demás, y estos dólares “baratos” luego son revendidos a mayor precio cuando el Ejecutivo paga nuevamente. 

El experto señala que el precio del dólar pegará un próximo brinco cuando el Gobierno comience a cancelar aguinaldos, utilidades y bonos, así como deudas con proveedores y contratistas.   

“En noviembre y diciembre se volverá a disparar la tasa de cambio. Si quiere comprar dólares baratos, hágalo ahora”.   

El economista Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, advierte que la caída que registró el dólar en septiembre es puntual, inestable e insostenible.   

“En breve, la presión inflacionaria amplifica la brecha entre el valor real del dólar y el tipo de cambio aprisionado artificialmente, con lo que el Gobierno intenta aplicar un simple torniquete, a un problema cambiario que requiere una cirugía mayor. Esas vendas se empichacan e infectan, el dólar se convierte en el bien más barato de la economía, los precios internos se disparan, afectando aún más la capacidad de compra de la población y reduciendo la producción local”, agrega.   

La firma Econométrica dice en su informe que se espera que el tipo de cambio paralelo tenga una recuperación mensual, ya que históricamente en el último trimestre es cuando la tasa alternativa aumenta de manera significativa.   

 “Puede resultar en una pequeña recuperación del poder de compra del paralelo, siempre y cuando la inflación crezca en menor medida”.   

 “El problema principal del Ejecutivo debe ser controlar y disminuir la inflación. De lo contrario, el encarecimiento de la vida en dólares seguirá en ascenso”.

Caracas / Carlos Seijas

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