La paciencia parecía agotarse entre los 4.000 migrantes centroamericanos que continuaron este sábado entre caravanas hacia Estados Unidos, con algunos discrepando abiertamente con los organizadores que los guían a través del sur de México.
Varios miles de migrantes optaron por descansar en los pueblos de Juan Rodríguez Clara e Isla, ambos en el estado mexicano de Veracruz, que se encuentran a unos 64 kilómetros de su escala anterior, en Sayula, del estado vecino de Oaxaca.
Otro contingente se separó por medio de viajes de dedo y caminatas hasta Tierra Blanca, Veracruz, que se encuentra a unos 128 kilómetros (unas 80 millas) al norte.
Agotados y confusos
Muchos dijeron haber perdido la fe en los organizadores del grupo más grande, después de que estalló la confusión con respecto a unos autobuses que habrían llevado a los migrantes en una ruta hacia la Ciudad de México.
Mientras tanto, los migrantes luchan contra el agotamiento, las ampollas, las enfermedades y los pies hinchados, cuando todavía faltan cientos de kilómetros hasta la frontera más cercana con Estados Unidos. Los ánimos se caldearon dentro de sus filas.
México se enfrenta ahora a una situación sin precedentes con tres caravanas circulando por un tramo de más de 500 kilómetros en los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz, con un total calculado en 6.000 migrantes.
México / AP