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Especialistas prevén que crecimiento económico se desacelere a 5% en 2023, aunque entrada de petroleras extranjeras podría elevar la estimación

enero 2, 2023
El Banco Central, el PIB registró crecimientos puntuales de 17,45%; 23,30% y 13,22% en los trimestres primero, segundo y tercero de 2022, respectivamente, lo que deja ver una desaceleración de 10 puntos entre julio y septiembre / Foto: La Verdad

El año que acaba de finalizar estuvo marcado, al menos en su primera mitad, por la valoración positiva de distintos analistas en torno a una leve recuperación económica del país.

Sin embargo, el repunte terminó por desinflarse hacia el último semestre de 2022, aguijoneado por un estancamiento de la producción petrolera, un elevada inflación impulsada por un agresivo aumento de la cotización del dólar y una disminución del poder de compra de los ciudadanos que vieron desplomarse sus expectativas de una pasar unas navidades sin agobios.

Distintas instancias de medición independientes y organismos financieros internacionales se han encargado publicar sus propios resultados sobre la evolución del Producto Interno Bruto (PIB) -monto total por la producción de bienes y servicios del país durante el año.

El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) comenzó a reportar mejoras a partir del segundo trimestre del 2021, y ya en el tercer trimestre de ese mismo año se observaron cifras de dos dígitos de este indicador. No obstante, para el tercer trimestre de 2022 el crecimiento de la economía venezolana se desaceleró 5,1 puntos hasta llegar a 9,8 % respecto al segundo trimestre, cuando el PIB había subido 14,9 %.

Pero la más reciente confirmación acerca de la desaceleración provino del Banco Central de Venezuela (BCV), con la divulgación a finales de año del informe del comportamiento de la economía durante los primeros nueve meses del año.
Según el máximo organismo emisor, el PIB registró crecimientos puntuales de 17,45%; 23,30% y 13,22% en los trimestres primero, segundo y tercero de 2022, respectivamente, con lo cual, el acumulado enero-septiembre cerró con un repunte de 17,73%, respecto al mismo período de 2021. No obstante, se deja ver igualmente una desaceleración de 10 puntos para el tercer trimestre.  

El efecto rebote

Al poner la lupa en la actividad petrolera, el BCV confirmó un crecimiento puntual de 27,09% en el lapso comprendido entre enero septiembre, al integrar los aumentos observados de 37,69% en el primer trimestre, de 37,55% en el segundo y 8,48% en el tercero -una desaceleración más marcada de 29,07 % entre julio y septiembre, en este caso.

La máxima instancia financiera, atribuye el aumento de la actividad petrolera iniciada en el tercer trimestre de 2021 “a la recuperación de la capacidad de producción de crudo, a través de la gestión directa y de las empresas mixtas”.

En cuanto a las actividades no petroleras, la variación puntual fue de 14,49% en nueve meses, con crecimientos de 10,75%; 17,93% y 14.84% en los tres trimestres que lo conforman. El incremento responde a las evoluciones positivas que se observaron en la mayoría de las actividades no petroleras: manufactura (39,61%), transporte y almacenamiento (54,35%), comercio (25,28%), servicios del gobierno general (12,08%), electricidad y agua (3,23%) y comunicaciones (0,36%).

Con algún margen de error, las estimaciones del crecimiento del PIB para todo 2022 podría estar cercano a 9 %, una desmejora con respecto a las proyecciones hechas comienzos de 2022. Según los pronósticos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cerpal), el PIB de Venezuela se elevaría a 12% en 2022. Pero, em octubre, el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES UCAB) pronosticó que, al cierre del año, el país tendrá un crecimiento de 7,22 % de su producto interno.

Lo cierto es que los descensos del PIB en el país han sido sostenidos a lo largo los últimos ocho años. Desde 2014 y de forma consecutiva, los registros de este indicador fueron de: -3,9%, - 6,2%, -17%, -15,7%, -19,6%, -35%, -30% y -1,5% hasta 2021. Para los analistas, el aumento del PIB en el primer semestre es como echar unos pocos vasos de agua en un tanque casi vacío: si durante ocho años se fueron sacando litros y litros de agua, hasta reducirlo al mínimo, se necesitaría mucho tiempo para volver a llenarlo a su nivel original.

De acuerdo con el socio-director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, la capacidad de crecimiento depende de muchas variables y lleva tiempo poder recuperar lo perdido sin vender realidades falsas.

“Los cambios institucionales siendo rápidos, llevan tiempo. Creciendo a 9%, a tasa implícita, para volver a la economía del año 2013 tardaríamos 18 años. Crecer a 3,2% tardaría 48 años. Después de la destrucción no es poca cosa su reconstrucción ni los daños, en corto plazo se recuperan sectores y economía crece lentamente, en largo hace falta mucho más”, apuntó Oliveros durante un foro realizado en la Universidad Central de Venezuela (UCV) a finales de año.

Para el economista Leonardo Vera, luego de que la economía cayera por casi ocho años consecutivos la base de cálculo es tan baja que un mínimo impulso resulta en un “rebote” elevado.

“Un simple ejemplo resulta en una buena analogía. Si su país producía y vendía 30 quintales de café y ocho años después sólo 5, la caída es de 83%. Si usted al siguiente año pasa de 5 a 6 quintales, su crecimiento es de 20%, pero ese paso está muy lejos de los 30 quintales de antaño”, explicó a través de la red social Twitter.

Proyecciones 2023 y la apuesta petrolera

La pregunta actual es si el leve crecimiento registrado en los últimos dos años será sostenible en 2023. La producción petrolera e industrial, fuentes de generación de recursos para el PIB, parecen tener un límite si no hay ajustes reales en la economía y en la salud financiera del país.

En particular, la producción de crudo parece estancada entre los 650 mil y 700 mil barriles diarios, algo que no favorece a las proyecciones de crecimiento en el corto y mediano plazo.

Las expectativas del Ejecutivo nacional están cifradas en el arribo de trasnacionales petroleras que permitan, a través de la conformación de empresas mixtas, elevar la extracción de hidrocarburos.

El primer paso se produjo a comienzos de diciembre, cuando se materializó la firma de acuerdos entre Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la estadounidense Chevron. El impacto inicial en el volumen de producción, según diversos analistas será muy limitado -un incremento de entre 50 mil y 70 mil barriles diarios en el corto plazo y de 150 mil y 200 mil barriles en un lapso de 18 a 24 meses. Por ello, el verdadero interés del Gobierno es que este sea el primer paso para una creciente participación de otras compañías foráneas en el país, como la italiana Eni o la española Repsol.

Para el economista y fundador del OVF, José Guerra, el crecimiento económico dependerá de lograr un incremento real de la producción petrolera, sujeto a la relajación de las sanciones y nuevas inversiones. “Luego de la desaceleración del PIB a 9,8% en el tercer trimestre, para el cuarto trimestre 2022, todo dependerá cómo se comporte la producción petrolera”, agregó.

Pero aún más. La economía global probablemente entre en recesión. Esto en buena medida por el comportamiento de los indicadores estadounidenses y el agresivo incremento en la tasa de interés por parte de la Reserva Federal para contener la inflación. 

Esto tendrá efecto cascada en Venezuela y en todo el mundo debido a que las personas van a consumir menos, las empresas van a ser comedidas a la hora de invertir, y por ende la producción va a disminuir. Particularmente en Venezuela, se podría ver perjudicada en cuanto al crecimiento incipiente que venía experimentando en los últimos dos años.

“Lo más probable es que haya una ralentización del crecimiento económico del país y se experimente una recuperación en promedio de 2 % al 5 % del PIB para 2023 con respecto a 2022”, indicó el economista Alejandro Castro Sánchez a El Tiempo.

Esta cifra es similar a las proyecciones de la Cepal para este año que también ubican un crecimiento del PIB cercano a 5 %, una desaceleración con respecto a todo 2022.

Castro añadió que desde un “punto de vista optimista” una recuperación de la producción petrolera basada en exenciones otorgadas a través de licencias -como la de Chevron, que a su vez podría beneficiar a otras petroleras-, permitiría elevar la exportación de crudo a 900 mil o 1,2 millones de barriles, lo que traería beneficios directos al Estado venezolano.

“Ese escenario podría consolidarse una recuperación del PIB cercana incluso a 10 % por ese flujo adicional de dinero que recibiría Pdvsa con 200 mil a 300 mil barriles adicionales de una producción actual que ronda los 700 mil”, dijo.

Sin embargo, explicó que el comportamiento de los precios del petróleo puede verse afectado dependiendo de qué tan fuerte y prolongado pueda ser el escenario de recesión que se vislumbra en el horizonte.

“De haber una recesión leve, que pueda extenderse solo por el primer semestre de 2023, quizá los precios puedan retroceder y luego recuperarse hacia el segundo semestre, pero si es prolongada se mantendrían muy bajos impactando a Pdvsa independientemente que su producción mejore”, advirtió.

Por el momento, la apuesta petrolera, aunque políticamente viable, aún no es garantía de mejora para este año.

 Caracas / Rodolfo Baptista / Rafael Arias

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