Con una de las ciudades más grandes de Carolina del Norte prácticamente aislada debido a las inundaciones causadas por el huracán Florence, las autoridades comenzaron a distribuir alimentos, agua y carpas a los residentes de Wilmington mientras más personas eran rescatadas de barrios, tierra adentro sumergidos bajo el agua.
Los trabajadores comenzaron a entregar las provisiones a los residentes varados en la ciudad de 120.000 personas la mañana de este martes, dijeron funcionarios del condado.
Un camino se abrió brevemente hacia Wilmington, dijeron los funcionarios, y los artículos fueron llevados a la ciudad en camiones militares y helicópteros, que también han sido utilizados para recoger a cientos de personas de techos de casas y otras estructuras.
“Gracias”, expresó un agotado Willie Schubert a los tripulantes de un helicóptero de la Guardia Costera que lo recogieron a él y a su perro Lucky del techo de una casa rodeada de agua en Pollocksville. Se desconoce cuánto tiempo llevaba allí.
La cifra de muertos a consecuencia del meteoro se elevó a cuando menos 32 en tres estados, 25 de ellos fueron en Carolina del Norte, cuando los remanentes del alguna vez poderoso huracán categoría 4, ahora reducido a una masa de baja presión, dejó caer lluvias en el densamente poblado noreste.
En algunos sitios finalmente dejó de llover y el sol se asomó, pero el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, advirtió que el agua permanecerá peligrosamente elevada durante días. Exhortó a los habitantes que fueron evacuados de las áreas más golpeadas a que no regresen debido a que aún hay caminos cerrados e inundaciones que sumergieron comunidades enteras.
En la Casa Blanca, el presidente Donald Trump dijo que casi 20.000 efectivos militares y trabajadores federales fueron emplazados para que ayuden en la recuperación.
Carolina del Norte/ AP