Delsa Jennifer Solórzano Bernal, mujer nacida en El Hatillo, estado Miranda, a pesar de que su padre era de tendencia oficialista y militó para el Partido Socialista de Venezuela (PSUV), ella decidió formar parte de la derecha venezolana y ser la oposición de quienes han gobernado el país por más 20 años.
Solórzano, de profesión abogada, se desempeñó varios años como diputada de la Asamblea Nacional venezolana, pero en esta oportunidad decidió dejar a un lado sus pretensiones parlamentarias para emprender un camino hacia la presidencia del país caribeño.
Madre de un hijo. Fundó el partido Encuentro Ciudadano y se encuentra de gira por Venezuela, ya que participará en las primarias que realizará un sector de la oposición venezolana el próximo 22 de octubre. Solórzano estuvo recientemente en el estado Táchira, donde ofreció su Respuesta Definitiva, para conocer un poco más de su vida y sus pensamientos políticos.
“Soy demasiado estricta, esa es mi fortaleza y mi debilidad”, nos manifestó Solórzano al comienzo de la entrevista en la sección Respuesta Definitiva, quien además con mucho entusiasmo decidió presentar a su equipo de trabajo y riéndose señaló que su hijo es parte de este movimiento que la apoya en búsqueda de lograr ganar las primarias: “Mi hijo está ahí. Y cuando mi esposo no está trabajando, también viene. Mi hijo es mi vida, él se gradúa de bachiller el próximo viernes, si Dios quiere”.
—¿Qué le impulsó a querer ser Presidenta de Venezuela?
—Que sé que puedo hacer las cosas bien, que he dedicado mi vida a esto y que amo tanto a Venezuela como se ama a un hijo.
—¿Considera que para lograr un cambio positivo en el país solo se necesita cambiar de presidente?
—Para lograr un cambio positivo en el país, se necesita cambiar de sistema.
—Si usted no gana, ¿a que otro candidato presidencial apoyaría?
—Solamente apoyaría al que me gane en primaria. Pero, si yo creyera en este momento que hay una mejor opción que yo, no sería candidata. Estaría apoyando a otro candidato.
— ¿Qué opina de los precandidatos que están inhabilitados pero siguen formando parte de las primarias?
—Las inhabilitaciones son inconstitucionales. O sea, que ellos pueden seguir participando. El tema es por quién vota la gente. Ya no es un tema de los candidatos, sino del voto ciudadano.
—¿De dónde salen los recursos para su campaña electoral?
—La verdad, de mucho esfuerzo, de mucho trabajo. Y es un tema que me preocupa, porque la verdad es que yo no tengo plata. Yo ando por tierra en una camioneta vieja arriesgando la vida, incluso la de mi hijo que viaja conmigo, la del equipo voluntario que me acompaña. Quienes me acompañan son chamos que trabajan, que hacen otra cosa, que viven de otra cosa y que con mucho amor nos acompañan en esto. Cada uno de ellos trabaja y dedica su tiempo y su esfuerzo al comando de campaña, a este sueño, y yo trabajo mucho para poder vivir y para poder llevar el pan a mi casa y me siento muy orgullosa de eso. Esto demuestra que no es cierto que usted tiene que ser rico de cuna para ser política, que no es cierto que usted se tiene que corromper, que no es cierto que usted le tiene que aceptar plata a los enchufados. Yo me siento orgullosa de hacer política como la hacemos.
—Usted ha dicho en varias entrevistas que al llegar a la presidencia, su primera medida es liberar a los presos políticos ¿Por qué cree que esto es más importante que los problemas económicos y sociales del país?
—Liberar a los presos políticos te lleva un minuto, que es la firma del decreto. Por cierto, los presos políticos están en una condición de vulnerabilidad bastante especial ¡Quién dijo que son excluyentes las cosas! Puedo estar firmando el decreto de libertad de los presos políticos, y seguir gobernando— respondió la precandidata. A lo que se le reiteró la pregunta: —Pero, ¿qué la lleva a tomar la decisión de que esta sea una primera medida? —Solórzano responde con incomodidad- ¿Cómo puede avanzar una nación si tiene prisioneros políticos? ¿Alguien puede estar tranquilo en su conciencia? A ver, si yo soy Presidente de la República mañana y los presos políticos siguen estando en las cárceles, entonces yo paso a ser carcelera de los presos políticos, y yo no quiero presos políticos en mi gobierno.
—En caso de ser presidenta, ¿dolarizaría Venezuela o sigue apostando por el bolívar?
—Cuando yo sea presidente, tengo que estabilizar la economía. El problema no es dolarizar a Venezuela, el problema es estabilizar la economía para que la moneda tenga valor.
—De ganar la presidencia, ¿qué acción tomaría contra los responsables de la crisis económica y social que vive actualmente Venezuela?
—Todo aquel que haya cometido un delito, tiene que responder a la justicia.
—De ser presidente, ¿qué medidas tomaría en el estado Táchira tomando en cuenta que es frontera?
—Lo primero, los grupos irregulares no pueden seguir actuando bajo el amparo del Estado ¡No pueden! Ellos están allí porque están bajo el amparo del Estado. En el país, hay hasta pistas ilegales a través de las cuales fluye la droga. Más del 50 % de la droga que llega a Europa va desde Venezuela. Y eso hay que resolverlo. Eso nada más se puede resolver si ya tú no tienes un narcoestado.
—Usted como madre venezolana, ¿qué les diría a esas mujeres que vieron partir a sus hijos? —tomó un respiro profundo y respondió
—Hay esperanza de que vuelvan. Yo aspiro ser la esperanza para que los hijos de Venezuela vuelvan. Mi hijo vive aquí, ahí está, y yo no quiero que se vaya— dijo, mientras sus ojos se iban llenando de lágrimas—. Él va a estudiar en la universidad en unos meses aquí. Y mi objetivo es que cada madre pueda tener a su muchacho aquí. Al final del día, el WhatsApp no te abraza. El WhatsApp te puede pedir la bendición, pero tú no la sientes. El WhatsApp no tiene olor. Y yo quiero ese olor a Venezuela, que solamente lo tenemos aquí.
Táchira / La Nación