En las distintas parroquias de Cumaná, con devoción y mucha fe, feligreses celebraron el Domingo de Resurrección, el día más, importante del año para los que profesan la religión cristiana
En una ceremonia realizada en el sector Caigüire de esa ciudad, monseñor Mariano José Parra, Administrador Apostólico de Cumaná, en compañía del presbítero Aníbal Aquino, párroco de Santa Ana, llevaron a cabo la bendición del mar, en las orillas del golfo de Cariaco.
Durante su discurso, señaló que este domingo representa un día importante para la iglesia. “Estamos muy contentos nosotros los que creemos en Cristo porque nuestra fe se basa en la resurrección del señor. Durante la Semana Santa hemos celebrado la muerte de Jesús, que tiene un significado que culmina con la resurrección”.
Monseñor Parra hizo un llamado para que los cristianos desechen de sus vidas el pecado. “Podemos buscar la felicidad en el dinero, el poder, en el placer; pero no la vamos a alcanzar, pero si nosotros seguimos el mensaje de Cristo seremos felices a pesar de todas las cosas negativas”.
Recordó que Dios predicó un solo mandamiento como principal: amar a Dios sobre todas las cosas y amarse los unos a los otros, “como Cristo nos amó”.
“Esta fiesta no tiene sentido si después que salimos de aquí, de este espacio tan hermoso frente al golfo de Cariaco, si nosotros no cambiamos nuestra vida, si seguimos pecando igual que antes”.
En la actividad se realizó la bendición del mar y luego la bendición del agua, para que las personas la tengan en sus casas. "Le pedimos a Dios que bendiga en abundancia este hermoso mar que nos regaló, este golfo de Cariaco, y que sea para nosotros fuente de alabanza a Dios, Padre Creador".
Por otro lado, en la parroquia San Vicente de Paúl, celebraron el Domingo de Resurrección con dos eucaristías oficiada por el presbítero Rodrigo Parra, párroco del templo y el presbítero Luis Enrique Quintero, vicario.
Con cantos, alegría y mucha devoción, los asistentes vivieron este día, adorando al Señor resucitado. También llevaron sus envases con agua que fueron bendecidos por los sacerdotes, como parte de la tradición religiosa.
Durante la homilía, Quintero dijo que la invitación es a no quedarse quietos, ni adormecerse. “Hay que pedirle al Señor que quite esa quietud que nos impide seguir e ir al encuentro del Señor”.
Refirió que Jesús ha movilizado la piedra del sepulcro para “recordarnos que está vivo y que el amor vence y que nunca muere, por eso al volver a la comunidad de donde hemos salido, debemos anunciar la buena noticia, que el señor está vivo y está resucitado”
Cumaná / GL – Corresponsalía