Correr sólo con los gastos de alimentación de una mascota se ha convertido en una tarea cuesta arriba, debido a la inflación y escasez de comida para las personas.
Calles llenas de perros desnutridos, hurgando en la basura, heridos, enfermos, o abandonados por sus dueños, son parte de la cruda realidad, de la cual no escapan las mascotas que alguna vez formaron parte de una familia en la zona norte de Anzoátegui.
La perrarina ronda los Bs 48 mil por kilo, y dos mil gramos llegan a Bs 95 mil, mientras que por cuatro kilos se pueden desembolsar hasta Bs 128 mil, dependiendo de la marca.
En vista de los altos precios que tienen este tipo de alimentos concentrados, las personas han optado por opciones más económicas o, en ocasiones, naturales. Riñonada, bofe e hígado de pollo son una alternativa para mantener la alimentación de las mascotas.
Juan Arreaza, dueño de un perro mediano, expresó que la crisis le pega más a los animales de compañía, por lo que se ve en la necesidad de darle a su animal sobras de comida que no contienen las proteínas que éste necesita. “Le doy arroz picado, a veces se lo mezclo con hígado de pollo, sardina, concha de plátano sancochado, de zanahoria, papa y hasta de cambur. Tengo temor de que se enferme”, apuntó.
Afirmó que las personas que no tienen el suficiente poder adquisitivo para mantener a sus animales, se ven obligados a abandonarlos, o darlos a una fundación. “Cuando los abandonan, lo más seguro es que mueran, primero de tristeza y segundo, de hambre, a menos que una institución los rescate”.
Consulta veterinaria
Las consultas veterinarias y las vacunas se han vuelto impagables para algunos propietarios.
Coromoto Rivera, dueña de tres perras de tamaño grande, comentó que tiene un año sin vacunar a sus mascotas por la falta de inyecciones y sus altos costos cuando las consigue.
Puerto La Cruz / Rosa Marina Silva