Cada 11 de septiembre se celebra el Día de la Virgen de Nuestra Señora de Coromoto, proclamada Patrona de Venezuela por el Episcopal Venezolana en 1942 y así confirmado mediante decreto por el papa Pío XII, diez años después.
La aparición de la imagen divina, dlice la historia, ocurrió en Guanare, estado Portuguesa, en 1651. De acuerdo con el relato, el Cacique Coromoto, de los indígenas Cospes, y su mujer atravesaban una corriente de agua cuando vieron a una Señora de extraordinaria belleza y con un niño en brazos.
La dama los instó a ir “a casa de los blancos” y que pidieran ser bautizados para poder ir al cielo. Días después, el español Juan Sánchez comenzó a darles la catequesis, a fin de prepararlos para que recibieran el sacramento del bautismo.
Sin embargo, el líder indígena terminó por añorar su vida salvaje y decidió huir. En 1652, la figura celeste volvió a aparecérsele en su bohío y le dejó un pergamino con su imagen, la cual fue recogida y guardada por las autoridades eclesiásticas hasta 1987, cuando fue incrustada en el Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto, donde permanece actualmente.
En la comunidad católica venezolana son muchos los que rinden honor a la Patrona, como es el caso de la guanareña Raquel Castillo, quien, desde su juventud, ha sido creyente de esta advocación mariana.
“Cuando teníamos que presentar las pruebas de la Orquesta de Guanare, cuya sede queda diagonal a la Catedral, todos en filita íbamos a pedirle a la virgencita para que nuestros conciertos salieran bien”, contó la chelista profesional.
No obstante, su mayor petición fue salir sana de una operación de tiroides años atrás.
“Me dijeron que podía perder la voz y que a lo mejor tendría que hacer hasta terapia de lenguaje (…) eso para mí era un trauma porque desde siempre he cantado. Al salir tan bien de la intervención, lo tomé como un deseo concedido por la Santísima”.
Sentido de pertenencia Castillo, nativa de Guarena, tierra donde apareció por primera vez la imagen divina al Cacique Coromoto, afirmó que el amor por la virgen forma parte del sentir de los lugareños.
El ama de casa Neris Mata destacó que la fe en la Virgen de Coromoto es su piedra angular, pues en ella ha encontrado consuelo, paz y esperanza.
Su segundo nombre, Coromoto, la ha llevado a tener mayor cercanía con la Patrona de Venezuela, así como a sentir especial interés por la historia de su aparición.
"¿Sin fe cómo podemos sentir y qué podemos esperar? No es necesario ver para creer, porque ella se manifiesta de muchas maneras", dijo la residente de Barcelona, Anzoátegui.
En ese sentido, resaltó que encomienda su vida, la de su familia y demás seres queridos a la Madre santa, para su resguardo, cura y felicidad con absoluta confianza.
Mariana Soto, concejal de Lechería, es también devota de Nuestra Señora de Coromoto, a la que le encomienda el futuro del país.
"Cuando nací, mis padrinos de bautizo me regalaron una medallita de la virgen, y con los años, estudié en un colegio católico. Es decir, desde mi juventud he tenido una relación muy cercana con la Patrona de Venezuela".
Con fervor, aseguró que antes de dormir le agradece por todas las bendiciones que le ha concedido, pero sobre todo, le pide "por la libertad" de Venezuela.
"Siento que nuestra Patrona nos está viendo y protegiendo ante tanta adversidad. Siempre está presente. Confío en ella, porque me ha acompañado en mi camino y aun cuando las cosas se han puesto difíciles, sé que ella me ha ayudado", agregó la edil.
Este año se celebran 369 años de la aparición de la Virgen de Coromoto y 69 de su canonización.
Puerto La Cruz / Andrea Aroca
