Hace año y medio, la idea de organizar unas primarias para escoger a un candidato unitario que se enfrentara al chavismo en las presidenciales de 2024 apuntaba a ser la solución frente a las divisiones y diferencias que se habían exacerbado a lo largo de una década dentro de la oposición.
Hoy cuando, faltan menos de cinco meses para la consulta, ya no parece que esa sea la salida. En el antichavismo algunas de las posiciones encontradas son difíciles de conciliar, e incluso, no existen garantías de que se respete el resultado de las primarias, principalmente, entre las tendencias más polarizadas.
Al menos, esta es la opinión de distintos analistas consultados por El Tiempo.
Hasta el momento se espera la inscripción de 13 aspirantes en la contienda prevista para el 22 de octubre, dos de los cuales representan las facciones más diferenciadas: Henrique Capriles Radonski, abanderado por Primero Justicia (PJ) -quien permanece inhabilitado políticamente-, y María Corina Machado dirigente de Vente Venezuela (VV) quien actualmente puntea las encuestas.
Uno de los temas más álgidos del debate entre los precandidatos ha sido la participación y asistencia técnica del Consejo Nacional Electoral (CNE) en proceso, la cual ya fue solicitada formalmente por la Comisión Nacional de Primarias (CNdP) y es rechazada por un sector de la Plataforma Unitaria Democrática.
La CNdP pidió la habilitación de 5 mil centros de votación y el uso de 7 mil máquinas de escrutinio.
Para el consultor e investigador en Gerencia Pública, Raniero Cassoni, la interrogante de si al final, las primarias llevarán a una mayor fragmentación de la oposición no tiene una respuesta simple.
“Es un tema complejo saber si María Corina Machado o Henrique Capriles, por ejemplo, serán reconocidos por el resto (de las fuerzas políticas) en caso de ganar alguno de ellos. Pero creo que cualquiera que gane va a tener que fraguar una unidad en todos los sentidos, que no existe en este momento dentro de la oposición”.
Para Cassoni, las heridas y ataques internos han sido muchos por lo que será complicado “que exista una unidad plena entre los distintos factores”.
“Capriles en algunos momentos ha atacado a los demás. Machado ha desestimado los esfuerzos de los otros y ha hecho críticas muy puntuales. Pero si ganase Benjamín Rausseo, por ejemplo, o Manuel Rosales de Un Nuevo Tiempo (UNT) ¿cómo se puede lograr una unidad plena cuando todos han dicho algo en contra del otro? Sus diferencias parecen más irreconciliables, a pesar de que aceptan ir a una primaria”.
Según los expertos, luego de unas primarias divisivas, resultará cuesta arriba, aunque no imposible, la construcción y afianzamiento de una verdadera unidad de cara a las presidenciales.
Y no sólo por las posiciones individuales contrapuestas, sino también por otros aspectos externos, como las maniobras del oficialismo para atizar esas diferencias, o el rechazo de una parte de la población a un liderazgo opositor en el cual no confía, y que la llevaría a abstenerse de participar en la consulta.
“A Nicolás Maduro, le conviene muy poco que se realice una primaria que unifique a la oposición. Creo que habrá mucho saboteo. Y si depende del CNE habrá más problemas”, agrega Cassoni.
Para el politólogo Daniel Santolo, actualmente existe una división de fondo muy fuerte, entre el sector que representa Machado y el que encabeza Capriles. “La primera, aglutina posturas como la de Andrés Velásquez (La Causa R) o César Pérez Vivas (Concertación Ciudadana) quienes creen que las elecciones no tienen por qué estar conducidas por el CNE. En cambio, Capriles y el resto del G3 (UNT y AD) parecieran estar conformes con este apoyo técnico”.
Santolo agrega que, si se dan las primarias, el voto estaría representado por un sector radical de la oposición, “Sería un voto muy restringido a las clases medias - altas. No veo a los sectores populares votando allí. Eso le da una ventaja a María Corina sobre Capriles, quien debe tener mayor votación en los sectores populares. Pero, en caso de ganar esté último habría más consenso con resto de los factores de la llamada Plataforma Unitaria. Con María Corina lo veo más difícil. Eso podría ser un factor de división”.
Al ahondar en el tema de la participación, Cassoni señala que, ciertamente, existe el deseo de la ciudadanía de contar con un candidato unitario, mientras que Santolo subraya que muchos estudios de opinión prevén una baja afluencia de votantes en la consulta.
“No creo que las primarias logren movilizar a mucha gente. Por eso pienso que se está haciendo el esfuerzo de promover el voto en el exterior (80 ciudades), para abultar el número de electores. Pero eso no inclinará la balanza a favor de la participación. En el 2018 cuando fue electo Maduro no se movilizaron más de 50 mil votantes en el exterior”.
Santolo cree que lo que realmente alejará a la gente de las votaciones presidenciales en 2024 dependerá más de lo que haga la oposición, o específicamente el sector del antichavismo que tiene “más de cinco años pregonando la abstención”.
“Uno ve en la actualidad que hay organizaciones que siguen sembrando dudas sobre el uso de las máquinas de votación. Eso es ciertamente lo que aleja a la gente. Y lo otro que va a alejar a los electores es que, si no se consigue un candidato que motive de verdad y represente a la gran mayoría del país, los resultados serán similares a los de 2021 y 2018”.
El precandidato Andrés Velásquez cuestionó la intención de la Plataforma Unitaria y algunos factores políticos de “entregar” las primarias al CNE y al presidente Maduro.
“Las primarias en manos del CNE reduce la participación ya que inhibe la presencia de aquellos ciudadanos que quieren mantener en reserva su identidad, porque el sistema automatizado no se lo garantiza. Las primarias tienen que ser organizadas por nosotros mismos, auto gestionada y manual. Ese es el camino que tenemos que construir”, dijo Velásquez.
No obstante, el presidente de la Comisión Nacional de Primarias, Jesús María Casal, apuntó que la solicitud de asistencia hecha al CNE contempla garantizar la identidad de los votantes.
“Este es uno de los temas en los que más se ha venido trabajando. Se ha llegado al punto en el cual hay protección de la identidad, a pesar de que se usen las captahuellas. Estas tendrían la función de evitar la usurpación de la identidad, pero no se utilizaría para almacenar o conservar datos o levantar listas de opositores. Se han introducido garantías para la protección de la identidad”, dijo Casal este lunes en entrevista radial.
Por su parte, Nicmer Evans, dirigente del Movimiento por la Democracia y la Inclusión, aclara que son muchos los vicios del sistema electoral venezolano, a los cuales habría que hacer frente, principalmente luego de las primarias.
Entre ellos, apunta: la alteración de circuitos electorales y migración de votantes; la falta de independencia de poderes; el control del Psuv en los procesos comiciales (incluyendo las primarias); el utilizar a militantes del partido como operadores de las máquinas; el uso exclusivo del Psuv de centros electorales -ubicados en bases de misiones, misiones vivienda y locales de colectivos- donde la oposición no entra; el uso discrecional del registro electoral, que excluye a los jóvenes y se abre a los extranjeros, además del ventajismo del Gobierno con el manejo de recursos y medios de comunicación.
“El sistema y proceso electoral que se utilizará en la elección presidencial es el de la autocracia, pero usarlo en un proceso de primarias de algún sector opositor es entregar la información de tus votantes, de tu estructura electoral, de tus puntos más fuertes de lucha”, agregó.
Evans considera que usar el sistema electoral “autocrático”, antes de las presidenciales es “una torpeza”. “Es pensar que hay algo de democracia en Venezuela”.
En este sentido, para el también politólogo, el verdadero trabajo -para contrarrestar los vicios de sistema comicial- vendrá luego de unas primarias .
“La organización civil y ciudadana es la base fundamental para lograr que la participación masiva, articulada y formada sirva de herramienta para revertir los sistemas autocrático (…) La constitución de redes de ciudadanos y organizaciones a lo largo y ancho del país, que conozca los procesos electorales, sus normas y trampas creadas por el sistema, apoyados de una red de comunicación y denuncia inmediata son las armas más eficientes”, indicó Evans a través de las redes sociales.
En cualquier caso, se intensifiquen o no las divisiones y diferencias, lo único que queda claro es que la verdadera labor de promover la unidad de las tendencias políticas -incluso de las que no participarán- y de la, motivación y organización de la ciudadanía, vendrán luego de las primarias. Y no será una tarea fácil.
Caracas / Rafael Arias
