Este 4 de marzo, los transportistas de la Unión de Conductores Las Casitas paralizaron sus actividades para exigir resguardo policial, colocación de alumbrado público, erradicación de choferes “piratas” y mejoras en la vialidad.
José Luis Tayupo, afiliado a la línea, explicó que decidieron detener el servicio porque han ido a la Alcaldía del municipio Simón Bolívar, a fin de solicitar la reparación de alcantarillado y asfaltado de las calles por las cuales transitan y, aunque les han recibido los documentos, no han realizado los trabajos.
Aseguró que debido al mal estado de la arterias viales, los cauchos de las unidades sufren daños.
El autobusero Richard Rodríguez manifestó que otra de las exigencias es la creación de normativas municipales que prohíban que vehículos no asociados a las líneas carguen pasajeros.
Aunado a ello está la falta de luminarias en los postes. Rodríguez denunció que por la oscuridad y la falta de patrullaje policial son “blanco fácil” de la delincuencia cuando se estacionan en las paradas.
“Somos más de 150 padres de familia que prestamos servicio de transporte a los usuarios y exigimos que también nos escuchen. Queremos que nos resuelvan nuestros problemas para seguir trabajando porque en estas condiciones no podemos. Los carros se nos están dañando; la inseguridad, por la falta de alumbrado, nos está comiendo y no hay ente que nos atienda”, manifestó el chofer.
Reclamos
Al lugar de la concentración de los choferes llegaban los habitantes de la comunidad para reclamarles por el mal servicio que prestan.
La vecina Iris Tapizquén comentó que los transportistas no cumplen con la ruta establecida. Aseguró que aunque deberían llegar hasta la parada del sector La Chica de Barcelona, la mayoría “deja botados a los pasajeros” en la plaza Bolívar, pero sí cobran el pasaje completo: cinco mil bolívares en carrito por puesto y Bs cuatro mil en autobús.
El usuario Ricardo Malavé indicó que no está de acuerdo con que se elimine la circulación de los llamados "piratas”, pues estos son los que los movilizan. “Los que están afiliados a la línea se pierden, no sabemos dónde se meten, y si ellos piden que los quiten ¿quién nos lleva?”.
Barcelona / Milena Pérez