Reducir las cantidades acostumbradas a la hora de comprar, inventar nuevas recetas y sustituir ingredientes han sido algunas de las secuelas de la hiperinflación que atraviesa el país.
Personas consultadas señalaron que sus rutinas alimenticias no han sido iguales desde que los precios de los productos se han incrementado.
“Nada ha sido igual desde que los alimentos tienen un valor más alto cada día y nuestros salarios siguen estancados”, comentó Rosa Prieto.
Ester González, de 41 años, madre de tres niños, señaló que la adquisición de la proteína animal fue decayendo durante 2019 por los incrementos que esta tuvo. Recordó que en agosto pasó de comprar dos kilos de carne, el cual le podía durar un mes, a sólo medio.
“Vivimos una guerra económica que nos está ahogando cada día, comemos porque matamos tigritos y buscamos ingresos por todas partes, porque sino sería aún más complicado”, indicó Pedro Córdoba.
Agregó que en reiteradas oportunidades el casabe, el ocumo y el pescado han sido su comidas diaria por ser menos costosos.
Señaló que cobra salario mínimo, establecido en 150 mil bolívares (Bs), y que para la fecha sólo le alcanza para comprar un paquete de harina de maíz en Bs 50 mil y medio kilo de queso en Bs 70.
Precios
Para este jueves 2 de enero, en el mercado municipal de Puerto La Cruz los precios de algunos de los productos de la cesta básica fueron los siguientes: pasta de 500 gramos Bs 45 mil y de kilo Bs 60 mil; arroz desde Bs 40 mil, igual monto el azúcar, y harina de trigo Bs 55 mil por punto de venta. Con dinero en efectivo estos se consiguen por hasta en Bs 20 mil menos.
El kilo de pollo estaba en Bs 120 mil, el de queso en Bs 140 mil e igual precio el cartón de huevos. La carne estuvo presente en pocos locales, que la ofrecían hasta en Bs 200 mil y Bs 85 mil en efectivo.
La consumidora Raquel Lárez señaló que el costo de los cortes de res fue excesivo y que los vendedores se aprovecharon de que muy pocos negocios estaban abiertos.
Puerto La Cruz / Milena Pérez
