El comportamiento de los principales indicadores monetarios y de precios del país durante los primeros 50 días de 2023, evidencian picos que han multiplicado las cifras registradas durante el mismo período del año pasado.
Ello revela el descontrol que atraviesa actualmente la economía, el cual podría agravarse en los próximos meses, según alertan distintos especialistas.
De acuerdo con la Asociación Civil , Cedice Libertad, en el más reciente informe del Observatorio de Gasto Público, “el año 2023 se inició como un escenario complejo, al borde de un nuevo proceso hiperinflacionario por consecuencia de las distorsiones en los agregados monetarios y en el mercado de divisas”.
El alza en el costo de la vida ha pulverizado el poco poder de compra de los trabajadores que se han lanzado a las calles en protestas para reclamar un ajuste salarial. La respuesta del Gobierno en las últimas semanas ha sido ajustar discretamente los montos de los beneficios otorgados a través del Sistema Patria -el último Bono de Guerra entregado fue de Bs 780 ($30) para empleados públicos y de Bs 500 para jubilados ($20).
Ello ha llevado al desembolso de recursos y la emisión de más efectivo por parte del Banco Central de Venezuela (BCV) aumentando la liquidez monetaria.
En paralelo, y para evitar un repunte del precio del dólar -por aumento de la demanda-, el Gobierno inyectó el pasado lunes 13 de febrero, $ 180 millones a la banca nacional, triplicando el promedio en ventas semanales de divisas que se venían ejecutando en enero, según advierte la consultora Síntesis Financiera.
Y es que el tema de la liquidez y la cotización del dólar son elementos vinculados a la aceleración del costo de bienes y servicios, sobre los cuales el Ejecutivo ha intentado maniobrar para evitar descalabros mayores en el alza de precios.
Precisamente, estos dos indicadores muestran en la actualidad un sustancial aumento en comparación con el mismo lapso de 2022.
En el caso de la liquidez, el máximo organismo emisor registró el año pasado un aumento de 7,9% del circulante en las primeras seis semanas. Mientras, para el mismo periodo de este 2023 -entre el 1 de enero y el 10 de febrero-, la liquidez se elevó 19,52% (casi dos veces más). Esto significa que el efectivo disponible pasó este año de Bs 18.885 millones a Bs 22.573 millones.
En cuanto al tipo de cambio, el alza ha sido más explosiva en estas pocas semanas de 2023.
Durante el primer bimestre del 2022, el precio del dólar BCV disminuyó al pasar de Bs 4,58 a comienzos de enero a Bs 4,38 el 28 de febrero.
Pero este año, la cotización de la divisa extranjera se incrementó de Bs 17,48, a comienzos de enero, hasta Bs 24,38, el 21 de febrero, es decir, un repunte de 39,4%.
La presión inflacionaria derivada de la devaluación del bolívar se revela en forma dramática para los trabajadores al momento de acudir a los mercados en busca de alimentos.
Según el más reciente informe del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), durante la sexta semana del año, el precio de la llamada Canasta de Supervivencia semanal se ubicó en Bs 547,88, es decir, $22,16. Esta canasta incluye el conjunto de alimentos mínimos que requiere una familia de cuatro integrantes para cubrir 60% de la carga calórica y proteica necesaria para siete días e incluye: harina de maíz blanco, caraotas, aceite, pasta, azúcar, sardinas, arroz, bebida láctea y sal.
A finales de 2022, el costo de esta Canasta se ubicaba en Bs 367,88 (equivalente a $21,08) del momento.
De esta forma, entre comienzos de enero y mediados del actual mes de febrero, el grupo de productos que permite la sobrevivencia de una familia se ha elevado 48,92 % en su precio en bolívares. Al poner la lupa en su costo en dólares se observa un alza de 5,1%.
En promedio, un grupo familiar tendría que invertir en este momento, $88 mensuales para sobrevivir, sin embargo, el salario mínimo sigue bajando su poder de compra, ubicándose esta semana en $5,3 (Bs 130).
Según el informe del Observatorio de Gasto Público de Cedice Libertad, entre el 01 y el 30 de enero de 2023, el precio de la canasta de bienes y servicios que mide el organismo, tuvo un incremento de 24,46% en moneda nacional, en comparación con diciembre.
Al detallar la evolución de los costos del mismo período del año pasado, se encuentra que en enero de 2022 el aumento intermensual en bolívares fue de 2,07%, significativamente menor al de este año.
La cesta Cedice está constituida por 61 bienes y servicios requeridos por una familia de tres personas y está compuesta por seis rubros: Alimentos, Restaurantes, Servicios, Recreación y Esparcimiento, Higiene y Transporte.
Por otro lado, Cedice reportó una disminución de -0,50% en dólares en el precio de la cesta del mes pasado. Esto ocurre porque al subir la cotización de la moneda extranjera más rápido que la inflación en bolívares, el cambio en divisa se hace menor.
En los primeros 30 días del año, esta cesta alcanzó, en el promedio el valor de Bs 9 mil 627,04.
Al detallar la cifra por rubros se encuentra que el costo de los Alimentos alcanzó los Bs 4 mil 929, 33 (un alza de 21,43% intermensual); Restaurantes Bs 642.75 (25,04 % más); Servicios Bs 1 mil 929,77 (+26,56 %); Recreación Bs 768,15 (+29,56%); Higiene Bs 884,77 (+32,49%) y Transporte Bs 472,27 (+25,58%).
En términos interanuales, los precios en bolívares aumentaron 402,19%, es decir, los precios se han multiplicado 5,02 veces en 12 meses, impulsados principalmente por el rubro de Alimentos y de Restaurantes.
Por otro lado, la cesta Cedice expresada en dólares alcanzó el valor de $496,96 en enero. Aunque en términos reales no hubo casi variación con respecto a diciembre, vale apuntar que el aumento interanual en divisas (enero 2022-enero 2023) si registró un alza marcada de 23,35%.
El mayor reto en los próximos meses sigue siendo el control del tipo cambiario. La inyección de $180 millones a la banca ralentizó el aumento de la cotización del dólar la semana del 13 de febrero, pero desembolsar esta cantidad de divisas de manera recurrente resulta cuesta arriba, según los especialistas.
Según Cedice, sólo en enero se ejecutaron nueve intervenciones cambiarias para intentar alimentar el exceso de demanda de moneda extranjera, sin embargo, fueron insuficientes.
En su informe del Observatorio de Gasto Público, apunta que entre enero de 2022 y enero de 2023 se registró un incremento de 387,3 en el tipo de cambio.
“Se espera que en este primer trimestre del año el Ejecutivo considere la posibilidad de aumentar el salario mínimo. Esto puede tener una repercusión directa en el mercado cambiario si se financia el incremento con emisión monetaria”.
Otra particularidad observada en el transcurso de las últimas semanas es la disminución de la brecha existente entre el dólar oficial y el dólar paralelo.
“En el último trimestre de 2022, la brecha se mantuvo superior a 10%, (pero) en enero, la tendencia de la brecha fue decreciente. Esto se explica por las progresivas devaluaciones que fue aplicando diariamente el Banco Central. La primera semana del año aún se veían reflejos del comportamiento de diciembre (…) y en general la brecha estuvo cercana al 9% en promedio. Mientras que al cierre del mes se posicionó en 4%”, señala el informe de Cedice.
En este momento la brecha entre el dólar oficial y el paralelo es de 2,6%.
Para el socio director de la firma Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, es necesario estabilizar la tasa de cambio para poder estabilizar la inflación y los precios.
Agrega que inestabilidad ha generado que las personas dependan más de las remesas y que no haya “incentivos a trabajar en la administración pública”, por lo cual optan “por trabajar por su cuenta y estar en el sector informal”, lo cual dificulta el crecimiento de la economía.
El tema de la liquidez y la emisión de dinero seguirá siendo un factor por controlar en los próximos meses. Según el informe de Cedice, para las tres primeras semanas de 2023 la liquidez reflejó una variación positiva de 2,3%. Sin embargo, la última semana de enero “hubo un crecimiento de 6,7% para el dinero creado por el banco”.
“Se espera que la liquidez monetaria aumente de manera importante en los próximos meses con la autorización de Sudeban para el otorgamiento de créditos con el 30% de las cuentas custodia”.
Agrega el documento que el rechazo del bolívar por parte de los agentes económicos “explica en gran medida la poca demanda que hay de moneda local en efectivo, mientras que el uso del dólar sigue prevaleciendo como opción preferencial para las familias venezolanas”.
Aunque el Gobierno se enfoca en estos dos factores -tipo de cambio y liquidez-, para intentar mantener a raya la inflación, distintos analistas señalan que estas son medidas que a la postre siempre resultarán infructuosas, en tanto no haya un verdadero crecimiento productivo en el país.
Para Oliveros, el principal problema es la pérdida de confianza en el bolívar. Advirtió que en las actuales circunstancias, el Gobierno debería desistir de su política de lograr que la población vuelva a utilizar la moneda nacional en forma prioritaria.
Subrayó que tanto las personas como las empresas al momento de recibir pagos en bolívares, buscan salir de ellos y cambiarlos a moneda extranjera.
“Si tú estás montando tu política económica sobre la base de rescatar el bolívar, y no lo haces de una manera contundente, con cambios profundos, ese proceso va a ir al fracaso, porque la gente sabe que tener bolívares significa que cada día, está perdiendo valor”, dijo Oliveros en entrevista radial.
En todo caso, los cierto es que el escenario inflacionario del país continua siendo complejo, lo que aleja aún más la posibilidad de alcanzar la anhelada estabilidad salarial en el corto y mediano plazo.
Caracas / Rodolfo Baptista