Chris Sale esperó ocho años para realizar su primera apertura en postemporada, y otros 365 días para que llegara una oportunidad de borrar ese recuerdo en su carrera en el béisbol de Grandes Ligas.
El zurdo de Medias Rojas abrirá el primer juego de la Serie Divisional de la Liga Americana la noche de este viernes ante Yanquis de Nueva York, un año después de que fue vapuleado por Astros de Houston durante su debut en playoffs.
Ha pensado en eso. Ha aprendido de eso.
Y quiere asegurarse de no cometer los mismos errores.
“El año pasado, obviamente, di mis primeros pasos. No me fue nada bien. Pero a veces se aprende de lo malo más que de lo bueno”, dijo Sale el jueves, un día antes de que los añejos rivales de la División Este del joven circuito inicien un cruce al mejor de cinco partidos.
“Ya sucedió. No me voy a esconder de eso. No creo que sea lo correcto”, comentó. “No me voy a esconder. Se puede buscar en Google en este momento, mañana y dentro de 100 años y ahí aparecerá. Es mi culpa. Lo acepto. Y como he dicho antes, lo hare mejor. Haré todo lo posible por ser mejor. Es todo lo que puedo hacer”.
Siete veces nombrado al Juego de Estrellas, Sale era el as de Medias Blancas de Chicago antes de llegar a Boston en 2017. Nunca había lanzado para un equipo de playoffs hasta que inició el primer duelo de la serie ante Houston. Admitió siete carreras en cinco entradas; lo hizo bien como relevista de emergencia en el cuarto tope, pero no pudo evitar que los siderales avanzaran a la Serie de Campeonato.
El viernes, Sale se medirá al zurdo de los mulos, J.A. Happ.
Dolencia
Sale aún trata de recuperarse de una inflamación en el hombro izquierdo que lo envió dos veces a la lista de lesionados en la segunda mitad de temporada y lo limitó a 12 entradas de labor entre el 11 de julio y el 11 de septiembre.
En ese lapso realizó cuatro aperturas en lo que intentaba recuperar la fuerza en el brazo, pero en su salida previa, el miércoles pasado, su recta registró la velocidad más lenta en todo el año.
Boston/ Jimmy Golen /AP
