sábado
, 04 de mayo de 2024
El Tiempo Informando al Pueblo Oriental

#Ardentía | Chelique Sarabia: El eterno romántico

febrero 18, 2022
La vida de Chelique Sarabia siempre esuvo rodeada de música / Foto: José Barrios

El 26 de noviembre de 2006 se publicó una entrevista al maestro Chelique Sarabia en la revista Ardentía, que circulaba todos los domingos en nuestra edición impresa.

"Ansiedad de tenerte en mis brazos musitando palabras de amor"... Este estribillo  ha sonado, desde hace  cuatro décadas, a lo largo de la geografía venezolana y fuera de nuestras fronteras. En la memoria colectiva permanece como una de las más románticas canciones dedicadas al amor. Su autor, sin embargo, está muy lejos de ser un recuerdo: Chelique Sarabia, siempre activo y entregado a la música.

Habla con tono dulzón y sin acento oriental, sus frases se mezclan con versos que refieren  a la cotidianidad y a su vida.  "Yo vine de Margarita en una piragua, soy hijo de Yaritagua, de La Asunción y de Guanipa", recita con relación a su procedencia.

Nació en Margarita, el 13 de marzo de 1940. A los dos años sus padres lo llevaron a vivir en La Mesa de Guanipa y pasó 40 años de su vida en Caracas, donde nacieron sus hijas e hizo carrera.

A principio de los años 60 se convirtió en productor de discos independiente y del programa "Club Musical" en el que se convirtió en descubridor de artistas de la talla de José Luís Rodriguez, Las hermanas Rosa Virginia y María Teresa Chacín, "Los Impala", Henry Stephen y Cherry Navarro.

PROYECTO
"Funda identidad" es el proyecto al que Chelique Sarabia le dedica buena parte de sus días actualmente.  Con esta fundación realiza el disco:  "El Nuevo Sentir, Anzoátegui en su canción". Con Frank Guevara ha compuesto  temas sobre los íconos referenciales de Anzoátegui como Marinos, Caribes, las empanadas del Ferry, al guarapo de papelón, a las cachapas de Guanta, de la Medianía y a Playa Mansa.

En el mundo de la política se hizo famoso con el tema “El caminante”, himno que acompañó, en 1973, la campaña por la presidencia de la República  de Carlos Andrés Pérez.

  -¿Cómo nació su interés por la música?

-Yo me crié en un campo petrolero. Crecí oyendo a Karmito Gamboa,  Cosmito Villaroel,  Jorge Negrete,  Pedro Infante, Toña La Negra,  Agustín Lara y también  Ray Connie y Glenn Millar. Por eso es que mi música no se enmarca dentro de un estilo definido, porque armónicamente tiene de todo, melódicamente tiene mi sentimiento y rítmicamente puedo componer algo con tendencia margariteña,  llanera o  universal.

-¿La influencia sólo fue externa o en su familia hubo algún aporte?

-Cada quien trae su talento, yo desarrollé el mío a través de la música y de la poesía. Además mi mamá escribía, ella me enseñó cómo se hacen versos. También oía a mi papá que improvisaba en velorios de Cruz de Mayo.

-¿Porqué se siembra esa semillita por la música?

-Me motivé porque vi en una revista que se podía hacer un instrumento con una sola cuerda y una caja de tabacos, y le saqué los tabacos a mi papá de la caja, lo que me valió una gran paliza, jajajaja.

Evoca su niñez y rápidamente suelta que esa paliza no lo desanimó, pues la  señora de servicio que trabajaba en su  casa, doña Norberta Casaña, tenía un yerno que hacía instrumentos y le mandó a hacer un mandolín, y ella le enseñó a tocarlo. “Un día me aparecí en la estudiantina del colegio en el que estudié en San Tomé con el instrumento, y  empecé a hacer música”.

-¿Su familia lo apoyó?

-Cuando salí de sexto grado, en 1954, no quería estudiar bachillerato, yo quería estudiar música, quería ser director de orquesta. Lamentablemente mi mamá murió meses antes de terminar la primaria y con su muerte se acabó el apoyo para estudiar música. Mi familia decía que para ser músico se necesitaba otra profesión. No entendían qué era lo que yo quería y me mandaron a Caracas a estudiar petróleo en la Escuela Técnica, y como llevaba la semilla musical lo primero que hice fue crear la estudiantina.

-Su determinación era seguir con la música ¿Cuál fue el siguiente paso?

-Francisco Carreño me becó para que aprendiera a tocar arpa con el Indio Figueredo, que en ese momento él y  Juan Vicente Torrealba eran las grandes estrellas de la música venezolana. Aprendí a tocar arpa, configuré mi conjunto en la Escuela de Folclore  Venezolano para hacerme profesor de arpa. Ahí seguí y sigo.

-¿Cuándo escribió su primera canción?

-La escribí cuando tenía 13 años, se la dediqué a una muchacha. Hice la canción en honor a sus 18 años y le llevé una serenata. Después hice una canción dedicada a San Tomé. Luego en Caracas hice "Alas de cristal".

-¿Y Ansiedad cuándo llegó a su vida? ¿Qué fue lo que lo  inspiró?

-El día que cumplí 15 años la compuse. Solo en Caracas, salí y fui a ver una película protagonizada por Pedro Infante y Libertad Lamarque, se llamaba Ansiedad. Entré y como era cine continuado, vi la película tres veces para pasar el tiempo, y luego al salir me inspiré y le di  vida a la canción.

La vida de Chelique Sarabia siempre estuvo llena de música

-Esa canción le ha dado la vuelta al mundo ¿Cómo se siente cuando la escucha en boca de otros intérpretes?

-Me siento complacido. La primera versión internacional fue de  Lucho Gatica  en bolero, luego Nat King Cole hizo su propia versión en Brasil, con instrumentos que sonaban a la música brasileña, pero en vals, y Ray Connie le imprimió  ritmo anglosajón de fox trot. Sarita Montiel cantó Ansiedad en vals  con la manera hispana de decir las cosas. Azúcar Moreno hizo una versión en rumba flamenca. Sigue siendo la misma canción, pero a través de otros vehículos para llegar a más y   nuevos públicos.

Trabajo y más trabajo

Con más de mil  canciones registradas en la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (Sacven), Chelique Sarabia está entre  los músicos reconocidos del país. "Cuando no sé de ti",  "No te muerdas los labios", "Piragüero" y "Chinita de Maracaibo" -por esta última  le otorgaron, en enero de este año, el botón de la Zulianidad- forman parte del acervo cultural venezolano.

La musa que lo inspira parece que lo ronda todo el tiempo, aunque asegura que sólo se trata de su trabajo y como tal lo realiza.

-¿Debe tener un ambiente ideal para componer una canción?

-Eso de la inspiración es relativo. No es más que una actitud para hacer cosas, lo demás es trabajo como cualquier otro, 10% de inspiración y 90% de exudación. Ese trabajo se puede orientar dependiendo de hacia dónde esté el compromiso social, económico o político.

-¿Por eso el romanticismo ya no es tan evidente?

-Cuando más romántico estoy es ahora, cuando pretendo que con una canción voy a arreglar el país. Así he hecho canciones, y campañas políticas, también canciones  sociales.

-Hablando de política ¿Qué resultó de su última incursión, en 2002, en ese mundo?

-Descubrí algo que me llenó de dolor: Para  el politiquero el pueblo no es el objetivo, es el pretexto, el objetivo es su propio beneficio, y han surgido lacras en el pensamiento venezolano que se traducen fácilmente en cuánto hay pa'eso, échamelo aquí, bájate de la mula, ponme donde 'haiga' y quítate tu pa’ ponerme yo.

-¿Fue tan terrible su experiencia?

-La experiencia de la política, del trabajo social me ha permitido toparme con soñadores que no ejecutan  y otros que ejecutan y no sueñan.

La razón y la emoción tienen que lograr un equilibrio, porque  nos caracterizamos por ser elementos de razón y no sólo de emoción. Y la gente tiende más a la emoción que a la razón, por eso nos pasa lo que nos pasa, por eso nos hemos ido tantas veces detrás de un hombre a caballo.

-¿Qué se debe hacer de acuerdo a su visión?

-Crear un ciudadano nuevo, una nueva manera de pensar. Saber que estamos abajo y debemos ir hacia arriba, siempre hacia arriba,  pisando sobre peldaños sólidos y no sobre cabezas.

Puerto La Cruz / Leyda Campos

 ET 

 ÚLTIMAS NOTICIAS

 ET 

 LAS MÁS VISTAS

El Tiempo crossmenu linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram