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El Tiempo Informando al Pueblo Oriental

Cecilia Sosa: Para el TSJ los afectados por la Onapre son irracionales y desestabilizadores

septiembre 18, 2022
“El régimen mantiene a los presos políticos como escarmiento a la disidencia”, señala Cecilia Sosa Gómez / Foto: Archivo

La ex presidenta de la extinta Corte Suprema de Justicia denuncia que el máximo tribunal impone multas a los funcionarios públicos que protestan por las bajas condiciones salariales. Sostiene que a los magistrados en Venezuela solo se les exige lealtad al poder político.

¿Qué ha hecho el TSJ ante las protestas contra el instructivo Onapre?

–Castigar con multas a todo el que solicite la nulidad del Instructivo que merma los pagos a funcionarios públicos. Dijo que el acto “no existe”, aunque tenía las pruebas sobre la reducción del salario y jubilaciones. Para el TSJ, los afectados son desestabilizadores de la paz social, por irracionales y falta de fundamento de sus demandas.

–¿Se olvidó la CPI de Venezuela?

–No lo creo. El Fiscal Karim Khan debe estar calibrando el cumplimiento delAcuerdo firmado con Maduro, ya que ninguno de los compromisos que éste asumió ha sido cumplido; por el contrario, todo es una apariencia.

–¿Qué debería ocurrir en el caso del avión iraní-venezolano retenido en Argentina?

–Dejar el hermetismo y tomar decisiones a quien corresponda: a la juez en Argentina y a los EE.UU. e informar del resultado.

–¿Colabora Estados Unidos con la justicia venezolana en el caso de los sobrinos de Cilia Flores y otros?

–EEUU ha tenido un comportamiento ambivalente y de micrófono con Venezuela.  

–¿Qué es hoy el poder moral venezolano?

–¡No sé de qué hablas! sería peligroso recordar el tema bandera de Hugo Chávez; el 5º poder en la Constitución de 1999. 

Juez y cómplice 

–Nicolás Maduro confesó que en el chavismo ya conocían los negocios de Rafael Ramírez como presidente de Pdvsa. ¿Violó el jefe de Estado y su equipo la ley y la Constitución? 

–También dijo Maduro: ¿De dónde saca la plata Ramírez? Públicamente lo calificó de corrupto, ladrón y traidor. Afirmó que él le robó el dinero a la clase obrera, por tanto, muestra que está en conocimiento de esos hechos; lo convierte en coautor o cómplice. Maduro es Juez, Fiscal, defensor y desempeña todos los cargos para hacer calificaciones hacia las personas. Debe reconocer que administró Pdvsa a través de Ramírez; no tiene idea de sus funciones ni de las consecuencias de sus palabras. 

–¿Podría ser penado por esto?  

Sí, sólo que no “por ahora”. 

–¿Ha sido Maduro el único “presidente obrero” miembro del directorio de Pdvsa? 

–Maduro nunca ha sido obrero; sí un mal sindicalista. Basta preguntarles a los verdaderos obreros del Metro de Caracas. 

–¿Qué terminó siendo la Constitución de 1999? 

–Un texto constitucional democrático, que no sirvió para el Socialismo del Siglo XXI, Tanto es así que Chávez pretendió reformarlo y los venezolanos le dijeron NO, pero siempre metió la reelección indefinida. 

–¿Cómo queda la Carta Magna de 1961? 

–Como la gran Constitución de su tiempo 

–Ante el rechazo popular reflejado en las encuestas, ¿qué debe hacer el G-4? 

–Esas son unas siglas que no dicen nada, a nadie le importa, salvo a ellos mismos. Esconden su fracaso. 

–¿Un outsider que se asoma? 

–Si lo hay, aunque sabe que éste no es el momento para asomarse. 

–¿También el diálogo nacional tiene un límite? 

–No hay canales para que la gente dialogue. Los ciudadanos dialogan es con los productos que pueden comprar para sobrevivir. 

–¿Y las “negociaciones” gobierno-oposición? 

–No está en agenda resolver la falta de garantías a los derechos que tiene la gente; les propongo debates en la televisión para oír que hablan unos frente a otros sobre cómo aliviar la vida del venezolano. 

Desde el 2015 se ha venido cuestionando al TSJ porque 13 de los 32 magistrados principales y 21 de sus suplentes fueron escogidos de la Asamblea Nacional… 

Los diputados electos en 2015, perseguidos por Maduro, el mismo día que los juramentaron fueron abandonados a su suerte, los acogió la OEA y ahí están sobreviviendo como cualquier venezolano, pero levantando la voz sin desintegrarse. 

Primero el poder 

–¿Bajo qué criterio son seleccionados los magistrados en Venezuela? 

–Leales al poder político. Todo tiene una compensación. 

–¿La diferencia entre Luisa Ortega Díaz y el actual fiscal de la República? 

–El actual, le gana. 

–¿Se quedó corto Odebrecht ante el caso venezolano? 

–¡Ufff!, totalmente. 

–¿Todavía se pagan los errores del 11-A? 

–Ciertamente, ese golpe de Estado quedó en la historia con muchos jefes y sin acuerdo sobre quien lo comandaba; la locura de poner en vigencia la Constitución de 1961. 

–¿Qué es hoy la oposición? 

–Una palabra. 

–¿Y Juan Guaidó?  

–Una figura de cartón personalizada. 

–Desde aquella convocatoria en 2020, que  planteaba la posibilidad de una intervención militar ajustada a los convenios internacionales, hasta hoy, ¿se ha consolidado el régimen de Nicolás Maduro? 

–No hay intervención militar que se ajuste a convenios internacionales. Esa esperanza sembrada por Donald Trump fue un juego gringo en el que muchos venezolanos cayeron por inocentes. Si Maduro está consolidado en el poder, habría que preguntarle a los altos mandos militares. 

–En esto de la justicia, ¿qué reconoce al Gobierno?  

–La palabra justicia es una muleta en sus discursos, sirve para mostrarse como corderos. 

–¿El error de la oposición que más ha favorecido al Gobierno? 

–Ofrecer un discurso que no corresponde a nuestro tiempo; hablan de lo que todos saben. No incorporan la transparencia de sus acciones y repiten actitudes y componendas copiadas de sus antiguos jefes de partido; están en la Venezuela política de los años 70. 

–¿El error del Gobierno que más ha desperdiciado la oposición?  

–Dejar pasar la gigantesca corrupción, y quedar asociada a ella. 

–¿Se le puede aplicar la Ley del odio al Gobierno?  

–Las leyes son para todos y deben ser cumplidas por los poderes públicos, estados, municipios y ciudadanos; pero sin sistema judicial no hay quien se la aplique a un funcionario. 

–¿Y a la oposición? 

–Depende de qué lado esté.  

Hoy como ayer 

–Como ex presidenta del máximo tribunal, ¿una nostalgia judicial?  

–Cuando ocho de mis 15 compañeros magistrados permitieron la intervención de la Corte Suprema de Justicia por la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, violando nuestras propias sentencias, que afirmaban que la Constitución de 1961 permanecía vigente hasta que la nueva Constitución fuera aprobada en consulta popular. 

–¿Un vicio nacional incólume?    

–Desconocer el contenido de la Constitución. 

¿Otro hecho en revolución? 

–Repartir comida para comprar la necesidad de apoyo, aunque cada vez más pobre. 

–¿Qué hacen hoy los jueces honestos en este país?  

–Esperar su jubilación, que el tiempo de revolución ha reducido a nada. 

–¿Y la Fanb? 

–Fracturada entre los que robaron y los soldados que no han sido formados con el ejemplo de sus mandos. 

–¿Una autocrítica como jurista? 

–Creer que la justicia se arregla desde arriba, con jueces comprometidos y formados. En realidad, lo importante es que el ciudadano aprenda sus derechos.   

–Si ayer fue “la cuerda floja” empleada por las fuerzas policiales durante los años de la democracia, hoy es…   

La cuerda dólar. 

–¿Qué pasó con la liberación de presos políticos? 

El régimen los necesita como escarmiento a la disidencia. 

–¿A qué le teme? 

–A que nos olvidemos cómo se vive en democracia. 

–¿Una esperanza?  

–Que entendamos que nuestros derechos humanos se exigen con resistencia, no cesar hasta lograr que se nos garanticen. 

 –¿Terminarán siendo uno solo Gobierno y “oposición”? 

–Nadie entiende ese planteamiento; hasta el Secretario de la  OEA anda en esa onda. El Gobierno debe ser plural y representar todas las corrientes del pensamiento en democracia. 

 –¿Su salida hoy? 

–Sincerar la relación entre políticos y ciudadanos, y castigar a los que lo impiden, antes de pensar en elegir candidato. De lo contrario no avanzaremos nada; sólo será una ilusión, como lo ha sido tener un presidente interino y una Asamblea legítima que no funciona.

De perfil 

Cecilia Sosa Gómez nació en Caracas, en 1943. Política y jurista, efectuó sus primeros estudios en el colegio San José de Tarbes de La Florida, en la capital. Recibió el título de abogada en la Universidad Central de Venezuela (UCV), en octubre de 1967. Obtuvo una Maestría en Planificación y el Título de Doctor en Ciencias Administrativas en La Sorbonne. Es diplomada por la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París. También recibió el Título de Planificación Prospectiva y visiting felow, en la Cátedra Andrés Bello del St. Anthony College (Oxford, Inglaterra).  Fue presidenta de la Corte Suprema de Justicia entre 1996 y 2000 y precandidata presidencial para las elecciones de 2006 y 2012. Ha sido catedrática de Derecho Administrativo en la UCV y la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab). Es directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de esta última casa de estudios. 


Caracas / Jolguer Rodríguez Costa 

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