Hay muchas cosas que Ana (*) no entiende. Aún no sabe por qué, el sábado 3 de agosto, unos hombres vestidos de negro se llevaron a su hijo en una camioneta cuando iba a la bodega a comprar algo. Tampoco ha encontrado explicación ante la detención, dos días después, de su nieto de 21 años mientras trabajaba. Lo único que ella sabe es que tiene más de un mes sin que le permitan verlos. Y las visitas siguen suspendidas en Tocuyito.
Su vida ya no es la misma. Sigue trabajando porque no puede permitirse perder su empleo, pero pasa los días y las noches angustiada, triste y rezando por su hijo y su nieto. Ambos fueron trasladados a la cárcel de Tocuyito el 26 de agosto desde el comando de la Policía Municipal de Valencia, en la avenida Michelena, cerca de la estación de servicio La Concha.
Su hija, la mamá de su nieto, vive en Colombia, de donde regresó hace una semana ante tanta preocupación e incertidumbre.
Ella va a diario al penal de Tocuyito. Pregunta, insiste, pero la respuesta más optimista que ha tenido es que este jueves 5 de septiembre podía ver a su hijo. No fue así. Un día antes la llamaron para avisarle que estaban suspendidas, “hasta nuevo aviso”, las visitas que nunca iniciaron.
No nos han dejado verlos ni les pasan la comida ni las cosas que les llevamos. No sabemos cómo están de verdad, aunque los de la Guardia Nacional dicen que todos están bien y que están comiendo
Madre de uno de los detenidos en protestas poselectorales
Solo en una oportunidad les dejaron llamar por teléfono. Fueron tres minutos y en la mente de Ana retumba la expresión de su hijo: “Nos dan arepa sin relleno de desayuno y cena y granos solos en el almuerzo”.
Ella no está segura de la participación en protestas en contra del resultado del proceso presidencial anunciado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), “pero si fueron o no, no hay motivos para que estén presos”.
El aviso de la suspensión de visitas llegó para la mayoría de los familiares el miércoles. “Primero me llamó un hombre que se identificó como empleado del penal de Tocuyito, quien informó de manera tajante sobre la reprogramación de las visitas, sin detalles adicionales. Más tarde, una mujer llamó con un tono más amable, explicando que la suspensión se debía a mejoras en las condiciones del centro.
Finalmente, un representante de los tribunales de Caracas confirmó que no habrá visitas hasta nuevo aviso”.
Aún así, ellos fueron a la cárcel con la esperanza de que la medida se revirtiera con la presión de la presencia de todos, pero no funcionó.
Familiares de detenidos de Lara, Mérida y La Guaira también llegaron el jueves temprano a Tocuyito. Desesperados pidieron al menos una fecha de las visitas, pero no la obtuvieron. Desde el lunes 26 de agosto, más de 230 detenidos han sido trasladados a Tocuyito desde Lara, Trujillo, La Guaira y Carabobo. Entre los detenidos se encuentran cinco adolescentes de 17 años, cuyos padres exigen que sean trasladados a un centro adecuado para su edad.
Carabobo / El Carabobeño