Cuando los pítchers enfrentan a Willians Astudillo (Barcelona, 1991) saben que ponerlo out no será una tarea fácil.
El versátil jugador de Caribes de Anzoátegui es el bateador más difícil de abanicar en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (Lvbp). Es casi “imponchable”.
En la presente temporada del circuito rentado nacional, el barcelonés tiene cuatro ponches en 157 turnos al bate. Es, con una buena diferencia, el pelotero con menos abanicados del curso.
Alex Romero, jardinero de Águilas del Zulia, es el segundo cañonero que menos veces ha sido retirado por la vía de los tres strikes en la zafra (10).
Astudillo, quien recientemente cambió de organización (de Cascabeles de Arizona a Mellizos de Minnesota), confiesa “no tener secretos” para evitar pasar por la guillotina de los lanzadores.
Sin secretos
“Siempre me preguntan cuál es mi secreto y sinceramente no tengo ninguno. Simplemente salgó a batear con la intención de hacer un buen contacto y colocar la pelota en juego”, dijo el barcelonés el viernes antes del juego contra Águilas del Zulia, disputado en el estadio Alfonso “Chico” Carrasquel de Puerto La Cruz.
Los rapaces Trevor Frank y Alexis Rivero, más Jesús Sánchez (Cardenales de Lara) y Jorgan Cavanerio (Tiburones de La Guaira) son los únicos serpentineros que han dominado a Astudillo por la vía de los tres strikes.
Desde que debutó en la contienda 2014-2015, el polivalente aborigen es el paleador con menos ponches acumulados entre los activos (11), seguido de Ildemaro Vargas (38).
Puerto La Cruz / Ernesto Enrique Contramaestre