Argelia comenzó a reabrir sus mezquitas, cafés, playas y parques el sábado por primera vez en cinco meses, relajando gradualmente una de las cuarentenas más prolongadas del mundo debido al coronavirus.
Las restricciones siguen vigentes en más de la mitad del país, y se requiere el uso de cubrebocas al aire libre mientras el país intenta mantener bajo control los casos de COVID-19. Pero las autoridades comenzaron a reabrir lugares públicos a partir del sábado, argumentando que la tasa de infecciones se ha estabilizado.
Multitudes llenaron las playas el sábado en la capital, Argel, celebrando la oportunidad de nadar en el Mediterráneo.
También se permitió la reapertura de restaurantes y mezquitas con cupo para más de 1.000 personas y garantizar medidas de distanciamiento social.
Sin embargo, las mezquitas permanecen cerradas para todas las mujeres, niños y ancianos hasta nuevo aviso, y las oraciones de los viernes permanecerán prohibidas para limitar las multitudes. Los asistentes a la mezquita deben usar máscaras y traer sus propias esteras de oración.
“Esta reapertura dependerá enteramente de la disciplina de cada persona para respetar las medidas de protección”, dijo el ministro de asuntos religiosos, Mohamed Belmahdi, quien estuvo entre los asistentes a los primeros servicios el sábado en la mezquita Khaled Ibn El Walid en la localidad turística de Heuraoua.
Advirtió que las autoridades volverían a cerrar las mezquitas si los argelinos mostraban cualquier “leve indiferencia” hacia las medidas preventivas. “La salud de los ciudadanos está antes que la fe”.
Argelia informó de más de 37.000 infecciones por virus y 1.350 muertes hasta el viernes, la tercera tasa de mortalidad más alta registrada en África después de Sudáfrica y Egipto.
Argel / AP
