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Al menos seis mujeres al mes denuncian ser víctimas de incesto en Venezuela

septiembre 23, 2021
Ruth María Lasso Ahumada, de 35 años de edad, fue asesinada por su pareja, quien también era su papá / Foto: Cortesía La Nación

Ruth María Lasso Ahumada fue asesinada por David Lasso Zabala, quien era su padre, pero también su pareja. La Organización No Gubernamental (ONG) Tinta Violeta asegura recibir mensualmente hasta seis denuncias de mujeres víctimas de incesto.

El femicidio de Ruth María Lasso Ahumada conmocionó al país y especialmente la frontera colombovenezolana, ya que el hombre que la apuñaló hasta verla desvanecerse no solo era su pareja, sino su padre. Ruth María dejó tres hijos huérfanos productos de la relación disfuncional que sostuvo durante años con David Lasso Zabala. Pese a lo dantesco y lamentable de este caso, la ONG Tinta Violeta atiende al menos seis casos mensuales de incesto, en los cuales el agresor sexual es mayormente el abuelo, el padre, el tío o un miembro muy cercano al núcleo familiar.

Según medios regionales, David Lasso Zabala llegó el pasado jueves (9 de septiembre) al Búnker de la Fiscalía en Cúcuta y ante algunos efectivos del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), asumió lo inocultable: asesinó a su pareja sentimental «por celos»: también era su hija.

Doce días después de haber matado a Ruth María, Lasso Zabala fue detenido tras materializarse la orden de captura que el Juzgado Octavo Penal Municipal había emitido desde el pasado 30 de agosto, dos días después del femicidio. Será la Fiscalía Séptima Seccional de Vida el organismo encargado de las audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento.

El diario colombiano La Opinión reveló que fuentes judiciales indicaron que el hombre de 56 años se sintió presionado por las publicaciones constantes sobre su búsqueda en los medios de comunicación y decidió asesorarse con un abogado y entregarse para «recibir algún tipo de beneficio».

El incesto en Venezuela

La violencia de género contra las mujeres es una problemática que lamentablemente no para. Solo en el mes de julio el monitor de femicidios Utopix registró 15 femicidios y alertó -en su más reciente informe- que aumentaron los casos en los que las mujeres casi mueren en manos de sus agresores, ya que se reportaron 13 casos de femicidios en grado de frustración. En los primeros siete meses del año se han reportado 131 casos de femicidio. Para julio de 2021 la media es de 1 femicidio cada 39 horas.

La Organización No Gubernamental (ONG) Tinta Violeta está integrada por un grupo de mujeres que articulan esfuerzos entre la sociedad civil y el Estado para defender los derechos de la mujer. En conversación telefónica con El Cooperante, Orlanis Barreto, periodista, defensora de DD. HH. y gestora de Casos en Tinta Violeta explicó que casos como los de Ruth María Lasso Ahumada son denunciados frecuentemente y que historias como estas arrastran un historial de violencia sexual, psicológica y verbal que alerta sobre una tragedia de esta magnitud.

Pese a que no hay una data oficial sobre estos casos, Barreto dijo que mensualmente llegan al menos 6 mujeres denunciando que han sufrido incesto.

«Es una media de lo que manejamos de un abuso sexual, pero cuando preguntas ¿quién ha sido el agresor? te consigues con que es el padre, el abuelo, el hermano o algún tío, porque ocurre que el agresor es quien está ligado consanguíneamente a la sobreviviente».

Sobre el caso de Ruth María, la especialista que atiende a diario casos de violencia contra la mujer, destacó que cuando su padre comenzó a abusarla, «ella tuvo que haber sentido incertidumbre porque esto no es algo normal, no es algo que ves en la escuela, ¿cómo va a ser mi padre mi pareja?, pero seguramente fue violentada y obligada y con los años la situación se normalizó al punto de que tenían tres hijos».

Subrayó que esto es producto de un sistema de patriarcado en donde el odio contra la mujer es evidente, ya que según estadísticas el 79% de las víctimas de abuso son mujeres.

«El hombre ejerciendo el rol de poder, sea el padre, el abuelo, el maestro, el director de colegio o el entrenador, pero siempre ejerciendo el poder se siente con autoridad para violentar a la mujer. Se evidencia la desigualdad de un sistema patriarcal donde las mujeres nacieron solo para ser madres y se les trata como un objeto», condenó.

En este sentido, recalcó que en la casa de los Zabala seguro se «normalizó» que Ruth María tuviera relaciones sexuales con su padre porque este lo impuso de esa forma. «Era la norma y no lo veía como un contexto de violencia, sino en la última etapa de separación cuando ya era demasiado tarde».

El infierno que vivió Ruth María

El medio regional La Nación tuvo acceso a información detallada sobre el caso y reveló que Ruth María vivió un infierno desde que tenía 13 años de edad, situación que decidió dar por terminada hace dos años cuando rompió la relación de pareja con su padre.

Ruth María quería evitar que su hija, que hoy tiene 7 años, tuviera que pasar por lo mismo que ella vivió con David Lasso, por eso acudió a las autoridades venezolanas en busca de ayuda. En abril de 2020, en pleno inicio de la pandemia, la mujer acudió al Sistema de Protección del Niño, Niña y Adolescente, en el municipio Bolívar, buscando ayuda para la niña; y le dictaron a David Lasso una medida de alejamiento.

Los primeros años de vida de Ruth Lasso los pasó con su madre, pero al cumplir los 13, decidió entregarla a ella y a su hermana, de 16, a su padre. Los abusos por parte de Lasso Zabala -según el testimonio que dio Ruth a los funcionarios- empezaron con su hermana, quien fue hallada muerta, en circunstancias extrañas, una vez la joven quiso independizarse de su padre.

La tensa situación llegó a su punto máximo el pasado 28 de agosto, cuando Lasso Zabala quedó en encontrarse con Ruth María en la trocha La Ramona, en el corregimiento Juan Frío, de Villa del Rosario, que comunica con Llano Jorge, en San Antonio (Venezuela).

Ese día, el hombre llegó temprano a esperar a la mujer, pues sabía que ella acostumbraba a pasar por esa trocha para ir a su casa, ubicada en Llano Jorge, y hacia las 6:00 de la tarde, cuando la vio venir, la interceptó y la atacó con un cuchillo.

Los hijos de ambos que acostumbraban a acompañarla por el paso de la trocha pudieron ver a Ruth María desvanecerse ensangrentada y a su papá apuñalándola. Lasso Zabala, al ver a los hijos, se levantó y huyó corriendo por el bosque y desapareció. Algunas personas que también se dieron cuenta de lo sucedido, alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta y minutos más tarde, una patrulla arribó al lugar a verificar lo que había pasado.

Ninguno de sus hijos, ni de sus vecinos sabían que su padre era también el papá de su mamá, reveló una fuente ligada al caso, y se supo que Ruth incumplió en varias oportunidades la orden de alejamiento, al llevar a sus hijos a verse con Lasso Zabala.

“Es que si yo no actúo, me voy a morir”, les comentaba Ruth a los representantes del sistema de protección de menores. Sin embargo, al planteársele que denunciara a su pareja ante el Ministerio de la Mujer y el Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), la hoy occisa se negaba.

Incluso, en una ocasión, los consejeros, la psicóloga y miembros de la Defensoría del Pueblo la llevaron hasta el Cicpc, donde, al final, se negó a denunciar al hombre. “Ella sí quería proteger a su niña, y por eso acudió a nosotros, pero no se atrevía a denunciarlo directamente a él. No guardaba rencor”.

Historia interminable de abusos

En palabras de la integrante de Tinta Violeta, estos casos son producto de diferentes fases de violencia en los que la mujer es víctima de la desigualdad impuesta por una sociedad patriarcal.

«Primero, hay una fase donde la mujer no se percata de que el agresor ejerce poder sobre ella porque está enamorada del padre, del cura, de su profesor, etc., pero esta persona empieza a violentar psicológicamente, a humillar, gritar, controlar cómo se va a vestir la mujer, qué va a decir y qué no va a decir a la gente», detalló.S

«En el caso de Ruth María, su padre la controlaba al creerse su pareja, le decía cómo debía portarse. Además, ejercía violencia psicológica y violencia sexual porque hubo violación, era su padre y le obligó a tener relaciones sexuales. El papá haciéndose pasar por pareja y en su rol de macho vernáculo dijo me sabe a casabe y vas a ser mi mujer».

Orlanis Barreto refirió que seguramente la madre de Ruth María la abandonó y la dejó al cuidado de Lasso Zabala porque esta también fue abusada.

«Es probable que ella también haya sido abusada y por eso la abandonó, intentando romper el ciclo de violencia, aunque hay otros casos en que madres y abuelas son cómplices y están conscientes de esta situación. Esto es muy lamentable y no se entiende».

Pese a que subrayó que no existe ningún perfil de este tipo de hombres, Barreto enfatizó que no se justifica que una persona que tenga una conducta psiquiátrica ejerza violencia contra la mujer porque existen tratamientos y medicamentos para tratar cualquier tipo de trastornos.

Tinta Violenta se encarga de guiar a mujeres atrapadas en estas relaciones y de dar herramientas para que quienes son abusadas aprendan a detectar señales de alarma sobre esta situación y evitar tragedias como las de Ruth María.

Táchira / La Nación

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