En la avenida Orinoco, ubicada en la zona centro de Maturín, las aguas negras se desbordan a través de una alcantarilla tapada.
A pesar de que esta se encuentre con su tapa puesta, las aguas residuales salen hasta la superficie, regándose por los alrededores.
Los malos olores se diseminan por la avenida y con el paso de los vehículos se riega la “pudrición”.
“La gente por aquí camina, a veces los carros los salpican, eso es horrible”, afirmó Juvenal Figueroa, quien se desplazaba por el lugar.
Al ser esta avenida sitio de conexión entre zonas principales de la ciudad tiene un recurrente tráfico vehicular y peatonal a lo largo del día.
Marianny García agregó que los desagües de las adyacencias están rodeados de basura y maleza.
La residente de la zona sur espera que se saneen y reparen las alcantarillas con prontitud para evitar la proliferación de desechos tóxicos y dañinos para la ciudadanía.
Maturín / Oriana García Rivas