A inicios de la semana se conoció en Venezuela un nuevo sistema cambiario anunciado por el Banco Central de Venezuela en sustitución del Dicom, y que permitiría una mayor flexibilización para la compra y venta de divisas. A consideración de algunos economistas, la medida resulta tardía, pues el ente estatal “ya no tiene divisas” que ofrecer.
“El 96% de los dólares era aportado por el sector petrolero. Ya no. El BCV ya no tiene divisas. No hay dólares que ofertar en las mesas de dinero. La flexibilización del control de cambios llega demasiado tarde”, expresó José Toro Hardy, economista venezolano.
Las “mesas de cambio” llegan tras 12 mecanismos cambiarios impuestos por el Estado desde que se implantó el control de cambio, explica Hardy, para quien el cambio que se requiere ahora es político.
“Después de destrozar la economía y el país la viabilidad del régimen es nula (…) De lo que se trata es de brindar confianza, respetar la propiedad privada y la Constitución, el equilibrio de los poderes y la democracia. Cambiar de una economía de controles a una de estímulos. Sólo así vendrán inversiones y sólo así habrá dólares disponibles”, continuó el especialista.
Por otra parte, Toro Hardy aseguró que la golpeada economía venezolana podría pasar por una rápida recuperación que solo depende de un cambio de Gobierno, que incentivaría las inversiones extranjeras en el país.
“El FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y miles de inversionistas privados están dispuestos a venir a Venezuela. Hablamos de una avalancha de dinero que podría cambiar nuestro destino”, expuso.
Caracas / Sumarium