Según datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), durante el pasado mes de junio se registró la inflación más baja de 2021 en el país. De acuerdo con la instancia de medición, la aceleración de precios se ubicó en 6,4%. Tomando en cuenta que ya en marzo había obtenido un registro de un dígito, muchos se preguntaron si este podía ser un indicio del fin de un proceso hiperinflacionario que ha destrozado el poder adquisitivo de la moneda nacional por más de tres años.
Sin embargo, diversos economistas coinciden en señalar que esta desaceleración en el crecimiento del costo de la vida; no necesariamente es una clara señal de recuperación.
Venezuela vive un proceso de hiperinflación desde diciembre de 2017, cuando el Índice Nacional de Precios al Consumidor (Inpc) fue superior a 50%. En teoría, según los expertos, este fenómeno culmina cuando el alza de bienes y servicios se ubica por debajo de este porcentaje a lo largo de 12 meses, de manera continua.
Si se toma en cuenta la evolución de datos de la OVF, se puede corroborar la tendencia a la desaceleración del costo de la vida desde marzo, ya que el último reporte superior a 50% fue el de febrero (50,9%). Pero en este caso, no ha pasado el lapso de 12 meses necesario para dar por concluido el proceso hiperinflacionario.
Para el economista y profesor universitario Giorgio Cunto Morales, históricamente, los procesos inflacionarios han sido causados por un déficit fiscal persistente, “esto es básicamente gracias a la emisión de dinero sin respaldo real que termina por minar la credibilidad de la moneda”.
“El proceso de hiperinflación más agresivo del cual se haya tenido registro ocurrió en Hungría, desde agosto de 1945 hasta julio de 1946, cuando los precios se duplicaban cada 15 horas y la inflación diaria, en promedio, fue de 207%”, dice.
Sin embargo, si se habla de tiempo, los procesos hiperinflacionarios más largos serían los de Nicaragua, con una duración de cinco años, de 1986 a 1991 (58 meses), y el de Grecia, por más de cuatro años (entre 1941 y 1945, 56 meses).
Explica Cunto que el fenómeno hiperinflacionario en Venezuela se coronó como el tercero más extenso de la historia, en octubre de 2020, “superando a la de Ucrania, que lo inició en enero de 1992 y duró 34 meses”. En julio, Venezuela acumularía 44 meses.
“El proceso hiperinflacionario en Venezuela comenzó oficialmente en diciembre de 2017, con una inflación mensual de 55,6%. Hasta junio de 2021 tenía un acumulado de 43 meses. De esta manera, Venezuela pasó a ser parte de los 57 países que históricamente han tenido procesos hiperinflacionarios contemplados en la Tabla de hiperinflación mundial de Steve Hanke y Nicholas Krus, y de los dos únicos países que han atravesado uno durante el siglo XXI, además de Zimbabue”.
Según los registros existentes, la inflación mensual más alta de la historia, fue la de Grecia, de 13.800% en octubre de 1944, seguida de la vivida en China en abril de 1949, con 5.070%.
Cunto reitera que se requiere mantener por al menos 12 meses de inflación por debajo del 50% para asegurar que ha salido del ciclo hiperinflacionario. Si se evalúan los reportes del BCV el último registro superior a 50% se dio en diciembre de 2020 (77,5%) –es decir, sólo ha transcurrido medio año.
“La inflación mensual superior a 50 % más reciente ocurrió en diciembre del año pasado, por lo que el país seguirá en hiperinflación, al menos hasta enero de 2022”.
El experto agrega que. De acuerdo con la data del BCV, la aceleración de precios mensual más alta “registrada durante el período de hiperinflación ha sido de 196,6%, en enero de 2019, es decir, más de quince meses atrás”.
Alejandro Castro, economista y gerente de operaciones de Econométrica, detalla que el déficit fiscal, con la emisión de dinero inorgánico para pagar bonos, misiones, y ahora elecciones, se convertirá en un escenario que presionará precios de productos y el tipo de cambio.
Sin embargo, el Ejecutivo ha logrado frenar la tendencia alcista en los últimos meses. El economista e integrante del OVF, José Guerra, explicó que para contener la inflación, el Gobierno está empleando una mezcla de anclaje del tipo de cambio, “quemando reservas internacionales y una política monetaria que mantiene el encaje a la banca en 90%, lo que se expresa en la desaparición del crédito”.
Debido a este mecanismo, el precio de la divisa extranjera no ha experimentado un alza muy pronunciada durante la primera mitad de 2020 – por varios meses la cotización de la divisas estadounidense en el mercado paralelo y el oficial se mantuvo rondando los 3,1 millones por dólar.
El BCV había optado por realizar reiteradas intervenciones financieras que consisten en vender divisas en efectivo a los bancos nacionales, para aumentar la oferta y, de esta manera, tratar de reducir la presión sobre el tipo de cambio, manteniendo controlado el precio del dólar.
Agrega Guerra que la desaceleración de la tasa de inflación permanecerá “lo que duren las escasas reservas internacionales del BCV, y explicó que el organismo emisor ha perdido $200 millones en lo que va de 2021, es decir $33,3 millones mensuales”.
Canasta y poder de compra
Según la última medición del OVF, la Canasta Alimentaria para una familia de cuatro miembros costaba 300,27 dólares para junio. El sector con más inflación fue el de Servicios, que llegó a 7,5 %, seguido del de Comunicación, con 6,9 % y Bebidas alcohólicas y Tabaco, con 5,1 %.
El resto de los sectores -Alimentos, Bebidas no alcohólicas, Vestido, Calzado, Alquiler de vivienda, Equipamiento de hogar, Salud, Transporte, Esparcimiento, Educación, Restaurantes, Hoteles y bienes- registraron una inflación entre 0,9 % y 5,0 %. Para el economista José Guerra, “los trabajadores venezolanos del sector público y privado, y más 3,5 millones de pensionados no pueden comer”, en la actualidad.
Por su parte, el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, ratifica que no hay indicios de una recuperación económica real para asegurar que en el corto plazo los efectos de la hiperinflación desaparecerán.
“En Venezuela hay emprendimientos, como el famoso puesto de chicha de 3 dólares en Sabana Grande, pero eso no significa que podamos hablar de una recuperación. Con una economía que ha reducido su tamaño en más de 80 % es muy difícil que revertir eso se pueda dar de una forma rápida y eficiente. Tenemos actualmente un proceso de estabilización en el foso, y los números tanto del BCV como del Observatorio lo reafirman”.
Dentro de la misma línea se apunta la apreciación del economista Jesús Cacique, quien destaca tres hechos importantes que tendrá el país de cara al cierre de 2021.
“Venezuela alcanzará este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), tres importantes récords: la mayor inflación, la mayor caída del Producto Interno Bruto (PIB) y la mayor tasa de desempleo del planeta”.
“Pronto alcanzaremos el nivel de Grecia (...) Cerraremos este año con 50 meses en hiperinflación. El único país que superará a Venezuela será Nicaragua”, asevera.
Cacique dice que el último episodio de hiperinflación, si se deja a un lado el venezolano, corresponde al de Zimbabue en 2009.
Al respecto explica que en esa nación africana se aplicaron tres reconversiones monetarias entre 2006 y 2009. “Con ellas, Zimbabue tiene el récord de cifras eliminadas de una moneda con 25 ceros, 12 de los cuales se suprimieron en un solo año”.
En Venezuela se espera que, en breve plazo, el Gobierno aplique una nueva reconversión, eliminando seis ceros a la moneda.
El también economista y profesor universitario Ángel Alvarado califica como lamentable que Venezuela, sumida en la hiperinflación, no pueda acceder a los Derechos Especiales de Giro (DEG), el cual es un activo de reserva del Fondo Monetario Internacional (FMI) que pudiera formar parte de un plan ayuda internacional para impulsar el desarrollo del país.
“Venezuela se está quedando sin poder acceder a 5 mil millones de dólares que le corresponden por el DEG, simplemente por no tener un gobierno legítimamente reconocido internacionalmente, situación que le impide obtener ese financiamiento”, acota.
Caracas /Rafael Arias