Del embarazo al posparto, el cuerpo experimenta grandes cambios físicos y psicológicos. El cansancio y los cambios hormonales se ven reflejados en la salud de la piel, la cual requiere de una serie de cuidados para mantenerla en condiciones óptimas.
La dermatóloga Eunice García señala que esta transformación abrupta es frecuente luego de dar a luz. “Aparecen las indeseables manchas de color marrón, conocidas como melasma, y las estrías. También es posible que se experimente pérdida del cabello”.
De acuerdo con su colega Leticia Acosta, la hidratación es esencial para minimizar las huellas del embarazo.
Explicó que, para ello, la paciente puede utilizar aceites corporales, especialmente los de rosa mosqueta y con mucha vitamina E, que pueden encontrarse en firmas especializadas.
“Para que la piel esté en buenas condiciones siempre debe estar humectada, sobre todo en nuestro país, donde nos sometemos a cambios de temperatura constantes y el remplazo de productos es casi habitual”.
Ambas especialistas coincidieron en que la piel es la parte del cuerpo que sufre más alteraciones durante y después del alumbramiento. Señalaron que uno de los problemas más comunes es que se torna muy sensible al sol, por lo que aconsejaron el uso de bloqueadores solares en zonas expuestas. Este debe reaplicarse cada dos horas para evitar manchas.
Luminosidad del cabello
Los cambios hormonales y el estrés son responsables, asimismo, de una caída considerable del cabello que sufren muchas mujeres después del parto.
“Es algunas ocasiones el pelo parece más delgado y la pérdida es notable en la parte frontal. También se ven afectados el brillo y la vitalidad”, comentó García.
Detalló que una vez que se da a luz, las variaciones hormonales provocan lo que se conoce como efluvio capilar, el cual puede prolongarse hasta doce meses después del parto.
En este caso aconseja recurrir a tratamientos con ampollas revitalizantes que devuelvan la luminosidad, y al uso de cremas y mascarillas reparadoras para recobrar algo de volumen.
Para las estrías
Las cicatrices que quedan cuando las fibras de la dermis se rompen son llamadas estrías.
Según la Leticia Acosta, cuya consulta está ubicada en la Unidad Dermatológica de Lechería, la rotura ocurre debido al aumento de tamaño de ciertas zonas (vientre, glúteos y pecho, por ejemplo).
“Este tipo de marcas se hacen menos evidentes con el paso del tiempo, pero no desaparecen por arte de magia. Hay que prevenirlas con muchísima hidratación, para lo que recomiendo tener siempre a mano cremas humectantes”.
De acuerdo con la especialista, las estrías rojas y blancas pueden ser tratadas con técnicas como la dermoabrasión, láser y luz pulsada.
Sin embargo, la aplicación de plasma rico en plaquetas consigue una bioestimulación celular que promete atenuarlas o eliminarlas en varias sesiones. Todo esto dependerá de las recomendaciones médicas.
Puerto La Cruz / Noreykis Pino