Un dispositivo improvisado explotó el miércoles en una carretera en el sureste de Turquía, matando a cinco trabajadores forestales que viajaban a sus labores, según información de las autoridades.
La oficina del gobernador regional culpó del suceso, que ocurrió en la madrugada cerca de la ciudad de Kulp, a los rebeldes kurdos que han llevado a cabo ataques similares en el pasado.
No hubo ninguna atribución de responsabilidad inmediata.
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán, o PKK, ha librado una insurgencia de más de tres décadas en la región del sudeste de Turquía, en su mayoría kurda. El conflicto ha matado a decenas de miles de personas desde que comenzó en 1984.
El grupo es considerado como una organización terrorista por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea.
La oficina del gobernador de Diyarbakir dijo que el ejército turco lanzó una operación para atrapar a los autores del ataque.
Cuatro aldeanos fueron asesinados el año pasado en un hecho similar en una carretera en Kulp, que también se atribuyó al PKK.
La semana pasada, una explosión en el este de Turquía, que se cree que es obra del PKK, dañó una tubería y detuvo los flujos de gas desde Irán.
Ankara / AP