
Un rumor que desde hace varias semanas comenzó a sonar con fuerza en el mundo del baloncesto venezolano finalmente se concretó. La franquicia Marinos regresa a Anzoátegui, en una fusión con Gladiadores, organización que representó de gran manera a la entidad en los últimos años.
El gobernador Luis Marcano fue el primero en confirmar la noticia, que probablemente será bien recibida por los aficionados de esta disciplina en el estado. A través de sus redes sociales indicó que, luego de cumplir el debido proceso jurídico, la mencionada fusión es un hecho.
Con esto se confirma que el Acorazado Oriental, uno de los equipos que más pasión levanta en el baloncesto profesional venezolano, tendrá como sede nuevamente el gimnasio Luis Ramos del eje Barcelona-Puerto La Cruz. Además, se acaba la discusión sobre el apodo del gimnasio, que seguirá siendo "la caldera del diablo", luego de varios años de ser llamado "el coliseo".
Regreso
Vale recordar que Marinos no juega en condición de local en el Luis Ramos desde 2019, época en la que la organización entró en problemas económicos que llevaron a incluso perder un año de competición. Luego salió al ruedo nuevamente y no fue si no hasta 2022 que volvió al que fue su hogar, pero para ese entonces de visitante ante Gladiadores.
Los navales pasaron un par de campañas jugando en Anaco hasta que en 2024 se mudaron al estado Monagas con el nombre de Marinos de Oriente. Tras dos contiendas de la Superliga Profesional de Baloncesto (SPB) en las que llegaron a semifinales con Maturín como sede, finalmente retornan a "la caldera".
Y el regreso es de la mano de la fusión con Gladiadores, divisa que dominó la SPB al consagrarse monarca en 2023 y 2024, dándole al estado Anzoátegui la posibilidad de mantener viva la pasión por el baloncesto con campeonatos incluídos.
Se espera que en los próximos meses Marinos de Anzoátegui pueda dar detalles de plantilla, planificación para la campaña 2026 y demás, pues seguramente el fanático querrá ver la mejor versión del equipo y tener un regreso por todo lo alto.
Puerto La Cruz / Javier A. Guaipo


