En medio de la algarabía de familiares, allegados y vecinos, recibieron este martes en la calle Los Jardines de San Martín en Carúpano, estado Sucre, a Henry Albornoz, luego de ser liberado del llamado Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (Cecot) de El Salvador, luego de una negociación entre el gobierno de Venezuela y el norteamericano.
Albornoz es uno de los 252 venezolanos que fue traído al país, luego de estar en el centro de reclusión por varios meses.
Este martes, el joven bajó de una patrulla del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), y en plena calle lo esperaban su hermana Wilmarys, su mamá María y su papá, quienes rompieron a llorar tan pronto lo vieron.
El muchacho no dejaba de repetir que no imaginaba tanto cariño y que estaba sorprendido por el baño de afecto que recibió a su llegada.
Albornoz se fue en 2019 a Perú con su pareja, pero en 2024 decidieron dar el salto y se fueron a los Estados Unidos. Contó que en marzo fue a una cita con inmigración para obtener un permiso de trabajo y lo dejaron preso de una vez.
Calvario
Fue el comienzo de un calvario que terminó esta semana, pero que aún tiene algunos pendientes, como la repatriación de su pareja y su bebé de apenas cuatro meses.
Al entrar a su casa, dio gracias a Dios y a los presentes por el cariño, y manifestó que estaba impresionado.
Relató que la situación fue totalmente injusta, tenía sus papeles en regla. “Me amarraron y me llevaron a detención en un centro en Dallas, Texas”.
De allí lo trasladaron al Cecot. “Había muchos encapuchados. Demasiada seguridad. Nos golpeaban, nos maltrataban y nos llevaron a la detención en el Cecot, la cárcel contra el terrorismo”.
Ratificó que recibieron muchos malos tratos, y les decían que nunca iban a salir de allí. “Nos decían ´bienvenidos al infierno”. Cuando les anunciaron que regresaban a Venezuela, señaló, fue una emoción muy grande.
Negó tener antecedentes penales y al contrario, dijo, hasta estaba estudiando cuando se fue. “Nunca esperamos que nos fueran a tratar tan mal en ese país. Todo marchaba bien y de repente Trump agarró la presidencia y todo cambió”.
Entre sus planes está montar un emprendimiento, que fue la meta con la cual salió de Venezuela y espera cumplir ya de vuelta.
María Quintero, madre de Henry, mencionó de manera especial a todas las mujeres que pasaron por lo mismo que ella. “Éramos 252 madres que luchamos y salimos a darlo todo por nuestros hijos”.
Sucre / Corresponsalía Carúpano