Vecinos del sector Tumba de Bello, en Barcelona, señalaron que "se las ven negras" con cada aguacero que se registra en la zona. La razón es que carecen de un canal en condiciones para que corra el agua con algo de normalidad, por lo que el líquido termina desbordándose hacia la calle y en ocasiones entra en las casas.
Luis Tillero citó como ejemplo la fuerte lluvia del lunes 23 de junio, que dejó varios "pozos" en un tramo de la única vía que tienen en la comunidad. Según dijo, desde el cerro que los bordea baja mucho sedimento y eso tapa el estrecho canal que pasa por el frente de las viviendas.
"Para evitar que la cosa sea peor con otro 'palo de agua' nos toca sacar el barro del espacio que tiene el líquido para circular. Nos ayudaría mucho que las autoridades gestionen el embaulamiento de este pequeño canal, pero eso es un proyecto que fue presentado hace años y quedó en el olvido", comentó.
Juan Pablo Mijares reiteró que cuando hay aguaceros prolongados el agua se mete en algunos de los "ranchos", lo que se convierte en otro calvario pues para poder sacarla deben esperar a que baje el nivel en la calle.
"No se puede ni caminar cuando llueve muy duro y por horas. Aparte la carretera está en pésimo estado y uno corre el riesgo de resbalarse y darse un mal golpe", expresó el señor, quien también estaba en labores de retirar sedimentos del tramo del canal que pasa por su hogar.
Otros vecinos calificaron de "engaño" la promesa de asfaltado que les hizo la alcaldía de Barcelona meses atrás. Denunciaron que los trabajos no pasaron de una etapa inicial y ya la calle luce llena de baches otra vez.
Agregaron que por iniciativa propia algunos de los habitantes del sector rellenaron huecos con piedras picadas o escombros para hacer menos complicada la circulación vehicular, pero insistieron en que eso no cambia mucho el panorama.
Finalmente recordaron que esta comunidad, ubicada entre Tronconal III y Fundación Mendoza, tiene como principal característica el olvido gubernamental que han padecido desde hace años, por lo que es poco o nada el esfuerzo que hacen por llamar la atención de las autoridades.
Barcelona / Javier A. Guaipo