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Carlos Meléndez: “Universidades creadas por el Gobierno tienen los peores estándares de calidad” (+Fotos)

marzo 26, 2025
“Una universidad que no tenga libertad de cátedra o libertad académica está condenada al fracaso”, dijo Carlos Meléndez, director del Observatorio de Universidades / Foto: Archivo/ radiofeyalegrianoticias.com

En el convulso ambiente de la educación superior, docentes y trabajadores de la Universidad Central de Venezuela (UCV) realizaron el 19 una protesta por reivindicaciones económicas y sociales, acceso a becas para los estudiantes y defensa de la autonomía del sector. Sin embargo, la manifestación no cumplió su cometido de llegar al Ministerio de Educación Universitaria, debido a la presencia de un contingente policial que bloqueo la salida de la casa de estudios.

Carlos Meléndez, sociólogo y director del Observatorio de Universidades, (OBU), estima que las manifestaciones del sector no tienen la magnitud de otros momentos.

Puntualizó que, en 2024, se registraron 37 protestas en el sector universitario y en relación con 2023, hubo una reducción de 34%. Esto se debe “a las restricciones del espacio cívico y toda la oleada de persecuciones, de aprehensiones y desapariciones forzadas momentáneas que hubo a partir de agosto y que incluyó también a estudiantes y profesores universitarios”.

Meléndez aborda otros problemas. Considera que el Gobierno, al no entender la simbiosis que existe entre el sistema de educación superior y el sanitario, produce afectación en la salud de los venezolanos. Que la crisis de uno arrastra al otro y no es solución la estructura paralela que se ha venido creando con casas de estudios que carecen de autonomía y de una formación de calidad.

Aclaró que no se trata de criminalizar a nadie con el reciente caso de una bebé declarada erróneamente fallecida en el hospital José María Vargas de La Guaira, pero eso de incluir de forma obligada a médicos comunitarios en el sistema de salud formal, genera consecuencias.

Interrogantes respondidas

-¿Cuántos años de obsolescencia tecnológica tienen las universidades nacionales?

-Se calcula alrededor de 15 años. A partir del 2013, el Ministerio de Educación Universitaria centralizó los procesos administrativos. Impusieron una serie de pasos, por ejemplo, que el cambio de computadores y equipos tecnológicos, debían tener una aprobación de la Vicepresidencia de la República. De ahí en adelante, hubo un impacto significativo en la reducción casi total de los equipos tecnológicos en las universidades, la gran mayoría funciona con equipos que datan aproximadamente del 2010 al 2012.

-En 2024, el OBU destacó que habría cuatro escenarios: mayor empobrecimiento en el ámbito personal y presupuestario; conflictividad por las demandas sociales; sin derechos electorales y el sistema oficialista como herramienta electoral. ¿Se vislumbran qué se repetirán este año?

-Las tendencias que identificamos en 2024 se repiten, lamentablemente, para el 2025, incluyendo la falta de presupuestos. Algunas de las instituciones públicas, a finales del 2024, informaron que tuvieron un déficit cercano a 98% y otras, 99%. El aumento de salario no ha tenido respuestas. El crecimiento de la matrícula estudiantil que hubo entre 2022 y 2024, debido al interés, de realizar sobre todo las actividades presenciales comienza a detenerse. Hay un descenso importante debido a las consecuencias políticas y sociales, sobre todo, por las proyecciones que hacen muchos economistas para este año en términos de paralización del mínimo crecimiento económico. La inflación que estaba estancada se disparó. También se vislumbra, el aumento del control de las instituciones educativas por vía de la creación de nuevas universidades que se le imponen autoridades que responden políticamente al Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).

-¿Las casas de estudios que está creando el Gobierno, contribuyen a la investigación científica y tecnológica?

-Una universidad que no tenga libertad de cátedra o libertad académica, como ocurre en ese grupo de instituciones que representan ocho de cada diez de las que existen en el país, está condenada al fracaso, porque hay una relación casi prioritaria y perfecta entre las posibilidades de tener libertad para producir y para generar conocimiento y la propia producción del conocimiento. Son las universidades en las que menos repositorios científicos y publicaciones existen. Se dejan de lado las universidades con mayor tradición educativa que, a pesar de la crisis, aún siguen generando conocimiento. A las autónomas, algunas experimentales y semiautónomas como la Universidad Politécnica Antonio José de Sucre y otras, se les deja sin recursos para poder arreglar sus laboratorios y tener condiciones investigativas. Y esto, cierra una de las funciones elementales: la investigación de las bases de conocimiento. Un estudio realizado por el especialista Jaime Requena, señala que el aporte de la UCV, ULA, Simón Bolívar, Universidad de Oriente (UDO), la Universidad Centro Occidental, Lisandro Alvarado y el Ivic suma más o menos, 75% de la producción científica en Venezuela.

-Nicolás Maduro dijo que en Venezuela “hacen vida 54 mil científicos”. ¿Esa cifra es relevante?

-La cantidad de científicos en el país es también una de las cifras oscuras dentro de las investigaciones entre Ciencia, Educación y Desarrollo. Un dato, en 2024, el Ministerio de Ciencias y Tecnología informó que en el país había aproximadamente 24 mil 450 científicos. El mismo ministerio luego dio una cifra menor: 24 mil. En ese sentido, se aceptó que hubo una reducción de los científicos de cerca de 450. Se reconoció, indirectamente, que si hay fuga de cerebros. Requena entre los datos de sus investigaciones destaca que 60% de los principales publicadores y productores venezolanos de conocimiento, migraron en el siglo XXI. No he visto esas afirmaciones de Maduro, pero cuando su propio ministerio aceptó que hubo un descenso de la cantidad de científicos, esto tiene un impacto en la generación de relevo en las universidades públicas. Los principales productores de conocimiento científico, según los datos observados en las universidades, revelan que 66% de los docentes venezolanos en las instituciones públicas tienen 50 años de edad o más. El grupo minoritario lo representan a aquellos menores de 40 años de edad. ¿Por qué? Porque la universidad, aproximadamente, hace 20 años pudo ser atractiva, en términos laborales, para los principales talentos que salen de las propias casas de estudio, pero ya no.

- ¿En 2024, continuó la migración de profesores al sector privado?

-Las consecuencias que han tenido las universidades públicas ha hecho que muchos comiencen a ampliarse dentro de las privadas. Opino que las privadas no tienen la oferta suficiente para incorporar al profesorado de las públicas. La gran mayoría de las que se ubican en el interior del país, más de 20 instituciones de educación superior privada, no han podido capitalizar esa mano de obra profesional-científica que existe. También por los propios problemas estructurales y por la visión y el propósito de la mayoría de las instituciones de educación superior privada que tienen una vocación más “docentista” (sic), formativa y menos científica.

-¿Cómo disminuir la dependencia presupuestaria de las universidades autónomas del Estado?

- Creo que debe haber dos pasos importantes. Primero, una política pública que facilite reducir la dependencia de las universidades del presupuesto de la nación, sin que signifique que esta se ausentará de las responsabilidades educativas. Se trata de facilitar el proceso ya que las universidades públicas sin recursos del Estado no pueden funcionar. Pero sí se puede disminuir o se pueden crear fuentes alternativas de ingresos. Para, eso las universidades deben tener condiciones y capacidad de renovación tecnológica que les permita competir en el mercado global del conocimiento. Además, flexibilizar la camisa de fuerza que el Gobierno mantiene, en cuanto, a los permisos y normas para poder avanzar, por ejemplo, en la internacionalización de los posgrados en algunas áreas competitivas como: la agronómica, la de salud y la energética. Y son las casas de estudio que no controla el Gobierno, las que pueden generar esta competencia.

Desigualdad y deserción

-¿La Inteligencia Artificial (IA) puede ayudar a superar la crisis o se corre el riesgo que sea un elemento más de discriminación?

-En sociedades y en subsistemas de educación tan desiguales como el nuestro, la IA, además de ser una herramienta útil para la producción de conocimiento y para los procesos de enseñanza y aprendizaje, también se convierte en factor de nuevas desigualdades. Como las que existen entre universidades públicas y privadas, entre territorios, posiblemente, tengan más acceso a aquellos que están en el centro y la capital del país, que los que están en el sur y en el occidente y entre las autónomas y con mayor tradición y vocación investigativa frente al conjunto que el Gobierno controla y que tienen peores estándares de calidad. La IA supone un nuevo elemento para el mundo científico, para lo cual las casas de estudio tienen que buscar cómo se benefician lo más posible, sobre la base de la recomendación, de la promoción regular de la integridad académica como sujeto central de lo que debe hacerse alrededor de la IA.

-¿Manejan cifras del “fracaso” estudiantil en las universidades debido a la baja preparación que reciben en la educación secundaria?

-No tenemos datos sobre el fracaso estudiantil en Venezuela. Lo que sí, en la última encuesta de 2023, identificamos que 51% de los estudiantes habían pensado en retirarse en los últimos 12 meses. La educación en general es uno de los principales problemas políticos que tiene el Gobierno.

-¿Cómo incentivar a los jóvenes a estudiar la carrera de Educación?

-Para poder, para generar un incentivo necesario en la juventud de incorporarse a las escuelas de Educación, obligatoriamente tienen que haber mejores condiciones para los educadores. De resto, estaremos circulando en un mismo espacio de resistencia que seguirá enterrando los niveles de calidad académica que existen. Estudian las que tienen que ver con los idiomas, debido a que hay mayor conciencia de la importancia del manejo de otras lenguas y, además, porque les sirve para tener la oportunidad para irse. Pero no se inclinan por ofertas vinculadas a la Ciencias, a la Biología, a las Ciencias Naturales y Sociales. En estos días se publicó, un dato del profesor Ángel Lombardi, de la Universidad del Zulia, que reveló: que para este periodo académico se inscribieron cinco estudiantes para la carrera de Educación en Ciencias Sociales en la LUZ.

-¿En cuánto se calcula el déficit de profesores universitarios?

-En relación con el número de profesores que renunciaron los últimos años lamentablemente, es una cifra oscura, sin embargo, algunas universidades como la Universidad de Carabobo, la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado y otras, públicas han calculado que desde 2015 hasta después de la pandemia entre 2021 y 2022, renunció aproximadamente 40% de los profesores. Esto ha llevado a que la universidad tenga que volver a realizar contrataciones, a disminuir el número de docentes ordinarios con carrera académica, también al aumento del número de contratados que ahora tienen más carga académica, a personal vinculado al área administrativa pasar a la función docente o la incorporación de jubilados a la universidad, simplemente por prestar un apoyo.

- En el caso de la recién nacida que fue declarada muerta erróneamente en La Guaira ¿la responsabilidad es solo de la presunta “médica integral” o también, hay responsabilidad del Estado?

-Si hay una forma de entender la importancia de la educación superior en Venezuela es a través de la relación entre el sistema de educación y el de salud pública. A partir de la mitad de la carrera en las instituciones en las que se imparten las carreras de Ciencias de la Salud comienzan, a su vez, a generar su formación clínica lo que se convierte en personal para el sistema de salud. De igual manera, los residentes de posgrado, la mayoría está en los hospitales y centros de atención pública. En ese sentido, la crisis de las universidades, afecta al sistema de salud pública y no se trata, simplemente, de criminalizar a uno o dos, se trata de entender que la responsabilidad de la vida y de la salud de muchos venezolanos está en juego cuando se crean escuelas de formación sin calidad como lo que ocurre en las universidades controladas por el Gobierno. A fin de cuentas, la exigencia u obligación al sistema al sistema de salud formal, que existía previo al paralelo, de meter, por ejemplo, médicos comunitarios tiene consecuencias como lo que vimos en La Guaira, pero sin duda alguna es responsabilidad del Estado venezolano.

Caracas / Ascensión Reyes R.

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