El reciente fallecimiento de un niño y la hospitalización de otra pequeña por aparente ingesta de guarapos caseros en el hospital Santos Aníbal Dominicci de Carúpano, en el estado Sucre, encendió las alarmas de la comunidad científica en torno a la forma en que deben abordarse los casos febriles, sobre todo en niños menores de cinco años.
En el centro de salud de Carúpano se atendió a un niño, cuya madre le proporcionó un té casero de la planta conocida como Túatúa morada o Jatropha gossypiifolia.
El pequeño tenía 3 años de edad y presentó convulsiones al momento de ser atendido por los médicos, cuyos esfuerzos no pudieron salvarle la vida.
Otra niña que consumió una infusión casera estuvo hospitalizada con un cuadro clínico de pronóstico reservado. Su mamá, preparó a la pequeña de un año y dos meses de nacida, una infusión con unas hojas de la planta conocida como “diente de culebra”, ya que presentaba fiebre.
Ante la reacción alérgica fue llevada al hospital, donde los médicos diagnosticaron a la niña con un cuadro febril y neumonía, además de la intoxicación por la ingesta del “té casero”.
La pediatra carupanera Leidys Mieres señaló que ciertamente los casos febriles en niños se pueden manejar en el hogar, con dosis específicas de medicamentos como paracetamol, acetaminofén o ibuprofeno, indicados por un médico, cada cuatro o seis horas y determinados por el peso del pequeño.
Además, recomendó bañitos de agua tibia, por cinco minutos en una tina o regadera. “No agua fría”, recalcó. También frotamientos en axilas, pies y otras zonas, con pañitos de agua tibia.
La especialista rechazó el uso de infusiones o guarapos, porque dijo “son tóxicas para los niños, ya que la concentración es mucho mayor para el peso del pequeño”.
Indicó que no manda este tipo de remedios para atender a niños con fiebre, ni en casos de dolores de estómago, que se usan mucho en nuestro país, como los casos del anís o la manzanilla. “Son plantas, y estas siempre tienen un grado de toxicidad. Entonces si se da una infusión con una concentración mayor a la que la que su hígado puede soportar puede hacer insuficiencia hepática o se puede intoxicar”.
A la voz de Mieres se unió la de la infectóloga Elia Sánchez, quien refirió que hay materiales que explican que en el caso de la Tuatúa morada, se trata de una planta que ha sido usada para muchas aplicaciones como la purificación de la sangre, anemia, leucemia.
Dan cuenta,además, del uso de la planta para tratar la cirrosis hepática, la insuficiencia renal, entre otros problemas de salud. También se usa comúnmente para la inflamación de garganta, tratar las vías respiratorias y fiebres.
Sin embargo, Sánchez se manifestó en contra del uso de estas alternativas, y menos en niños pequeños “que pueden tener intolerancia o un evento idiosincrático, aún no conocido, que puede desencadenar eventos fatales, como es el caso”.
La experta señaló que es difícil calcular dosis de una infusión, a partir de un número de hojas, si no se conoce la concentración de la sustancia activa en estas.
“La fiebre es un hecho que asusta mucho, porque sobre todo en niños pequeños puede expresarse con convulsiones, es un mecanismo de defensa al que debemos acostumbrarnos a reconocer y a acompañar, para su debido control”.
Recomendó medios físicos como fricciones suaves con agua tibia, que favorecen la disipación del calor y baja la temperatura. “Nada frío, porque al contrario, impide que salga el calor y la temperatura no cede”.
Agregó que existen medicamentos muy bien estudiados y efectivos para el control de la temperatura en los niños.
Bermúdez/ Yumelys Díaz