Carmen Alcalá vive desde hace unos 25 años en la calle Las Industrias de Canchunchú Viejo, al sur del municipio Bermúdez, en el estado Sucre, y no recuerda un día en todos estos años en que recibiera agua por tubería.
En el sector, donde hay unas 20 casas cuyas familias aprendieron a vivir con la sequía crónica, deben comprar el recurso o pedir favores para que los surtan. Hace años que olvidaron como es lavar los platos con agua corriente o bañarse con una regadera.
Daisy Alcalá, otra afectada, dijo que el problema del agua es grave y se une a las fallas en las líneas telefónicas, los apagones y las deficiencias en otros servicios. “El problema del agua es terrible porque hasta ahora debemos salir a buscar agua en peroles. Si no tuviera carro, tendría que salir a buscar una carreta”.
Explicó que han hecho gestiones para que les pongan el agua desde uno de los pozos que surten a la zona, en este caso uno que abastece al sector La Cantera y que llega hasta la esquina anterior a la calle afectada.
También hay otro pozo, el del sector La Planta, que podría conectarse a las tuberías que llegan hasta esa comunidad.
Rosa Pereira, otra vecina de la calle Las Industrias, señaló que deben comprar mensualmente unos 3 mil litros de agua para dos casas y gastar $10, para poder abastecerse con el recurso.
Otro método que usan es el del agua de lluvia, que dijo, aprendieron a recoger, almacenar y procesar para consumirla.
“Logramos reunir y una vez al mes nos surtimos con cisternas, son $10 porque nos cobran económico, pues la mayoría pide más dinero”.
Los tres tanques de las dos casas deben durar el mes completo, mientras que las dos familias buscan el dinero para volver a comprar el agua.
“Si llueve, el agua nos dura más. Para nosotros el agua de lluvia es una bendición. La hervimos y la purificamos para poder consumirla. La usamos para todo”.
Bermúdez/ Yumelys Díaz