En unas tres horas, cayó la mitad de las precipitaciones anuales. Ese fue el calibre de la tormenta que azotó la noche del jueves parte de Italia y que dejó, al menos, diez fallecidos.
El número de muertes, no obstante, podría subir, puesto que los rescatistas todavía están en la búsqueda de cuatro personas, entre ellas, un niño de seis años que fue arrastrado por el agua.
La región más afectada fue la provincia de Ancona, en el centro-este de la nación europea, particularmente el municipio portuario de Senigallia, que fue catalogado como la zona cero del desastre por las autoridades italianas.
El río Misa, que atraviesa la ciudad, se desbordó inesperadamente y los torrentes de agua se precipitaron sobre las calles, algo que sucedió también con otros cursos de agua menores en la región.
El personal de Protección Civil de Italia pudo llegar a las zonas anegadas recién a la medianoche, cuando la lluvia dio un respiro. En estos momentos, se continúa con la búsqueda de los desaparecidos, mientras que los heridos fueron llevados al hospital, algunos de ellos, con hipotermia.
De acuerdo a lo que informó Francesco Acquaroli, presidente de la región de Maracas (zona que comprende a la provincia de Ancona), llegaron reportes desde numerosas localidades de puentes colapsados, caminos inaccesibles o cortados, autos tragados por el barro, casas inundadas o sin electricidad y escombros por doquier. “Es una tragedia de enormes proporciones”, resumió.
Las Marcas, Italia / Redacción web
